La realidad de las trabajadoras asalariadas del hogar sin hogar
Tres investigadoras trabajaron hombro a hombro con las trabajadoras asalariadas del hogar asociadas y sindicadas de Tarija para revelar aspectos críticos de su situación.



Con la presencia de más de 70 personas, incluyendo representantes de instituciones públicas como la Agencia Estatal de Vivienda y el Ministerio de Trabajo, el pasado 15 de junio, Mariel Paz, Alba Van der Valk y Karina Olarte, del colectivo de investigadoras del sur Amanqay, presentaron “Mujeres y niñas sin casa: Violencia y derecho al techo propio. El caso de las trabajadoras asalariadas del hogar en Tarija”, una investigación sobre la relación entre violencia de género y carencia de acceso a la vivienda propia y condiciones de habitabilidad de las mujeres trabajadoras asalariadas del hogar (MTAH) en Tarija.
“Es un tema de clase social, de pobreza estructural. Tiene que ver con la migración y la situación de vulnerabilidad en la que viven desde que son niñas”
Gracias al apoyo financiero del Fondo de Mujeres Apthapi Jopueti, las autoras pudieron entrar en contacto con la Asociación de Trabajadoras Asalariadas del Hogar “30 de marzo” (ATAH) y el Sindicato de Trabajadoras Asalariadas del Hogar de Tarija (SITRAHO-T). “No sólo somos investigadoras académicas que recogen información. Consideramos que la fuente de saber son las MTAH, y el nivel de relación es horizontal. Ellas son la fuente de la sabiduría y las propuestas”, dijo Paz en su intervención.

Nombrar una situación
Motivadas por el caso de asesinato de la niña Esther en El Alto durante la pandemia, las investigadoras buscaron nombrar las necesidades y realidades de las MTAH en Tarija indagando en la relación entre la violencia de género y la carencia de acceso a la vivienda propia y condiciones de habitabilidad de las MTAH de la ciudad de Tarija.
Se interesaron en visibilizar y explicar los efectos de la falta de acceso a la vivienda propia en la violencia de género hacia las MTAH para proponer medidas dirigidas a garantizar el derecho a una vida libre de violencia de género y el goce de dignidad y seguridad. Esto fue posible con un trabajo que permitió identificar la diversidad de casos de violencia de género hacia las MTAH y las niñas que viven con ellas, además de las condiciones de ocurrencia de esta violencia en función de la carencia de acceso a la vivienda propia y a buenas condiciones de habitabilidad.

Las investigadoras siguieron una metodología en la que el diálogo participativo, las encuestas y los grupos de discusión con la ATAH y el SITRAHO-T fueron las herramientas principales. También desarrollaron alternativas de investigación cualitativa con la implementación de la gramática textil, una manera de expresar los sueños y anhelos de un techo como contraparte a los testimonios de carencia y violencia.
Olarte detalló que, gracias al impulso de Apthapi Jopueti, se logró “mirar el proceso investigativo desde otra perspectiva. Encontramos una carencia de datos cuantitativos, que eran necesarios para profundizar una investigación cualitativa” que les permitió recoger testimonios “que desnudan una realidad cruel de la presencia de violencia en situaciones de trabajo asalariado del hogar, y en situaciones de no tener un techo propio”.

Van der Valk observó que la situación de violencia para estas personas “es una expresión más de un poder que tiene que ver con varios ámbitos. Muchas de las MTAH provienen del área rural. Es un tema de clase social, de pobreza estructural. Tiene que ver con la migración y la situación de vulnerabilidad en la que viven desde que son niñas”.
Necesidades y realidades de las trabajadoras asalariadas del hogar
Dentro del universo configurado, que incluye a MTAH en la ciudad de Tarija, el 43% nació en Tarija-Cercado, 24% en el área rural del Departamento, 22% en el área rural de otro Departamento, y un 11% tiene otra procedencia.
El 30,5% de las MTAH no tienen hijos, mientras que 24,4% tiene un hijo, 24,4% tiene dos hijos, 9,8% tiene 3, y 10,9% tiene 4 o más hijos. Es decir, el 69,5% de las MTAH son madres y en su gran mayoría se encargan solas de la crianza de los hijos, pues no tienen a su lado al compañero que se haga cargo de la paternidad.

