Celeste y Luisa Rodríguez, las hermanas que emprenden con diademas y accesorios
Para el futuro esperan lanzarse al mercado de la moda masculina.



Como para tantos otros en pandemia, la vida de las hermanas Celeste y Luisa Rodríguez Tárraga pasó por cambios que repercuten hasta hoy. Uno de ellos fue su emprendimiento Diana Accesorios, que abrieron un 4 de septiembre de 2020. Paralelamente ambas hermanas se desempeñan como estudiantes universitarias; mientras Celeste cursa el tercer año de Odontología a sus 20 años, Luisa va por el cuarto año de Bioquímica a sus 23. Sin embargo, los productos que crean están alejados de sus respectivas áreas de estudios.
La idea de emprender nació a raíz de un deseo de Luisa. Ella buscaba en la oferta tarijeña unas diademas que estaban de moda. Al no encontrarlas, Luisa decidió fabricarlas y creó una primera a base de tela y perlas, más otras dos después. Cuando sus primas vieron el resultado final sugirieron que cree más para comercializarlas. Decidió hacerlo y Celeste, por su lado, ayudarla.
Las hermanas iniciaron con un presupuesto de solo Bs 50 para adquirir la materia prima. Sobre ese monto nació el emprendimiento que se mantiene hasta hoy y que decidieron bautizar como Diana Accesorios, en memoria de su hermana del mismo nombre.
“Hace falta que se valore la producción local en Tarija”.
Aunque al inicio Celeste solo ayudaba con los trenzados de las diademas, más tarde se animó a añadir nuevos productos como scrunchies o moñas para el pelo. Sus accesorios se enfocan solo en el mercado femenino, aunque hoy estudian la forma de crear accesorios para hombres también.
Uno de sus desafíos diarios es buscar el equilibrio entre los estudios y el trabajo a la hora de organizar sus tiempos. Para mantener una rutina y evitar improvisaciones, optaron por siempre trabajar en sus accesorios durante las noches, aunque de vez en cuando ello implique trasnocharse creando los productos. Celeste recuerda una vez que asistieron a una feria de emprendedores y agotaron su stock en el primer día; por todos los pedidos para el día siguiente tuvieron que sacrificar una noche entera de sueño.
Pero ambas saben que el sacrificio es parte del camino del emprendedor. Lo que sí puede llegar a molestar a Celeste es cuando no se da valor a su trabajo y los clientes intentar regatear los precio y obtener rebajas, opina que no se valora la mano de obra local.
Aún así, Celeste y Luisa no se desmotivan y siguen adelante con la intención de crecer cada día.