Un ensayo de Octava, Orquesta y Coro del Valle Central de Tarija
Los estudiantes del grupo avanzado son niños y jóvenes de 10 a 20 años. Pagan Bs.50 al mes para recibir 30 horas de acompañamiento y enseñanza musical.
En 2017, Laurent Astruc Paredes y Valentina Janco crearon la Orquesta Académica. Con los años, abrieron programas de enseñanza y crecieron hasta que la Orquesta se volvió un programa. Ahora se han instituido como “Octava”, y cuentan con el apoyo de instituciones y fundaciones a nivel nacional e internacional de las cuales destaca la UAJMS, que ha prestado “un espacio digno, suficiente para las actividades”, la Fundación Musical Bravura que aporta instrumentos y permite a los mejores estudiantes tocar a nivel nacional, e Iberacademy que facilita profesionalización a nivel internacional y da a Tarija un lugar en el mapa cultural del país.
Laurent Astruc, de madre tarijeña, nacido en Francia, destaca el desarrollo personal y profesional que “Octava” ofrece a sus estudiantes. “El trabajo de orquesta no solo es musical, es personal. Tienen mejor desarrollo escolar, disciplina, concentración, fortalece el entorno familiar porque no lo logran si los padres no están apoyándolos”.
Para Astruc, la orquesta es la sociedad. “Aquí vienen chicos de todos lados, de colegios fiscales, privados, hay ricos, pobres, gente del norte, del sur. Pero el objetivo es común. Si cada uno jala para su lado y toca más fuerte, esto no funciona”.