Mal tiempo y los dolores
Elías Vidaurre Médico La llegada de los días de humedad implica padecimientos para algunas personas. Hay que tener en cuenta que los cuerpos de ciertos individuos funcionan como indicadores del estado del tiempo: nunca falta alguien que sufre “dolor de huesos” cuando se avecina la...
Elías Vidaurre Médico
La llegada de los días de humedad implica padecimientos para algunas personas. Hay que tener en cuenta que los cuerpos de ciertos individuos funcionan como indicadores del estado del tiempo: nunca falta alguien que sufre “dolor de huesos” cuando se avecina la humedad. Aún no se conoce con exactitud el mecanismo que desencadena el problema, pero se cree que el frío ocasionaría mayor rigidez en las articulaciones, aumentando de esta manera el dolor a nivel articular.
Conociendo más
Si bien algunas personas pueden experimentar dolor óseo con los cambios climáticos, sobre todo aquellos que hayan sufrido una fractura previa, la mayoría de las veces el dolor no es a nivel del hueso sino que es a nivel de las articulaciones, lo que en medicina se denomina artralgia.
Por otra parte la humedad elevada, que está relacionada a una baja en la presión atmosférica, produciría un aumento de la presión intraarticular, ocasionando la estimulación de los receptores dolorosos e incrementando los síntomas. En realidad el clima no se considera un desencadenante de estas patologías sino que los síntomas dolorosos se observan en pacientes con enfermedades preexistentes como la artritis reumatoidea o la artrosis.
Se trata de una dolencia que puede aparecer en cualquier momento de la vida, aunque es más frecuente en las personas mayores. La duración de los dolores depende de lo que dure el mal tiempo. Es importante que las personas con este problema eviten realizar actividad física intensa en los momentos de mayor dolor. Pueden tomar analgésicos, como el paracetamol, o antiinflamatorios no esteroides, como el ibuprofeno.
Por último, se debe consultar al médico cuando los síntomas se prolonguen, en caso de que se observen hinchazón o enrojecimiento de las articulaciones o si al dolor se asocian síntomas como fiebre o pérdida de peso.
Algunas personas pueden experimentar dolor óseo con los cambios climáticos
Se debe consultar al médico cuando los síntomas se prolonguen
Aún no se conoce con exactitud el mecanismo que desencadena el problema
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La llegada de los días de humedad implica padecimientos para algunas personas. Hay que tener en cuenta que los cuerpos de ciertos individuos funcionan como indicadores del estado del tiempo: nunca falta alguien que sufre “dolor de huesos” cuando se avecina la humedad. Aún no se conoce con exactitud el mecanismo que desencadena el problema, pero se cree que el frío ocasionaría mayor rigidez en las articulaciones, aumentando de esta manera el dolor a nivel articular.
Conociendo más
Si bien algunas personas pueden experimentar dolor óseo con los cambios climáticos, sobre todo aquellos que hayan sufrido una fractura previa, la mayoría de las veces el dolor no es a nivel del hueso sino que es a nivel de las articulaciones, lo que en medicina se denomina artralgia.
Por otra parte la humedad elevada, que está relacionada a una baja en la presión atmosférica, produciría un aumento de la presión intraarticular, ocasionando la estimulación de los receptores dolorosos e incrementando los síntomas. En realidad el clima no se considera un desencadenante de estas patologías sino que los síntomas dolorosos se observan en pacientes con enfermedades preexistentes como la artritis reumatoidea o la artrosis.
Se trata de una dolencia que puede aparecer en cualquier momento de la vida, aunque es más frecuente en las personas mayores. La duración de los dolores depende de lo que dure el mal tiempo. Es importante que las personas con este problema eviten realizar actividad física intensa en los momentos de mayor dolor. Pueden tomar analgésicos, como el paracetamol, o antiinflamatorios no esteroides, como el ibuprofeno.
Por último, se debe consultar al médico cuando los síntomas se prolonguen, en caso de que se observen hinchazón o enrojecimiento de las articulaciones o si al dolor se asocian síntomas como fiebre o pérdida de peso.
Algunas personas pueden experimentar dolor óseo con los cambios climáticos
Se debe consultar al médico cuando los síntomas se prolonguen
Aún no se conoce con exactitud el mecanismo que desencadena el problema
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