El Abril continúa con “lo más diminuto” de la música fusión
Un dúo loco por la antimateria, de donde tomaron su nombre, AntiQuarks, se presentará mañana jueves en el Teatro de la Cultura desde las 20.00 con música fusión de su creación, ritmos progresivos con tonadas africanas, interpretados con instrumentos de percusión y otros más antiguos como...
Un dúo loco por la antimateria, de donde tomaron su nombre, AntiQuarks, se presentará mañana jueves en el Teatro de la Cultura desde las 20.00 con música fusión de su creación, ritmos progresivos con tonadas africanas, interpretados con instrumentos de percusión y otros más antiguos como el órgano con pedales y la zanfona.
El dúo está compuesto por Richard Monségu que es la voz, canto e interpreta la batería e instrumentos de percusión y Sébastien Tron con la electro zanfona, voz y el órgano con pedales.
Partículas
Monségu explicó que los elementos están compuestos por moléculas y átomos y en el interior de estos están las partículas subatómicas más pequeñas y encargadas de la cohesión de la materia que se denominan “quarks” y “antiquarks”. “Para que la materia exista hay que tener la oposición y es como la vida y la muerte, la luz y la sombra, las mujeres y los hombres, que juntos hacen cosas increíbles”, explicó.
Empezaron con el proyecto hace 20 años, tienen influencia de la música y rock progresivo de los años 70’, como King Krimson, Pat Metheny y Led Zeppelin. Su compañero toca un instrumento musical muy particular, la zanfona, muy antiguo en Europa y consta de una rueda con una manivela, cuerda y teclado.
Con formación en Sociología y Antropología, Monségu realiza investigaciones sobre el hecho musical, la que producen las sociedades, las que no están inscritas en partituras, sino aquellas que se transmiten de manera oral de generación en generación, sus estructuras son diferentes con métodos mnemotécnicos para recordar y recuperar.
También estudia el vínculo entre el instrumento, la voz y el cuerpo que se da en los bailes tradicionales y su especialidad es acompañar a los bailarines tocando el tambor, realiza una investigación participante.
Luego de estas experiencias, los ritmos recogidos los fusiona con la música contemporánea, vincula el rock progresivo con la música tradicional de otras culturas, “son los bailarines los que me enseñan a tocar”, puntualiza al explicar que cuando interpretan la batería, con la voz, la zanfona y el teclado hacen una mezcla como una fábrica de sonidos.
Sus composiciones tienen que ver con historias de seres humanos anónimos, inventan relatos y sus interpretaciones nunca son iguales unas a otras porque buscan crear sentimientos en el público de acuerdo a qué es lo que quieren comunicar.
“Las formas estéticas de nuestra música son diferentes cada vez que contamos una historia –sostuvo-, los temas son sociológicos y artísticos, la música es un viaje que viene del interior, un instrumento puede tocarse con las personas, pero la música es una experiencia interior”. En cuanto al canto, juegan con los fonemas y en esta presentación son tomadas de las lenguas africanas y árabes.
No tiene una formación musical de conservatorio, aprendió a hacer música de manera empírica con las sociedades a las cuales fue a estudiar de manera participativa, su método de trabajo es tocar y estudiar al mismo tiempo, luego de una intervención suele dedicarse a escribir sobre los resultados de sus observaciones y posteriormente hilvanar ideas para sus composiciones.
Si bien el dúo nació hace dos décadas en Lyon, el nombre Antiquarks lo utilizan desde hace 13 años. Durante este tiempo recorrieron con su arte gran parte de Europa como España, Italia, Portugal, Austria, también visitaron México y ahora pretenden recorrer distintas regiones de Tarija y del país.
El vínculo con Bolivia a través del arte
La visita de AntiQuarks responde a gestiones que se realizaron entre la Casa CreArt y la Compañía Coin Coin Productions de Francia –representada por Lea Battegay-, contó Daniel Siles.
“Gracias a un convenio que realizamos logramos vincular a Francia con Bolivia, Battegay hizo las gestiones en ese país para logra traer a este grupo, que también estará en comunidades como Potrerillos en Entre Ríos, Emborozú en Padcaya y Tarairí en Villa Montes”, indicó.
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El dúo está compuesto por Richard Monségu que es la voz, canto e interpreta la batería e instrumentos de percusión y Sébastien Tron con la electro zanfona, voz y el órgano con pedales.
Partículas
Monségu explicó que los elementos están compuestos por moléculas y átomos y en el interior de estos están las partículas subatómicas más pequeñas y encargadas de la cohesión de la materia que se denominan “quarks” y “antiquarks”. “Para que la materia exista hay que tener la oposición y es como la vida y la muerte, la luz y la sombra, las mujeres y los hombres, que juntos hacen cosas increíbles”, explicó.
Empezaron con el proyecto hace 20 años, tienen influencia de la música y rock progresivo de los años 70’, como King Krimson, Pat Metheny y Led Zeppelin. Su compañero toca un instrumento musical muy particular, la zanfona, muy antiguo en Europa y consta de una rueda con una manivela, cuerda y teclado.
Con formación en Sociología y Antropología, Monségu realiza investigaciones sobre el hecho musical, la que producen las sociedades, las que no están inscritas en partituras, sino aquellas que se transmiten de manera oral de generación en generación, sus estructuras son diferentes con métodos mnemotécnicos para recordar y recuperar.
También estudia el vínculo entre el instrumento, la voz y el cuerpo que se da en los bailes tradicionales y su especialidad es acompañar a los bailarines tocando el tambor, realiza una investigación participante.
Luego de estas experiencias, los ritmos recogidos los fusiona con la música contemporánea, vincula el rock progresivo con la música tradicional de otras culturas, “son los bailarines los que me enseñan a tocar”, puntualiza al explicar que cuando interpretan la batería, con la voz, la zanfona y el teclado hacen una mezcla como una fábrica de sonidos.
Sus composiciones tienen que ver con historias de seres humanos anónimos, inventan relatos y sus interpretaciones nunca son iguales unas a otras porque buscan crear sentimientos en el público de acuerdo a qué es lo que quieren comunicar.
“Las formas estéticas de nuestra música son diferentes cada vez que contamos una historia –sostuvo-, los temas son sociológicos y artísticos, la música es un viaje que viene del interior, un instrumento puede tocarse con las personas, pero la música es una experiencia interior”. En cuanto al canto, juegan con los fonemas y en esta presentación son tomadas de las lenguas africanas y árabes.
No tiene una formación musical de conservatorio, aprendió a hacer música de manera empírica con las sociedades a las cuales fue a estudiar de manera participativa, su método de trabajo es tocar y estudiar al mismo tiempo, luego de una intervención suele dedicarse a escribir sobre los resultados de sus observaciones y posteriormente hilvanar ideas para sus composiciones.
Si bien el dúo nació hace dos décadas en Lyon, el nombre Antiquarks lo utilizan desde hace 13 años. Durante este tiempo recorrieron con su arte gran parte de Europa como España, Italia, Portugal, Austria, también visitaron México y ahora pretenden recorrer distintas regiones de Tarija y del país.
El vínculo con Bolivia a través del arte
La visita de AntiQuarks responde a gestiones que se realizaron entre la Casa CreArt y la Compañía Coin Coin Productions de Francia –representada por Lea Battegay-, contó Daniel Siles.
“Gracias a un convenio que realizamos logramos vincular a Francia con Bolivia, Battegay hizo las gestiones en ese país para logra traer a este grupo, que también estará en comunidades como Potrerillos en Entre Ríos, Emborozú en Padcaya y Tarairí en Villa Montes”, indicó.
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