“Bruja”, un espacio para la sanación a través del amor universal
Mujeres y hombres por igual buscan en Andrea Cardona la sanación y la responsabilidad que implica compartir energía con otras personas, con la naturaleza y con la vida
Dicen que llovía el 3 de abril de 1989 cuando nació Andrea Cardona. Autodidacta e inventora de oficios, en esta vida ha hecho de todo: fitoterapia, reiki, tarot, astrología, cocina, carpintería, pintura, bordado, guía de turistas, periodismo, y está a un pelo de acabar la carrera de historia en la Universidad Mayor, Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca. Pero Andrea nació bruja hace muchas vidas atrás.
“No sabía que iba a vivir de eso en algún momento”, aunque desde pequeña sus abuelas le enseñaron de plantas y le hablaron del significado de los sueños. Le tomó tiempo, y enfrentar el cambio de paradigma que trajo la pandemia, pero hoy “Bruja” es el espacio en el que Andrea acompaña y guía la sanación emocional y espiritual de muchas personas en Tarija y otros departamentos. “Es una vocación, he nacido para esto y me siento conectada”.
“Es una vocación, he nacido para esto y me siento conectada”
“Bruja” es el lugar desde el que Andrea comparte una diversidad de terapias con las que las personas pueden “buscar esos pedacitos de alma o alegría que quizá se han quedado olvidados y vamos a rescatar”. Andrea diagnostica con tarot, runas y otros oráculos en una sesión que dura cerca de media hora. “Una vez que entiendo lo que necesitas, te ofrezco oleatos y tinturas de plantas para integrar las energías. La albahaca, por ejemplo, siempre trae amor con ella, y la manzanilla ayuda a curar dolores emocionales ancestrales”.
En su propia huerta, Andrea ha sembrado romero, muña, jengibre, rosa, eucalipto y molle, entre otras plantas con las que prepara aceites, oleatos, tinturas y sahumerios 100% orgánicos y libres de crueldad. En “Bruja” toda preparación es personalizada y depende de lo que la persona necesita trabajar, pues “el proceso está conectado a la forma en que una persona digiere sus emociones y crea su sanación”.
Todo trabajo es remunerado, intercambio necesario para que la energía con la que una persona se va pueda culminar su ciclo. Después, Andrea toma un tiempo para limpiar su espacio físico y energético. “El área de trabajo, los frascos y utensilios que uso, todo debe ser impecable”. Responsable con su vocación, nunca atiende si está cansada o en un mal momento. “Ese cuidado hace que la experiencia sea gratificante y las personas se vayan felices”.
“El proceso está conectado a la forma en que una persona digiere sus emociones y crea su sanación”
Para Andrea, es indispensable llegar con ganas de curar todo lo que no ha salido a la luz. Ella misma ha sanado esa voz racional que le decía “¿qué estás haciendo? ¡Anda a conseguir un trabajo y deja esto!”. Su sanación le permite reconocer en la historia de otras personas lo que ya ha sentido, los mismos procesos. “Vamos a superarlo cuando conectemos con la fuente de unión universal, ahí donde alcanzamos lo más maravilloso, un estado de plenitud y paz, un silencio total”.