“Tempestad y Calma” surgirán del piano de Enrique Finot Gainsborg
El pianista dará la última representación de este impresionante concierto el 3 de septiembre a las 19:30 horas en la Parroquia de San Gerónimo, entrada libre con aporte voluntario.



La pieza central del concierto es la sonata “Tempestad”, opus 31 No. 2 de Ludwig van Beethoven, quien la consideraba su mejor sonata. “En Bolivia, no se conoce mucho, pero es una obra magistral, de gran dificultad técnica”. Finot enfatiza que Beethoven revolucionó la música del periodo clásico al punto de dar paso al romanticismo. “Es un compositor muy importante. Trato de incluir siempre una de sus sonatas en mis programas, y ahora quiero dar a conocer esta que es particularmente perfecta”.
El programa de “Tempestad y Calma” se equilibra con las 12 variaciones de “Ah, vous dirai-je, maman”, KV 265, de Wolfgang Amadeus Mozart, y cuatro piezas de Fryderyk Chopin: Preludio, opus 28 No. 15, conocido como “la gota de agua”; Vals opus 64 No. 2; Nocturno en do sostenido menor, opus póstumo; y la Fantasía-Impromptu, opus póstumo 66. Esta será la última oportunidad de escuchar este repertorio en Tarija.
"Las iglesias suelen tener buena acústica. Así que será una experiencia muy agradable"
“Estoy tocando después de varios años sin dar conciertos, explorando lugares. Las iglesias suelen tener buena acústica. Así que será una experiencia muy agradable”, asegura Finot, quien se ha arriesgado a financiar su gira únicamente con el aporte voluntario. “Los centros culturales deberían apoyar, pero tienen políticas que impiden cobrar entrada. Las empresas suelen apoyar solo a orquestas. Pero estoy contento porque hay una respuesta del público, que ha sido muy generoso, y su apoyo me permite financiar los gastos”.
El piano requiere mucha dedicación, horas y años de práctica y mejora. Enrique Finot comenzó a tocar el piano a los 10 años, “un poco tarde, pero es bueno empezar desde niño. Ahora con internet, vemos a los grandes pianistas del mundo. Podemos ver y escuchar todas las obras que queramos, y eso enriquece y nos hace dar cuenta de lo mucho que nos falta”, comenta el pianista.
Con 37 años tocando, Finot ha entendido que su profesión no acabará nunca. “La música se vuelve una parte inseparable de la vida. Los músicos no nos jubilamos. Tuve un profesor de 90 años, y siguió dando clases hasta el último día de su vida”. El mismo Finot, además de interpretar, se ha dedicado a formar y mejorar coros de iglesia, llegando a componer algunas misas que aún no han sido difundidas más allá de los muros entre los que fueron creadas.
Aún, tras observar la necesidad de tantos coristas que no tienen tiempo de estudiar música, Finot elaboró un método para la enseñanza de la lectura musical: un manual de 250 páginas y 6 cajas de tarjetas didácticas. “Lo he hecho en varios años y he llegado a publicarlo. Lo he aplicado en mis clases de piano y mis alumnos aprenden más rápido. He tomado 3 conceptos básicos: ritmos de un compás, sucesiones de 4 notas que suben o bajan, haciendo 8 variaciones, y el tetracordio, que nos permite transportar las sucesiones a todas las tonalidades. Se llama ‘RST.8’”. Es su orgullo.