Máscaras de entrenamiento
José Arciénaga Preparador físico Los deportistas amateur que viven a baja altitud no pueden permitirse pasar varias semanas entrenando en altura, ni comprarse una cámara hipobárica para poder simular durante más tiempo las condiciones de montaña que mejoran el rendimiento del...



José Arciénaga Preparador físico
Los deportistas amateur que viven a baja altitud no pueden permitirse pasar varias semanas entrenando en altura, ni comprarse una cámara hipobárica para poder simular durante más tiempo las condiciones de montaña que mejoran el rendimiento del deportista. Para ellos se ha creado la máscara de entrenamiento en altitud, también conocida como máscara de hipoxia o máscara de entrenamiento (training mask) que facilita la aceleración del metabolismo y una mayor producción de hematocritos, que hace que llegue más oxígeno a los músculos.
El funcionamiento de la máscara de entrenamiento se basa en las válvulas que se colocan en ella, y que son intercambiables (al comprar la máscara de hipoxia viene con tres juegos de válvulas), a fin de simular diferentes alturas para que el ejercicio sea más parecido al que se realiza en altitud. Las válvulas que se encuentran en el mercado simulan desde los 910 metros hasta los 5.500 metros, a los que hay que añadir la altitud a la que se realice el ejercicio; es decir, si se entrena a 500 metros sobre el nivel del mar y se usa la que simula la menor altitud, sería equivalente a entrenar a 1.410 metros (500m + 910m).
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La serie de beneficios que en principio, ofrece, hace que la training mask resulte muy útil para todo tipo de deportistas –no necesariamente de élite o inmersos en competiciones– que busquen mejorar su forma física, llevándola a un nivel superior. Así, completa los entrenamientos aeróbicos, y ayuda a mejorar en términos de resistencia, potencia y velocidad a deportistas tan variados como los runners, los practicantes de artes marciales o boxeo, los triatletas o simplemente aquellos que quieren exprimir sus sesiones fitness en el gimnasio.
Los deportistas amateur que viven a baja altitud no pueden permitirse pasar varias semanas entrenando en altura, ni comprarse una cámara hipobárica para poder simular durante más tiempo las condiciones de montaña que mejoran el rendimiento del deportista. Para ellos se ha creado la máscara de entrenamiento en altitud, también conocida como máscara de hipoxia o máscara de entrenamiento (training mask) que facilita la aceleración del metabolismo y una mayor producción de hematocritos, que hace que llegue más oxígeno a los músculos.
El funcionamiento de la máscara de entrenamiento se basa en las válvulas que se colocan en ella, y que son intercambiables (al comprar la máscara de hipoxia viene con tres juegos de válvulas), a fin de simular diferentes alturas para que el ejercicio sea más parecido al que se realiza en altitud. Las válvulas que se encuentran en el mercado simulan desde los 910 metros hasta los 5.500 metros, a los que hay que añadir la altitud a la que se realice el ejercicio; es decir, si se entrena a 500 metros sobre el nivel del mar y se usa la que simula la menor altitud, sería equivalente a entrenar a 1.410 metros (500m + 910m).
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La serie de beneficios que en principio, ofrece, hace que la training mask resulte muy útil para todo tipo de deportistas –no necesariamente de élite o inmersos en competiciones– que busquen mejorar su forma física, llevándola a un nivel superior. Así, completa los entrenamientos aeróbicos, y ayuda a mejorar en términos de resistencia, potencia y velocidad a deportistas tan variados como los runners, los practicantes de artes marciales o boxeo, los triatletas o simplemente aquellos que quieren exprimir sus sesiones fitness en el gimnasio.