Rige el silencio sobre el tema de las “semillas transgénicas”
Luego de que se develara que el maíz transgénico circula por territorio nacional e incluso se lo produce en parcelas de Yacuiba, se lo comercia en Santa Cruz y algunas autoridades tarijeñas declararan sobre el tema, éstas recibieron la instrucción de no referirse más sobre el asunto hasta...



Luego de que se develara que el maíz transgénico circula por territorio nacional e incluso se lo produce en parcelas de Yacuiba, se lo comercia en Santa Cruz y algunas autoridades tarijeñas declararan sobre el tema, éstas recibieron la instrucción de no referirse más sobre el asunto hasta que el Ministerio de Medio Ambiente y Agua no tome alguna determinación.
El director del Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (INIAF), Luis Acosta, fue uno de ellos, aunque sólo había informado que el tema de la producción de maíz transgénico en el país es delicado, que es observado y controlado por el Comité de Biotecnología y Bioseguridad, cuyas oficinas se encuentran en la ciudad de La Paz.
A su turno, el responsable regional de la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa), David Durán Mancilla, quien había admitido que con probabilidad el maíz transgénico y el local pueden “contagiarse” algunas características si son sembradas juntas, también informó que recibió la instrucción de sus superiores en La Paz para no referirse al tema, mientras este no sea resuelto.
Los hechos
Desde hace cinco meses cuatro propietarios de camiones se encuentran sin sus herramientas de trabajo porque fueron decomisados por la Aduana ya que transportaban maíz transgénico, sin embargo, este producto fue recogido en tierra boliviana y no era de importación, por lo que exigen que les sean devueltos.
Al respecto, la presidenta ejecutiva de la Aduana Nacional, Marlene Ardaya, afirmó que la institución cumple con su misión de verificar si el maíz decomisado es de contrabando o no y el tema de los transgénicos es muy claro, hay una ley que prohíbe su producción en territorio nacional, y quienes deben pronunciarse sobre los camiones retenidos con este tipo de producto es el Ministerio de Medio Ambiente y Agua.
Al momento no existe una manera inmediata de verificar si un maíz es convencional o transgénico, por tanto el de contrabando puede camuflarse con el nacional y, lo que es más probable, si fueron sembrados en terrenos aledaños, unos toman las características de los otros, lo que llevó a que camiones de Emapa fueran detenidos por la Aduana Nacional al verificarse que transportaban el producto que se encuentra vetado en Bolivia.
Por otra parte, de acuerdo a la versión de un productor yacuibeño, Miguel Ángel Vargas, el maíz transgénico se produce en parcelas de entre 20 a 100 hectáreas ubicadas a unos 15 kilómetros de Palmar Chico y a 20 de Caiza y Villa El Carmen. Sus cultivadores conocen que es una actividad prohibida en suelo boliviano, pero se amparan en una norma que permite el uso de “semilla mejorada”.
La temporada de siembra es entre noviembre y diciembre, la cosecha inicia a partir de abril, contó Vargas. El producto es comercializado a intermediarios que lo transportan a Santa Cruz y “entran en convenio con empresas grandes a nivel nacional”.
El agricultor apuntó a instituciones como el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag) y el INIAF sin mucho examen certifican esa producción que alcanza a entre 12 a 15 mil toneladas de maíz en cada cosecha.
En este sentido, la directora regional del Senasag, Fátima Pacheco, apuntó que el tema del maíz transgénico no es competencia de la institución porque observan netamente el tema sanitario.
Qué dice la Ley 300 de la Madre Tierra
El inciso siete del artículo 24 de la Ley 300 “De la Madre Tierra y Desarrollo Integral Para Vivir Bien” define que se debe “desarrollar acciones de protección del patrimonio genético de la agrobiodiversidad, prohibiendo la introducción, producción, uso, liberación al medio y comercialización de semillas genéticamente modificadas en el territorio del Estado Plurinacional de Bolivia, de las que Bolivia es centro de origen o diversidad y de aquellas que atenten contra el patrimonio genético, la biodiversidad, la salud de los sistemas de vida y la salud humana.
El director del Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (INIAF), Luis Acosta, fue uno de ellos, aunque sólo había informado que el tema de la producción de maíz transgénico en el país es delicado, que es observado y controlado por el Comité de Biotecnología y Bioseguridad, cuyas oficinas se encuentran en la ciudad de La Paz.
A su turno, el responsable regional de la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa), David Durán Mancilla, quien había admitido que con probabilidad el maíz transgénico y el local pueden “contagiarse” algunas características si son sembradas juntas, también informó que recibió la instrucción de sus superiores en La Paz para no referirse al tema, mientras este no sea resuelto.
Los hechos
Desde hace cinco meses cuatro propietarios de camiones se encuentran sin sus herramientas de trabajo porque fueron decomisados por la Aduana ya que transportaban maíz transgénico, sin embargo, este producto fue recogido en tierra boliviana y no era de importación, por lo que exigen que les sean devueltos.
Al respecto, la presidenta ejecutiva de la Aduana Nacional, Marlene Ardaya, afirmó que la institución cumple con su misión de verificar si el maíz decomisado es de contrabando o no y el tema de los transgénicos es muy claro, hay una ley que prohíbe su producción en territorio nacional, y quienes deben pronunciarse sobre los camiones retenidos con este tipo de producto es el Ministerio de Medio Ambiente y Agua.
Al momento no existe una manera inmediata de verificar si un maíz es convencional o transgénico, por tanto el de contrabando puede camuflarse con el nacional y, lo que es más probable, si fueron sembrados en terrenos aledaños, unos toman las características de los otros, lo que llevó a que camiones de Emapa fueran detenidos por la Aduana Nacional al verificarse que transportaban el producto que se encuentra vetado en Bolivia.
Por otra parte, de acuerdo a la versión de un productor yacuibeño, Miguel Ángel Vargas, el maíz transgénico se produce en parcelas de entre 20 a 100 hectáreas ubicadas a unos 15 kilómetros de Palmar Chico y a 20 de Caiza y Villa El Carmen. Sus cultivadores conocen que es una actividad prohibida en suelo boliviano, pero se amparan en una norma que permite el uso de “semilla mejorada”.
La temporada de siembra es entre noviembre y diciembre, la cosecha inicia a partir de abril, contó Vargas. El producto es comercializado a intermediarios que lo transportan a Santa Cruz y “entran en convenio con empresas grandes a nivel nacional”.
El agricultor apuntó a instituciones como el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag) y el INIAF sin mucho examen certifican esa producción que alcanza a entre 12 a 15 mil toneladas de maíz en cada cosecha.
En este sentido, la directora regional del Senasag, Fátima Pacheco, apuntó que el tema del maíz transgénico no es competencia de la institución porque observan netamente el tema sanitario.
Qué dice la Ley 300 de la Madre Tierra
El inciso siete del artículo 24 de la Ley 300 “De la Madre Tierra y Desarrollo Integral Para Vivir Bien” define que se debe “desarrollar acciones de protección del patrimonio genético de la agrobiodiversidad, prohibiendo la introducción, producción, uso, liberación al medio y comercialización de semillas genéticamente modificadas en el territorio del Estado Plurinacional de Bolivia, de las que Bolivia es centro de origen o diversidad y de aquellas que atenten contra el patrimonio genético, la biodiversidad, la salud de los sistemas de vida y la salud humana.