Alberto Eugenio Duchen, documentando los recuerdos del futuro
El joven tarijeño de 26 años es fundador y director de “Zenit Producciones Culturales”, emprendimiento dedicado al periodismo cultural.
En un evento o exposición, Alberto puede ser reconocido por la vestimenta oscura, figura delgada, cabellera larga, mirada apacible detrás de unos lentes y alguna cámara en mano. Está ahí, todo un caballero silencioso que documenta lo que sucede, rescata detalles, formas y rasgos de las personas, las cosas y la arquitectura del presente.
Para entrevistarlo, hay que aceptar respuestas tardías, pues su labor de editor lo condiciona a vivir en crono-disrupción con horarios de vampiro. “Tengo que contribuir a mi hogar. No pido nada a mis padres, si o si me busco mi pan. Es así esto, un ritmo de vida diferente”.
Alberto tuvo la crianza de un realizador audiovisual. Miro cualquier cantidad de documentales hacía cómics en el colegio, y ha estudiado y admirado la labor del Cumpa Mico. “Tiene un archivo bárbaro. Mi viejo igual, fascinados veíamos los dos”. De Clemente Eugenio Acero, su padre, tiene influencia y apoyo.
Lo acompañó desde niño a trabajar en el estudio fotográfico de la 15 de abril, antes de llegar a la plaza, antes de la era digital. Aprendió a tomar fotos con una cámara analógica Zenit, origen de su propio emprendimiento documentalista. “Jamás me dijo que no me dedicara al arte. Dijo ‘estás acá, así que bancátelas, a mí me costó’”. Alberto le reclamaba cada vez que iba a sacar fotos para la prensa. “¿Por qué no has hecho video? Me respondía que es fotógrafo. Y bueno, así nace mi afición”.
“Me apasiona narrar historias solo con imágenes. Siento satisfacción documentando, moviéndome, haciéndome conocer.”
Zenit cumplirá 5 años de existencia. Comenzó como un complemento a la universidad y se ha vuelto una escuela para quienes buscan la experiencia de un periodismo diferente. “La mayoría piensa que Comunicación es para ser presentador o ir a la plaza a levantar la mano y tener la misma nota que todos. Yo busco otra puerta, mi ambición es en favor del área cultural a la que nadie apoya porque dicen que no vende y a duras penas te dan 100 pesos”.
Alberto toma en serio su misión. Zenit se ha convertido en un frente de batalla para rescatar la memoria histórica desde la cotidianeidad. “Hay amigos que se burlan de lo que hago, ‘te estás muriendo de hambre’, dicen. He rechazado trabajos porque ya no estoy para ganar 200 pesos. Menospreciar tu trabajo no ayuda nada”.
Artistas, gestores y hasta la municipalidad agradecen su labor incesante, y su vasto archivo prueba que en Tarija existe un movimiento cultural pujante. “Zenit es mi mayor creación hasta ahora. Lo veo como una banda de rock. Hay bandas que han pasado, han marcado un antes y un después. No sé, me imagino de acá a 10 años viajando sin parar. Ir a otros lugares es bueno para crecer y alimentar el alma”.