Periodismo gastronómico desde el paladar de Marcela Araúz Marañón
En esta entrevista conoceremos un poco más sobre el periodismo gastronómico y la visión que la comunicadora paceña tiene de esta especialidad poco ejercida en Bolivia.



Marcela Araúz Marañón nació en la ciudad de La Paz el 17 de noviembre de 1978. Estudió la carrera de Comunicación, se especializó en Periodismo, y hoy colabora con distintos medios digitales e impresos, además de trabajar en el departamento de Comunicación Institucional del Museo Nacional de Arte. Sin embargo, ahí en el tuétano de su labor se encuentra el periodismo gastronómico, género que cultiva y cosecha en el blog “Visceral” desde hace unos seis años y medio, por lo bajo, y que viene en sus presentaciones página de Blogspot y página de Facebook. En “Visceral”, Araúz Marañón prodiga críticas y reseñas, develando los detalles de platos y cocinas con soltura y sensualidad literaria. Aquí reproducimos las respuestas que dio a una entrevista dedicada al tema y a algunos entremeses más.
Pura Cepa (PC). ¿Cómo te acercas al periodismo gastronómico y de qué manera se ha vuelto tu causa y casi que tu bandera?
Marcela Araúz Marañón (MAM). Todo fue leyendo y viendo programas en TV en los cuales quedé fascinada por los planteamientos interesantes e históricos que escuchaba y aprendía en ellos. Luego, mi formación se basa en leer, escribir y comer. Leer todo lo que se pueda de gastronomía en Bolivia, no solo recetarios, y leer sobre periodismo gastronómico más que nada a nivel latinoamericano, porque en Bolivia no hay mucho al respecto. No hay una normativa académica para la formación del periodismo gastronómico. No se ha asentado. Esa es mi propuesta principal, que se abra espacio en los medios y se exija mayor rigurosidad y formación a quienes escribimos sobre comida.
“Esa es mi propuesta principal, que se abra espacio en los medios y se exija mayor rigurosidad y formación a quienes escribimos sobre comida”
PC. ¿Cuál es el estado del periodismo gastronómico en Bolivia?
MAM. Hay gente dedicada, tanto al tema de la comida como al tema de lo líquido, donde son más que nada sommeliers. Yo, por un tema de respeto a las áreas, no escribo sobre elementos líquidos. Me han querido mandar muestras de café y de vino más de una vez y yo las he rechazado, pese a que me convenían económicamente, porque requieren otra formación y es una cuestión de respeto. En Bolivia hay periodistas gastronómicos, pero no hay un periodismo gastronómico con identidad. No hay un espacio comprometido y sostenido en ningún lado. La idea es apuntar a eso.
PC. ¿Quiénes son tus máximas influencias en el mundo del periodismo gastronómico?
MAM. La verdad desde diferentes directrices el sueño sería llegar al nivel de Anthony Bourdain y su forma sincera de describir comidas y contextos. También me gusta la acidez y precisión de Ignacio Medina y agradezco sobremanera la enseñanza que me dio Yanet Acosta.
PC. Si la prensa es el cuarto poder, ¿cuál es el poder del periodismo gastronómico?
MAM. El periodismo gastronómico se ejerce en los medios, en primera instancia. Y como todo poder puede ser mal direccionado a solo centrarse en una propuesta gastronómica para beneficiarla, por ejemplo. También puede ser manipulada, como hay manipulación en el periodismo. Depende de la ética con la que se ejerce.
PC. ¿Es el periodismo gastronómico un instrumento de elitización de la comida?
MAM. ¿Por qué dices eso? Esa es una decodificación tuya. Al contrario, como se trata de periodismo, se asume que debe ser difusión lo más masiva posible y debe tener una gama amplia de coberturas de todo tipo.
PC. ¿Sentarse a comer o pedir para llevar?
MAM. Comer en la medida de lo posible, porque trasladar la comida hace que se enfríe y varía su presentación y sobre todo su sabor.
“Creo fundamental recalcar que es precisa la revalorización del alimento nativo y de las cocinas populares”
PC. ¿Cómo funcionan los sentidos al momento de realizar una crítica, reseña, crónica o reportaje?
MAM. Los sentidos son determinantes al momento del disfrute, comenzando por el paladar. Por ello es necesario tenerlos al 100 por ciento, no es recomendable estar en estado etílico o en un estado que entorpezca la experiencia, de modo que podamos advertir las diferentes capas que componen un platillo, un bocado. Ojo, también ayudan muchísimo cómo luce el plato y en qué ambiente está servido. Estos aspectos pueden enaltecer la comida.
PC. ¿Qué cocinas del mundo te gustan más?
MAM. Me encanta la cocina thai porque es tan variada y posibilita juguetear con ella, diversificar ingredientes sin variar sabores. Y claro, la vasta y monumental comida peruana.
PC. ¿Cuál es tu comida favorita y lo que no comes ni a bala?
MAM. Mi comida favorita es la picana de mi mamá, y no como los ojos de las vacas, o del cordero, o de cualquier animal.
PC. ¿Dónde en Bolivia está la comida que más te gusta?
MAM. Me quedo con la comida amazónica y la comida chuquisaqueña.
PC. Así como es y la conoces, ¿dirías que la cocina boliviana es una cocina de exportación similar a la china, mexicana, o tailandesa?
MAM. Totalmente. Diría yo que está en el segundo o tercer lugar de comida relevante en Sudamérica, por la maestría que requiere y por su diversidad.
“La comida ES la paz”
PC. ¿Cuáles son las historias sobre la comida boliviana que vale la pena recuperar, contar, tomar atención?
MAM. Todas, más aún aquellas que están por ser acalladas, es decir cocineras impopulares, con recetas que ya cada vez probamos menos.
PC. ¿Qué cosas del oficio has aprendido en los años que llevas realizando esta tarea que pondrías en un libro de periodismo gastronómico boliviano?
MAM. Todo lo que pueda, valoro cada aprendizaje. Pero si creo fundamental recalcar que es precisa la revalorización del alimento nativo y de las cocinas populares. Que no se dejen fascinar por los brillos de los restaurantes y cocineros de moda, simplemente. Que sepan que hay un mundo que deben recorrer y probar.
PC. ¿Por qué sería importante difundir periodismo gastronómico boliviano?
MAM. Porque es un puente entre la comunidad y los sabores que conforman la cultura de los países. La gastronomía es un engranaje fundamental de la cultural nacional, por eso ha logrado elevarse como una de las banderas valiosas en muchos casos al momento de generar marca país o reconocimientos internacionales. Si se logra difundir esa valía, aportaremos a la construcción más fortalecida de país.
PC. ¿Qué rol juega la comida en la espiritualidad? ¿Realmente hay paz después de la comida?
MAM. La comida ES la paz.