En la voz de Boka Esquina (I)
Primera parte de un especial sobre una de las voces más fuertes del hip-hop boliviano.



Conocida como Boka Esquina, Nayra Morales Tardío es una rapera nacida en La Paz el 23 de abril de 1999, “tres días muy tarde pa’ quienes saben”. Hace poco, lanzó su segundo disco, titulado “Bombea la Sangre”. En esta primera parte de una entrevista especial para Pura Cepa, conoceremos las peripecias que llevaron a esta artista a encontrar su camino.
Fotos de Malahierba Wicchu Noe y Sergio Flores.
Pura Cepa (PC). ¿Desde cuándo cultivas el arte del rap?
Boka Esquina (BE). Ya unos dos años y medio que voy practicando, pero yo empecé en nuestra cultura con el graffiti, saliendo de noche a rayar las calles con frases de protesta y mi tag. Dentro de ese recorrido, he practicado mucho el rapear así como el arte marcial que es, que requiere disciplina y espiritualidad, consciencia de uno y de su entorno, y el manejo técnico de lo versátil que llega a ser. Me gusta pensar que he refinado técnicas de fraseo, escritura, delivery, y obviamente al lado también está toda la cuestión de la producción, que es vital en mi composición. El “FL Studio” lo sé manejar más tiempo de lo que hago rap, he ido perfeccionando mi sonido, el diseño de ambientes sonoros, técnicas de sampleo. A eso hay que sumarle nomás la composición musical, que es algo que tengo desde hace más de 10 años, cuando empecé a tocar guitarrita.
“He practicado mucho el rapear así como el arte marcial que es, que requiere disciplina y espiritualidad, consciencia de uno y de su entorno”
PC. ¿Cuáles son tus principales influencias?
BE. Ufa, manito. Si hablamos de artistas internacionales y famosos, tendría que nombrar al MF Doom, que es mi guía y un referente para mi nivel de beatmaking y rapeo, QEPD. Después a los Griselda, al Freddie Gibbs, a Kendrick Lamar, a los Tribe Called Quest, a Camp Lo, a los Black Star. En español, el rap colombiano ha sido mi primera escuela, Doble Porción, Vic Deal, Granuja, Noiseferatu, N. Hardem, y después otros grandes como Mugre Sur, Rxnde Akozta, Pedro Mo, esas onditas. Pero cuando una se implica en la cultura local, esta es la que más influye en mi chamba y mi música. El rap paceño/alteño es mi mayor influencia. Aprovecho pa’ darle esquina a mis panas que son de un talento inmensurable. EnTuParla’NT, Dechope, Paul Ibieta, Chicho Realm, FM11, Greco Fyah Fú, Sadhana, Pandora MC, El Polo 8Siete, mis hermanos jóvenes Pupa Chao, Adanter MC, de mi zona los Plasma Biofa, mi padrino Alandino, los Zona Mezklan, sobretodo mi hermano de Rimay, el Beat Life, los Sold Clan, el DeamB Gipsy, que su tema “Danger” no me saco de la cabeza, el Andes MC, el maestro hokage RezP. Desde mi Cocha querida la Kanto Tik’a Nina, mi hermana que me abrió puertas la Alwa, los Chasqui Clan y todo Sound Killah, que respeto waso. Son full, pues.
PC. ¿Qué estudiaste y qué relación tiene con tu trabajo?
BE. Intenté estudiar varias veces, cine, filosofía, sociología. Pero la U, la verdad, nunca me dio bien. Siempre me sentí vacía e incompleta dedicando mi tiempo a los estudios. Desde entonces, laburo en distintas chambitas, así como casi cualquiera ya de mi generación, que tenemos varias pegas al mismo tiempo. Albañil, plomería, pintura, gestión de proyectos culturales, talleres de rap o de expresión. Por un tiempo en una imprenta-fotocopiadora, ahisito por la UMSA. Ahora en un call-center, de 4 de la mañana al mediodía. Lo que salve, pues, para vivir. Pero, la verdad, también chambeo mucho en mi música que, gracias a la vida, a veces me sabe rendir bien cuentitas. Por ejemplo, haciendo pistas, produciendo pa’ otros artistas, y los conciertos.
PC. ¿Cómo financias tus grabaciones?
BE. Tengo muchas fuentes diversas de ingreso, las chambas prácticas y puntuales, los trabajos de producción, el beatmaking, los conciertos, algunos tráficos antiguos de ya tu sabe', el rapear en la calle por moneditas, vender cosas valiosas que he ido recuperando a lo largo de mi vida. Una se las arregla como puede, pues. A mí, chambita de oficina, me cuesta conseguir, uno porque me da terror, y dos porque no tengo título de nadas. Pero ahí voy, raspando mis meses, comiendo almuercito delicioso de diego o sopita de cocin, tratando de no gastar en vainas para tener con qué pagar el estudio. Y también algo que me ha ayudado mucho a mí es aprender a hacer todo lo posible yo misma, el beat, la producción inicial, el maqueteo, el marketing. “Bombea la Sangre” lo pagué con un préstamo que me sigue teniendo endeudada el día de hoy, pero valió la pena.
“Una se las arregla como puede, pues”
PC. ¿Qué haces cuando no estás trabajando en tus beats o tu lírica?
