Semana Santa en San Lorenzo, una experiencia
Más que un evento religioso, la Semana Santa es un flujo de emociones, tradiciones arraigadas y momentos compartidos que enriquecen el alma de la comunidad.



Desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección, la ciudad se transformó en un escenario vivo donde la fe, la cultura y la alegría se entrelazaron de manera única.
El Domingo de Ramos se vio envuelto en misas y palmas que cubrieron todas las iglesias, llevando consigo los días lunes, martes y miércoles hasta llegar al Jueves Santo, cuando Tarija se despertó con un aura de anticipación y solemnidad. Las iglesias abrieron sus puertas temprano, recibiendo a aquellos que deseaban honrar la última cena de Jesús. Los altares brillaron con la luz de las velas y los arreglos florales, mientras los fieles se arrodillaron en oración, sintiendo la presencia divina en cada paso.
La esencia de fe está envuelta en las tradiciones
El Viernes Santo, la ciudad se sumergió en un profundo silencio. Las calles se volvieron más tranquilas, y las procesiones religiosas resonaron en el aire. En las iglesias, los creyentes se reunieron para revivir la pasión y muerte de Jesucristo, llevando consigo una carga emocional.
Pero el Domingo de Resurrección trajo consigo una explosión de alegría y esperanza. Desde las primeras horas del día, el color amarillo iluminó las calles, simbolizando la luz de la resurrección y la victoria sobre la muerte. En cada rincón de la ciudad, se respiró un ambiente festivo para celebrar la vida y la renovación.
Y en ninguna parte la celebración fue más vibrante que en la comunidad de San Lorenzo, donde la Pascua es sinónimo de fiesta y tradición. Los habitantes se prepararon durante semanas para las festividades, adornando sus calles de amarillo con pascuas. La música y el baile llenaron el aire, mientras los aromas tentadores típicos invitaban a todos a unirse a la celebración.
Grecia Ovando, de Santa Cruz, describió su paseo por San Lorenzo como “una explosión de cultura y alegría, el zapateo, los bailes, todo es algo nuevo para mí. Me gusta pasar las fiestas de la Pascua aquí”.
En San Lorenzo, la Pascua es una experiencia sensorial, una explosión de color, sabor y ritmo que encapsula la esencia misma de la cultura tarijeña. Es un recordatorio de la importancia de la fe, la comunidad y la celebración de la vida en todas sus formas.