¿Para qué es bueno el apio?
Camilo Andrade Nutricionista El apio pertenece a una extensa y notable familia vegetal, caracterizada por un marcado sabor especiado, intenso, aromático y exótico: las umbelíferas o apiáceas, con plantas tan populares como la zanahoria, la chirivía, el hinojo, el perejil, el eneldo o el...



Camilo Andrade Nutricionista
El apio pertenece a una extensa y notable familia vegetal, caracterizada por un marcado sabor especiado, intenso, aromático y exótico: las umbelíferas o apiáceas, con plantas tan populares como la zanahoria, la chirivía, el hinojo, el perejil, el eneldo o el comino, y otras tan poderosas como la cicuta. Esta hortaliza ligera y suave que suele acompañar ensaladas y sopas invernales, se considera más un alimento regulador de la dieta y equilibrante que nutritivo.
A tomar en cuenta
La razón es que el 92% de su peso es agua, su aporte calórico es muy bajo, entre las 15 y las 20 calorías y tiene un gran poder saciante. No es una hortaliza que destaque por su contenido en macronutrientes. Estos son escasos, así como sus discretas cantidades de vitaminas (principalmente C y B9), si se comparan con las de otras hortalizas. Tan solo alcanzan cierta importancia el potasio y el magnesio, seguidos de lejos por el calcio o el hierro y ni siquiera es rico en fibra.
Por su contenido en potasio y sodio y la relación entre ellos y el aceite esencial apiol, constituye un buen diurético, y por su capacidad de alcalinizar la sangre estimula la depuración del organismo, eliminando el ácido úrico y otros residuos tóxicos. Esto, unido a la acción de la apigenina, una sustancia con propiedades vasodilatadoras, lo hace adecuado para prevenir la hipertensión arterial y otros trastornos cardiovasculares.
El apio, rico en fibra, es también un excelente regulador del tránsito intestinal
[gallery type="slideshow" size="full" ids="33884"]
El apio pertenece a una extensa y notable familia vegetal, caracterizada por un marcado sabor especiado, intenso, aromático y exótico: las umbelíferas o apiáceas, con plantas tan populares como la zanahoria, la chirivía, el hinojo, el perejil, el eneldo o el comino, y otras tan poderosas como la cicuta. Esta hortaliza ligera y suave que suele acompañar ensaladas y sopas invernales, se considera más un alimento regulador de la dieta y equilibrante que nutritivo.
A tomar en cuenta
La razón es que el 92% de su peso es agua, su aporte calórico es muy bajo, entre las 15 y las 20 calorías y tiene un gran poder saciante. No es una hortaliza que destaque por su contenido en macronutrientes. Estos son escasos, así como sus discretas cantidades de vitaminas (principalmente C y B9), si se comparan con las de otras hortalizas. Tan solo alcanzan cierta importancia el potasio y el magnesio, seguidos de lejos por el calcio o el hierro y ni siquiera es rico en fibra.
Por su contenido en potasio y sodio y la relación entre ellos y el aceite esencial apiol, constituye un buen diurético, y por su capacidad de alcalinizar la sangre estimula la depuración del organismo, eliminando el ácido úrico y otros residuos tóxicos. Esto, unido a la acción de la apigenina, una sustancia con propiedades vasodilatadoras, lo hace adecuado para prevenir la hipertensión arterial y otros trastornos cardiovasculares.
El apio, rico en fibra, es también un excelente regulador del tránsito intestinal
[gallery type="slideshow" size="full" ids="33884"]