Cronología: Diez años del referéndum, luces y sombras de una Autonomía inacabada
Desde principios del siglo XXI, en Bolivia se vivió una fuerte efervescencia social que cuestionaba los modelos de sociedad y de Gobierno en el que se vivía. 2003 y la guerra del gas suponen el punto de inflexión para un modelo de Estado que acaba con el presidente Gonzalo Sánchez de...



Desde principios del siglo XXI, en Bolivia se vivió una fuerte efervescencia social que cuestionaba los modelos de sociedad y de Gobierno en el que se vivía.
2003 y la guerra del gas suponen el punto de inflexión para un modelo de Estado que acaba con el presidente Gonzalo Sánchez de Lozada huyendo en helicóptero tras el levantamiento popular en El Alto y La Paz del mes de octubre.
Las elecciones de 2005 convierten al Movimiento Al Socialismo en la fuerza hegemónica y la Agenda de Octubre, que incluye la convocatoria de la Asamblea Constituyente, como programa básico de Gobierno.
Desde las regiones más abandonadas en la periferia se apuntalan las demandas de mayor autogobierno exigiendo la inclusión de un modelo de Autonomía Departamental que supere las debilidades y asimetrías del centralismo secante que no había logrado modificar ni la Descentralización ni el gesto de elección directa de los Prefectos.
Tarija lideró la batalla por la Autonomía y su inclusión en la nueva Constitución junto a Santa Cruz, Pando y Beni y por momentos, Cochabamba y Chuquisaca. Esta es la cronología:
Tras el logro de la inclusión de la autonomía en la Carta Magna, ha habido momentos de desolación como con la posterior aprobación de la Ley Marco de Autonomías y procesos larguísimos de adecuación del texto autonómico que han desinflado el impulso inicial. Tarija es el departamento que más ha desarrollado, mientras que los departamentos que no se movilizaron en su momento, como La Paz, Potosí y Oruro rechazaron en referéndum los textos propuestos en sus Asambleas.
Hasta el momento, los sentimientos son contradictorios entre los políticos que participaron de aquel proceso.
Protagonistas
Mauricio Lea Plaza, hoy asambleísta y en ese momento secretario General de la Prefectura y por tanto, presidente del Consejo Departamental, que coordinó los debates del texto, señaló que “un total de 100.820 ciudadanas y ciudadanos fueron parte del mayor acto de soberanía popular del último tiempo y el 79 por ciento de ellos consolidaron con su SI la conquista autonómica y establecieron con el Estatuto la base constitutiva del funcionamiento del Gobierno Autónomo Departamental de Tarija. Recordar y reivindicar este gran día en nuestra historia reciente, pasa por reconocer la lucha de todo un pueblo y de sus líderes que lograron conquistar la Autonomía como el sistema de gobierno que nos permite definir nuestro destino, disponer y manejar nuestros recursos, elegir nuestras autoridades y dictar nuestras leyes”.
En el plano negativo, Lea Plaza recuerda que “la venganza centralista y el cálculo político de algunas autoridades siguen buscando escarmentar a quienes estuvimos en la primera fila de la lucha autonómica”.
María Lourdes Vaca, también asambleísta que en su momento ejercía como secretaria de Autonomías y fue responsable de impulsar el proceso señaló que “después del cabildo de las 100.000 personas que estuvieron en monumento se generó un momento de comunidad y cohesión social como nunca visto. Había un movimiento esperanzador porque creíamos que con la aprobación del Estatuto íbamos a cambiar la historia porque en Tarija hemos vivido siempre postergados”. En la valoración del desarrollo, Vaca indicó que “los diez años han transcurrido de manera muy conflictiva, porque hay una negación de la Autonomía desde Leyes nacionales y ha sido violada porque se levantó al primer Gobernador electo y se propició una intervención que generó mucha desesperanza”.
Tanto Vaca como Lea Plaza y otras autoridades enfrentan un proceso penal por supuesta conducta antieconómica, uso indebido y otras figuras por haber asignado recursos públicos a un referéndum ilegal a pesar de que la Autonomía y los referéndums en sí fueron posteriormente reconocidos en la Constitución Política del Estado. Diez años después, sin embargo, se sigue el proceso.
