En 2018, el grupo de tecnologías de mercadeo más influyente de Latinoamérica, entonces FLUVIP, ahora Magnetic, escogió la fecha para reconocer a las personas que se dedican a crear y compartir contenidos capaces de influir en las decisiones de vida de otras personas, y que han hecho de esta actividad una nueva fuente de ingresos económicos. Dicho así, pareciera que cualquiera puede ser influencer; la verdad es que no resulta algo fácil.

A ver, ponle filosofía

Para empezar, el ser del influencer está mediado por la tecnología, las redes sociales y la conexión que tiene con la audiencia, y existe en tanto y cuanto la narrativa que crea es aceptada por los usuarios que consumen y reinterpretan su producción, influyendo a la vez en la persona influencer con sus comentarios y reacciones. Por tanto, la identidad del influencer es constantemente negociada entre la persona real y la persona mediática, hecho que trae consigo una variedad de tensiones psicosociales.

Uno de ellos, sin duda, es el dilema relacionado con la veracidad del contenido, la promoción de productos, la manipulación de la imagen personal y los valores que se transmiten, y es lícito preguntarse hasta qué punto es ético influir (y dejarse influir) sobre las decisiones de consumo, de tendencia y creencia, y más aún, sobre los estándares de vida que pueden impactar en la autoestima y la manera de relacionarnos con los demás.

Además, en estos tiempos de posverdad, los influenciadores se han convertido en mediadores del conocimiento, y la información y opiniones que transmiten, a través de las nuevas tecnologías de la mediación, tienen el peso suficiente para transformar la idiosincrasia de sus seguidores. Una persona influencer no necesita ser experta en el campo que aborda. Basta con tener una “autoridad” bien construida, la cual muchas veces se basa en la habilidad de mantener a la audiencia bien involucrada.

De ahí que se trate de uno de los trabajos con mayores implicaciones éticas, ya que puede contribuir a la creación de conocimiento legítimo y actos positivos, como a la difusión de desinformación y tendencias destructivas.

¡Ya, volvamos a Tarija, oye!

Habría sido bueno que el censo nos dijera cuántos influencers hay en Tarija. Sólo las marcas, las empresas y emprendedores le dan bola a este nuevo oficio, en el cual una persona de Tarija puede ganar, al mes, entre 300 bolivianos y “mucho más que el sueldo del presidente, a veces en un fin de semana”. Así lo expresan siete influencers con los que Pura Cepa conversó para comprender mejor los gajes de este nuevo oficio del siglo XXI, un oficio complejo que requiere muchos conocimientos, desde estrategias de mercadeo y diseño gráfico, hasta la guionización, grabación y edición de videos, sin contar los conocimientos específicos que cada persona tiene y que la hacen única en el mundo influencer.

De la charla, también quedó claro que el boom de los influencers en Tarija comenzó entre 2021 y 2022, que son pocos quienes hacen de esto un oficio a tiempo completo, que hay que invertir mucho tiempo y dinero para saber crear contenido, y que, en general, existe una especie de respeto por el anglicismo “influencer”, y se prefiere más la denominación de “creador de contenido”.

Otro dato interesante sale de la clasificación de influencers. En Tarija, no tenemos celebridades, esas que alcanzan más de un millón de seguidores. Pero sí tenemos nano-influencers (de 1000 a 4999 seguidores), micro-influencers (5000 a 20 mil), influencers de nivel medio (entre 20 y 100 mil) y uno que otro que cabe en la categoría de mega-influencer (entre 100 mil y un millón de seguidores).

Si bien la cantidad de seguidores es importante, también lo es la tasa de participación de la audiencia, y en eso ganan los nano, por lo que son más atractivos para las estrategias de mercadeo con audiencias bien definidas, que, en el caso de Tarija, se encuentran sobre todo en TikTok. Sin embargo, los especialistas prefieren un perfil más sólido, y en eso ganan los influencers de nivel medio.

Chau

Ya nos vamos, pero antes queremos enviar un saludo a Pepona TV, Elena Paco, Luis Guerrero, Antonella Ulloa, Chivito Carrasco, Rosa Perales y todos los creadores de contenido e influencers tarijeños con los que no pudimos charlar. Será en otra.

Los dejamos con los siete del Día del Influencer:

1. Antonio Bejarano: “La sociedad le da más bola al entretenimiento”
2. Lore Salinas: “Comunicar es algo que me encanta”
3. Rodri Alfaro: “Todos tenemos una voz que quisiéramos que escuchen”
4. Dana Bedoya: “Los influencers son el futuro de la sociedad”
5. Consejo de Alejandro Moreira para los creadores de contenido que recién empiezan
6. Tania Blacudt: “El hate es algo a lo que te acostumbras y ya no importa, incluso te ríes”
7. Abraham Albornoz: “Lo que nadie sabe es que esto se ha convertido en un trabajo”