Sobre el tema de la propiedad sobre la vivienda, apenas un 25% tiene vivienda propia, mientras el resto habita en una vivienda que no es propia, por ejemplo, casa prestada por un familiar, alquiler, con la familia de la pareja, o en anticrético (un bajo porcentaje). Si bien es un dato que puede hablar también de la condición habitacional de cualquier habitante de Tarija, en el caso específico de las MTAH es un dato sobresaliente.
La carencia de vivienda implica una mayor vulnerabilidad a sufrir algún tipo de violencia en el trabajo
En cuanto a la experiencia de la violencia en el puesto de trabajo, el 80% de las MTAH reportan haberla sufrido, y el 20% dice no haberla experimentado nunca. De las personas que experimentaron violencia, apenas un 19% tienen vivienda propia. Por lo tanto, para las MTAH de la ciudad de Tarija, la carencia de vivienda implica una mayor vulnerabilidad a sufrir algún tipo de violencia en el trabajo.
En sus palabras
Beatriz Sullca, presidenta del SITRAHO-T, comentó el título del libro: “Son dos personajes que reflejan nuestra historia de lucha frente al sometimiento y discriminación. Reflejamos esa cruda realidad en este sencillo y humilde libro de gran importancia y valor que nos guiará y fortalecerá hoy y siempre”.

Sullca también refrendó las demandas de las TAH, que, sorpresivamente, son las de cualquier trabajador: Lograr derechos mínimos, pago de salario mínimo nacional mensual, jornada laboral de 8 horas, derecho a vacaciones, día de descanso obligatorio todos los domingos y feriados, pago de aguinaldos por año trabajado, pago de indemnización por año trabajado, desahucio en caso de despido injustificado, reconocimiento del 30 de marzo, día de la trabajadora asalariada del hogar, como día de descanso con pago de haberes.
“Duele vivir en casa ajena. Churo fuera si tuviéramos una casa propia, no estaríamos expuestas a tanta violencia”
La presidenta de SITRAHO-T concluyó su participación expresando la dificultad de la situación de las TAH. “Tan cruel es la realidad que no logramos el sueño de tener un techo propio para bienestar de nosotros y nuestros hijos. Estamos expuestos a todo tipo de violencia. Duele vivir en casa ajena. Churo fuera si tuviéramos una casa propia, no estaríamos expuestas a tanta violencia”.
Flora Mamani, presidenta de la ATAH, interpeló al público presente: “Muchas personas que están aquí tal vez tienen una trabajadora del hogar en casa, trátenla bien. Yo he trabajado desde mis 11 años. Esas veces no había ni horario de entrada ni salida, el salario que ganaba era de 20 bolivianos al mes y comida, sin derecho a descanso. Hasta el día de hoy, no somos bien vistas ni bien pagadas. Muchas somos madres solteras, hemos criado a nuestros hijos solas. Tenemos hijos que ya van a salir profesionales. Otros todavía son pequeños. No tenemos vivienda propia, el salario no nos alcanza”.

Caracterización de un territorio
Para Van der Valk, es fundamental comprender cómo caracterizar a las MTAH y cuál es su espacio de trabajo. “Estas mujeres vienen del campo, en situación de carencia, son jóvenes, madres, mujeres que desarrollan su trabajo en un espacio ajeno en el que ellas están vulnerables porque no hay una autoridad a la que ellas se puedan dirigir, que no es una institución o un espacio público. Es un espacio privado, todo lo que está ahí es de otros, y ellas sienten como si la dueña o dueño también quisiera apropiarse de ellas. Esa es la situación relatada. Y se puso más grave en la pandemia”.
“Es un espacio privado, todo lo que está ahí es de otros, y ellas sienten como si la dueña o dueño también quisiera apropiarse de ellas”
Al ser interpelado por la presidenta de la ATAH, el representante de la Agencia Estatal de Vivienda informó que la misión de su institución es “beneficiar con viviendas a los sectores más vulnerables, pero nos regimos con reglamentos, y uno de los requisitos es que el postulante tiene que tener un terreno para la construcción. Las trabajadoras que ya tienen terreno, pueden presentar sus solicitudes para que hagamos las evaluaciones respectivas. En el área urbana todavía no hemos comenzado con evaluaciones. Las personas que no cuentan con terreno, hay que ver los mecanismos para generar un convenio donde puedan contar con un terreno y nosotros construir la vivienda”.
Una copia de “Mujeres y niñas sin casa: Violencia y derecho al techo propio. El caso de las trabajadoras asalariadas del hogar en Tarija” está disponible llamando a las investigadoras de Amanqay (72949804), a la ATAH (60252888), o al SITRAHO-T (74508941).