El secretario de Coordinación, Waldemar Peralta, entonces vinculado al movimiento cívico, indicó que “en la mente de la población, lejos de la teoría tenía como sueño colectivo concretar una solución a nuestros problemas, “el gobernarnos por nosotros mismos para encontrar nuestro anhelado desarrollo”, en respuesta a un modelo de Estado centralista y que situó a Tarija en el abandono estatal por más de 180 años”.
Peralta reflexiona ahora sobre los logros y sacrificios de la lucha cívica, que costó presos, perseguidos y exiliados, han tenido reflejo en la implementación posterior, puesto que el Gobierno acabó por incluir el modelo en la Constitución “para desfigurarlo”.
“La gestión se centralizó, las competencias más importantes se las dieron al nivel central y en el caso de Tarija, sirvió para fracturar al departamento de cierta manera, matar la planificación estratégica departamental creando 11 mini gobernaciones y tener al legislativo como verdugo de la democracia y principal traba del desarrollo además de los indicios de corrupción” señala.
“Sin duda esta no es la autonomía que soñamos, la concesión desfigurada del gobierno fue la herramienta perfecta para implosionar a Tarija por dentro. La autonomía como ésta es un trago amargo de una victoria triste. Solo conquistaremos la autonomía que queremos con un nuevo gobierno, donde abramos la constitución y podamos moldear esa autonomía que soñamos y que será el vehículo para conquistar nuestros sueños” cierra Peralta.
El concejal, Alfonso Lema, que por entonces incursionaba en política con las mismas banderas, recuerda con satisfacción el respaldo masivo que tuvo el “fue la pelea entre los departamentos contra una visión centralista que siempre trató de poner trabas al proceso. La Constitución validó el proceso. Han pasado diez años y a pesar de tener el Estatuto vigente hay muchas situaciones que muestran esa visión centralista que trata de poner trabas a la conquista”.
Desde el Chaco, el analista Esteba Farfán considera que hay dos problemas “el primero es que no hay una mentalidad autonómica. No hay el espíritu ni la acción, todavía tenemos el chip de que el nivel nacional nos resuelva los problemas. De ahí que no se han desarrollado las competencias ni hay un proyecto de departamento. El segundo es la falta de planificación estratégica. El Gobierno Departamental no gobierna, administra. Creo que no concreta, no dialoga, no resuelve los problemas. En el Chaco es prácticamente inexistente”.
2003 y la guerra del gas suponen el punto de inflexión para un modelo de Estado que acaba con el presidente Gonzalo Sánchez de Lozada huyendo en helicóptero tras el levantamiento popular en El Alto y La Paz del mes de octubre.
Las elecciones de 2005 convierten al Movimiento Al Socialismo en la fuerza hegemónica y la Agenda de Octubre, que incluye la convocatoria de la Asamblea Constituyente, como programa básico de Gobierno.
Desde las regiones más abandonadas en la periferia se apuntalan las demandas de mayor autogobierno exigiendo la inclusión de un modelo de Autonomía Departamental que supere las debilidades y asimetrías del centralismo secante que no había logrado modificar ni la Descentralización ni el gesto de elección directa de los Prefectos.
Tarija lideró la batalla por la Autonomía y su inclusión en la nueva Constitución junto a Santa Cruz, Pando y Beni y por momentos, Cochabamba y Chuquisaca. Esta es la cronología:
Tras el logro de la inclusión de la autonomía en la Carta Magna, ha habido momentos de desolación como con la posterior aprobación de la Ley Marco de Autonomías y procesos larguísimos de adecuación del texto autonómico que han desinflado el impulso inicial. Tarija es el departamento que más ha desarrollado, mientras que los departamentos que no se movilizaron en su momento, como La Paz, Potosí y Oruro rechazaron en referéndum los textos propuestos en sus Asambleas.
Hasta el momento, los sentimientos son contradictorios entre los políticos que participaron de aquel proceso.
