Cinco estrategias para mejorar la vida de los peatones en Tarija
Porque el peatón es primero, compartimos una propuesta para que Tarija no se convierta en otra de esas grandes ciudades llenas de autos, humo y personas enfermas por sedentarismo.



Los cimientos de la ciudad de Tarija se establecieron en el siglo XVI, cuando los conquistadores, liderados por Francisco de Aguirre, exploraron el valle buscando riquezas. Luego, Luis de Fuentes fundó el primer asentamiento el 4 de julio de 1574, que en la época colonial se convirtió en un centro comercial y agrícola estratégico de la ruta entre el Alto Perú y el Virreinato del Río de la Plata. La gente andaba a pie o a caballo.

En 1810, Tarija fue fundamental en el movimiento independentista bolivariano, contribuyendo a la liberación de Bolivia del dominio español, y a fines del siglo XIX y durante el siglo XX, creció y se convirtió en un importante centro de producción vitivinícola, ganando fama nacional e internacional mientras se consolidaba como una pequeña urbe al sur de Bolivia, donde abundaban las carretas y también se introdujeron los primeros automóviles.
A pesar de ser la capital del departamento que ha dado grandes riquezas a la nación, el auge económico no se ha traducido en obras que reflejen tal bonanza en la forma y trazo que la ciudad ha adquirido. Así, Tarija sigue siendo un portal del tiempo en el que el pasado colonial, de calles angostas, se encuentra con el presente moderno, sus motores, sus puentes y otras obras.

En la Tarija del siglo XXI, la suerte para el peatón es similar, tanto en las calles donde las aceras fueron recortadas para dar paso a los automóviles, o por algún ajuste de derechos reales, como en las avenidas pensadas para rodar, pero no para caminar. Por ello, recolectamos algunas estrategias que podrían mejorar la seguridad, comodidad y accesibilidad de locales y visitantes.
A peatonalizar

Existen áreas específicas en el centro de la ciudad en las que se puede reducir significativamente el tráfico vehicular, creando espacios seguros, recreativos, comerciales, turísticos, a través de la peatonalización. La estrategia permite también agrandar las áreas verdes y los espacios para distintas expresiones que fomentan la interacción social y el disfrute del espacio público, como la instalación de mobiliario y escenarios para el arte urbano.

¿Te parece imposible? Por lo menos una gran parte de los barrios del centro de Tarija se prestan para ello. Y la solución puede ser temporal, sin tener que esperar momentos como el Carnaval o la Fiesta Grande, o el mismo día del peatón. Con una buena organización, las ferias, mercados, festivales y obras culturales pueden tomar las calles y promover la interacción comunitaria, al tiempo que se promueve el uso de otras formas de transporte y movilidad activa.
¿Qué pasó con las ciclovías?

Viven en el recuerdo, y en los informes de las gestiones públicas pasadas, pero muy rápidamente y por presión de los conductores, se convirtieron otra vez en espacios de parqueo. El espacio que utiliza un automóvil lo pueden ocupar al menos cuatro bicicletas. Eso es cuatro personas reduciendo la huella de carbono y trabajando por su salud propia.
No hay que olvidar que el tema requiere pensar en una verdadera red de ciclovías. Actualmente, los pocos trazos que hay en la ciudad en los que se puede manejar una bicicleta están desarticulados, como sucede con la ciclovía de la Ruta 1. Es como si se tratara de curiosidades barriales que no llevan a ninguna otra parte.
Conciencia de Cebra
Las Cebras son una estrategia importada de La Paz, que a principios de siglo importó el recurso de Bogotá, Colombia, donde su creador, Antanas Mockus, implementó la estrategia para impulsar un cambio social y cultural en la década de los 90s del siglo pasado. Obviamente es preferible mirar cebras que verdeolivos dirigiendo el tráfico, promoviendo el respeto de las normas viales, y deseándote un gran día.

Es probable que las Cebras de Tarija tengan que pensar mejor sus territorios de actuación. Funcionan bien en los barrios del centro, pero hay otros lugares donde también se les requiere. Se necesita una gran fauna que haga frente a la animalidad creciente que se apodera de los conductores tarijeños, y también de los peatones que poco saben de ceder el paso y no estorbar.
Una para los conductores

Existe una buena estrategia para mejorar la circulación en zonas congestionadas o sin semáforos, como suele suceder en el centro de la ciudad. Se llama uno por uno (1x1) y es muy simple: mientras pasa un auto, el otro se detiene. El patrón de movimiento alterno de los vehículos evita cuellos de botella, reduce la congestión vehicular, prioriza la fluidez del tráfico y también la seguridad de los peatones, sobre todo los que llevan bebés en carritos, que no tienen que esperar en incertidumbre el momento de cruzar la calle.
Artífices de la metropolización
Si esperamos que nos alcance el futuro, lo más probable es que tengamos una zona metropolitana entre Tarija, San Lorenzo y Uriondo, por decir, en la que los loteadores particulares y también los que trabajan en las instituciones públicas habrán cortado la torta al antojo del bolsillo. En tal escenario, ser peatón en la Gran Tarija será una pena más, y la única pena que vale es la de ponerse a planificar. Más si queremos seguir con la pretensión de descubrir y explotar nuestro potencial para el turismo, y vivir de ello.

(Actividad organizada por Casa Creart en la Av. Domingo Paz)