BE. Me gusta jugar básquet con unos tecuas en la canchita de mi zona. Igual soy bien aficionada al cine, a la música. Paso mucho tiempo escuchando musiquita nueva, analizando, buscando samples. De ahí el graffiti y el callejeo, los panas, la jodita, armar eventos socioculturales. Siento harto compromiso con mis comunidades y con mi ciudad, y me gusta dedicarle parte de mi vida al apoyo mutuo. Prender quesito y meditar, levantar la cabeza y mirar el cielo celeste y las montañas, salir a romper cuando hay que salir a romper, porque los de arriba nos quieren romper. Cocinar igual me gusta hartito. Un queso humacha, pues, le invitaré algún día que pase por Alto Obrajes Cuarto Centenario.
PC. ¿Cuál es el sitio en La Paz que más adoras y por qué?
BE. Mi lugar favorito de La Paz, tus brazos, bebé, pa’ quien se sienta aludida, ¡yiaaaaaa! (Risas). Segundo lugar, tendría que ser cualquier calle que estén caminando mis panas a mi lado y mi lata en el bolsillo. Tercer lugar, la pensión de mi casera.
PC. ¿Quién es Taparaku (TPRK)?
BE. Es una bola de rabia y frustración, pero bien reggaetonera (Risas). Su fuerza de vida era las cosas más wasas que le habían pasado y las ganas de escupir pa’ arriba.
PC. ¿Quién es Boka Esquina?
BE. Creo es la evolución de Taparaku, un poco la madurez de esa misma rabia y fuerza de vida. Es alguien que ha encontrado comunidad, amor, y un lugar en el que se siente más en posición de escucha, menos de habla. Yo soy, pues.
“Mi lugar favorito de La Paz, tus brazos, bebé, pa’ quien se sienta aludida, ¡yiaaaaaa!”
PC. ¿Qué relación tienen TPRK y Boka Esquina?
BE. No había el uno sin el otro. TPRK fue el salto a sacar temas, a aceptar el rap como mi vehículo principal de expresión. Boka Esquina es nomás lo que sería TPRK, pero mejor cocidito, sazonadito, con más realeza adentro.
PC. ¿Qué se ha movido en ti entre "Montaña y Gas" y "Bombea La Sangre"?
BE. Waaa, muchísimo. “Montaña y Gas” lo escribí en los okupas de Bruselas, en un estilo de vida de descuido, viviendo solamente por mi gente y mi comunidad, luchando contra las injusticias de la clandestinidad en Europa, viviendo traumas mensuales, arrestos mensuales, falta de kibo, salud mental. Estaba en un lugar muy oscuro de mi vida en el que lo único que tenía era gente que amo a mi alrededor, que para mí es lo mejor que puedes tener si es que vas a tener solo una cosa. Pero el cuerpo necesita también cuidado, comida, paz. “Bombea la Sangre” lo escribí pos-deportación, con todo el mambo que ha implicado regresar a La Paz forzosamente, reencontrarme con mi familia, descubrir el mundo del hip-hop paceño, y reconstruirme con más sabiduría y paciencia hacia el cuidado de mi cuerpo y mi sangre, hacia la pertenencia a una comunidad, hacia el encuentro de una identidad más grande y más sustancial que la rabia.
PC. ¿Qué pasó en Bruselas?
BE. Yo fui a Bruselas a querer estudiar, porque las carreras de cine y de arte son mejores. A hacer un poco de plata igual, pero sobre todo porque tenía 18 años y no sabía hacia dónde dirigir mi vida. No tenía mucho que me haga quedar en Bolivia, y tenía esa mentalidad manipulada de creer que afuera están todas las oportunidades. Pero fui con una visa que apenas duraba unos meses, pronto terminé sin papeles y eso limitó mis estudios. Tuve que chambear para seguir pagando mi estadía, y por terca me quedé allá así. Después, sí, tenía una vida, amores, amistades, una familia conmigo. Yo no quería irme. Estaba okupando con más de 50 personas un colegio abandonado en el que hacíamos todo tipo de actividad anarquista, sociopolítica y cultural, cuidando de los nuestros y luchando. Sobre todo, evitaba rejas y problemas, y buscaba una dirección para mi vida.
“Tenía esa mentalidad manipulada de creer que afuera están todas las oportunidades”
PC. ¿La pandemia detonó la publicación de tu música? ¿Cuál era tu proyecto antes?
BE. La pandemia fue un detonante pa’ toda mi vida, la verdad de Dios. Yo por culpa de esa vaina perdí mis laburos, mis ingresos, tuve que irme de mi jato alquiladito, acabé sin hogar y en el okupa, y todo ese mambo que me cambió pa’ siempre. Ahí empecé a rapear, así que, de cierta forma, sí, impulsó toda esta loquera de la musik. Mi proyecto antes era entender qué quería de la vida. ¡No estaba chapando naaaaadaaaaa!
PC. ¿Hay cosas que aún no dices o te has frenado de nombrar en tu lírica?
BE. Si, muchas. Yo todavía soy muy joven, mi carrera apenas empieza, tengo un larguísimo sendero que seguir y creo que por ahora hay muchas cosas que me da miedo nombrar o hablar. Muchas cosas que me cuesta reconocer de mí misma por el miedo a la cara que se da. Me gustaría hablar más de transidentidad en mis canciones, pero me da miedo perder a una parte del público hip-hopero más convencional, por así decirlo. Me gustaría hablar más de sexo y drogas, porque son temas importantes y constantes en mi vida, pero me da miedo no ser suficientemente buena para no hacer algo cliché y morboso. Poco a poco.
“¡No estaba chapando naaaaadaaaaa!”
PC. ¿Qué historias cuentan tus tatuajes?
BE. Ninguno cuenta mucha historia, tal vez solo la de quién lo hizo y su cercanía en mi vida. En caso de algunos, el por qué no hay que hacerse tatuajes grandes y vistosos a los 16. Se van a arrepentir (Risas).