El “Bad Drawer”
El joven artista e ilustrador tarijeño Grover Pereyra López estudia para ser médico. Su talento y capacidad para dibujar con proporción se refinaron en las clases de anatomía.
Cuando Grover era un niño, en el colegio se burlaban de sus dibujos y le decía que nunca sería bueno. Él respondía: “Pues siendo malo dibujando, como dicen, algún día lograré ser grande”. Esa idea se quedó con él. Empezó a usar iniciales para firmar sus obras. Pero pronto, empujado por el deseo de ser un gran dibujante, nació su nombre artístico “Bad Drawer”. Y ahora, ¿quién no lo conoce?
Poco a poco, Tarija se va poblando de sus dibujos, ilustraciones y personajes, y lo que antes parecía un pasatiempo, se vuelve una misión y un objetivo. “A futuro, quiero crear mi propio cómic y serie animada, con mi propia historia y personajes creados por mis manos. Espero también, con otros colegas artistas de Tarija, dar a conocer nuestra cultura con nuestro arte”.
“Aún muchas personas que me siguen no saben cómo es mi rostro y se podría decir que me gusta un poco permanecer anónimo. Me gusta esa sensación de misterio”
A Grover le gusta tomar elementos de la cultura chapaca y mezclarlos con sus otras obsesiones. “Mis principales influencias son los videojuegos, películas como Blade Runner, y animes como Akira o Ghost in the Shell. Me gusta abordar la temática futurista, sobre todo el género ciberpunk, y combinarlo con la cultura de Tarija y otras regiones de Bolivia”.
Fiel a la tendencia futurista, Grover mezcla su técnica de dibujo con la ilustración digital. Para él, es más cómodo y dinámico hacer dibujos en un celular, pues “facilita muchas cosas, puedes hacer diferentes texturas, dar la impresión de una acuarela o lápiz. Para gente que no conoce mucho del arte tradicional, empezar en lo digital puede ser una buena opción. Solo necesitas un celular y, básicamente, todos tenemos uno”.
El joven dibujante no tiene tiempo para muchas cosas. Estudia Medicina y sabe que cuando se titule y sea médico, seguirá dibujando “quizá no con el mismo ritmo, pero si con el mismo cariño que dejo en cada ilustración”. En sus ratos libres, se da la vuelta en patineta y repasa su colección de máscaras. “Últimamente, trato de fabricarlas con cartón y así crear mi propia colección. Igual me gusta coleccionar figuras de acción”.
Grover ha desarrollado su pasión a pulso, dibujando a diario, abriendo su cuenta anónima, colgando sus obras hasta tener una cantidad considerable de seguidores. “Ahí decidí contarle a la gente cercana a mí. Aún muchas personas que me siguen no saben cómo es mi rostro y se podría decir que me gusta un poco permanecer anónimo. Me gusta esa sensación de misterio”.