Protagonistas
Mauricio Lea Plaza, hoy asambleísta y en ese momento secretario General de la Prefectura y por tanto, presidente del Consejo Departamental, que coordinó los debates del texto, señaló que “un total de 100.820 ciudadanas y ciudadanos fueron parte del mayor acto de soberanía popular del último tiempo y el 79 por ciento de ellos consolidaron con su SI la conquista autonómica y establecieron con el Estatuto la base constitutiva del funcionamiento del Gobierno Autónomo Departamental de Tarija. Recordar y reivindicar este gran día en nuestra historia reciente, pasa por reconocer la lucha de todo un pueblo y de sus líderes que lograron conquistar la Autonomía como el sistema de gobierno que nos permite definir nuestro destino, disponer y manejar nuestros recursos, elegir nuestras autoridades y dictar nuestras leyes”.
En el plano negativo, Lea Plaza recuerda que “la venganza centralista y el cálculo político de algunas autoridades siguen buscando escarmentar a quienes estuvimos en la primera fila de la lucha autonómica”.
María Lourdes Vaca, también asambleísta que en su momento ejercía como secretaria de Autonomías y fue responsable de impulsar el proceso señaló que “después del cabildo de las 100.000 personas que estuvieron en monumento se generó un momento de comunidad y cohesión social como nunca visto. Había un movimiento esperanzador porque creíamos que con la aprobación del Estatuto íbamos a cambiar la historia porque en Tarija hemos vivido siempre postergados”. En la valoración del desarrollo, Vaca indicó que “los diez años han transcurrido de manera muy conflictiva, porque hay una negación de la Autonomía desde Leyes nacionales y ha sido violada porque se levantó al primer Gobernador electo y se propició una intervención que generó mucha desesperanza”.
Tanto Vaca como Lea Plaza y otras autoridades enfrentan un proceso penal por supuesta conducta antieconómica, uso indebido y otras figuras por haber asignado recursos públicos a un referéndum ilegal a pesar de que la Autonomía y los referéndums en sí fueron posteriormente reconocidos en la Constitución Política del Estado. Diez años después, sin embargo, se sigue el proceso.
El secretario de Coordinación, Waldemar Peralta, entonces vinculado al movimiento cívico, indicó que “en la mente de la población, lejos de la teoría tenía como sueño colectivo concretar una solución a nuestros problemas, “el gobernarnos por nosotros mismos para encontrar nuestro anhelado desarrollo”, en respuesta a un modelo de Estado centralista y que situó a Tarija en el abandono estatal por más de 180 años”.
Peralta reflexiona ahora sobre los logros y sacrificios de la lucha cívica, que costó presos, perseguidos y exiliados, han tenido reflejo en la implementación posterior, puesto que el Gobierno acabó por incluir el modelo en la Constitución “para desfigurarlo”.
“La gestión se centralizó, las competencias más importantes se las dieron al nivel central y en el caso de Tarija, sirvió para fracturar al departamento de cierta manera, matar la planificación estratégica departamental creando 11 mini gobernaciones y tener al legislativo como verdugo de la democracia y principal traba del desarrollo además de los indicios de corrupción” señala.
“Sin duda esta no es la autonomía que soñamos, la concesión desfigurada del gobierno fue la herramienta perfecta para implosionar a Tarija por dentro. La autonomía como ésta es un trago amargo de una victoria triste. Solo conquistaremos la autonomía que queremos con un nuevo gobierno, donde abramos la constitución y podamos moldear esa autonomía que soñamos y que será el vehículo para conquistar nuestros sueños” cierra Peralta.
El concejal, Alfonso Lema, que por entonces incursionaba en política con las mismas banderas, recuerda con satisfacción el respaldo masivo que tuvo el “fue la pelea entre los departamentos contra una visión centralista que siempre trató de poner trabas al proceso. La Constitución validó el proceso. Han pasado diez años y a pesar de tener el Estatuto vigente hay muchas situaciones que muestran esa visión centralista que trata de poner trabas a la conquista”.
Desde el Chaco, el analista Esteba Farfán considera que hay dos problemas “el primero es que no hay una mentalidad autonómica. No hay el espíritu ni la acción, todavía tenemos el chip de que el nivel nacional nos resuelva los problemas. De ahí que no se han desarrollado las competencias ni hay un proyecto de departamento. El segundo es la falta de planificación estratégica. El Gobierno Departamental no gobierna, administra. Creo que no concreta, no dialoga, no resuelve los problemas. En el Chaco es prácticamente inexistente”.