Qué hacer con la hipocondría
Elías Vidaurre Médico Ser hipocondríaco es manifestar una extrema preocupación, miedo o incluso la falsa convicción de padecer una enfermedad grave. Todo ello a partir de interpretar erróneamente ciertas sensaciones o señales físicas en el cuerpo; por ejemplo, lunares, pequeñas...



Elías Vidaurre Médico
Ser hipocondríaco es manifestar una extrema preocupación, miedo o incluso la falsa convicción de padecer una enfermedad grave. Todo ello a partir de interpretar erróneamente ciertas sensaciones o señales físicas en el cuerpo; por ejemplo, lunares, pequeñas heridas, rojeces, tos, los propios latidos del corazón, movimientos involuntarios de algún músculo. Cualquier percepción fisiológica puede ser sobredimensionada.
A tomar en cuenta
Si te sientes identificado con la descripción anterior, deberías saber qué te pasa. El origen está en cómo descifras de manera catastrófica las señales corporales. Ese es el mecanismo por el que se dispara la hipocondría. Ahora bien, qué pone en marcha ese mecanismo es complicado de determinar. Este problema afecta a menudo a miembros de una misma familia. Hay personas más sensibles que además tienen una conducta más afligida y obsesiva, con lo cual exageran o malinterpretan la enfermedad en todos los ámbitos de la vida.
Si eres hipocondríaco, es muy probable que tengas terror a la muerte, al dolor, al sufrimiento, a la debilidad y que te resulte insoportable depender físicamente de otros. Algunas hipótesis relacionan esta tendencia a una predisposición genética, aunque lo verdaderamente importante no es saber por qué se reacciona así, sino encontrar una solución. Porque si eres hipocondríaco, es muy probable que tengas terror a la muerte, al dolor, al sufrimiento, a la debilidad y que te resulte insoportable depender físicamente de otros.
Si el médico asegura que no encuentra nada, la persona solamente se queda tranquila un rato. Recuerda que las sensaciones corporales que experimentas cuando te agobias son las reacciones normales del estrés en su forma más exagerada. Son eso y nada más. No te dejes llevar por pensamientos catastrofistas. Estas sensaciones no son en absoluto perjudiciales ni peligrosas. Son únicamente muy desagradables. No sucederá nada peor. Puedes aguantarlo perfectamente, tu cuerpo está preparado para experimentar estrés en millones de ocasiones. Eres fuerte.
Comprueba que cuando dejas de añadir pensamientos atemorizantes, el miedo se atenúa
Cuando comiences a sentirte algo mejor, mira alrededor y planea qué vas a hacer después
Ten la certeza de que si sigues enfrentándote así a la hipocondría, al final lo superarás
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Ser hipocondríaco es manifestar una extrema preocupación, miedo o incluso la falsa convicción de padecer una enfermedad grave. Todo ello a partir de interpretar erróneamente ciertas sensaciones o señales físicas en el cuerpo; por ejemplo, lunares, pequeñas heridas, rojeces, tos, los propios latidos del corazón, movimientos involuntarios de algún músculo. Cualquier percepción fisiológica puede ser sobredimensionada.
A tomar en cuenta
Si te sientes identificado con la descripción anterior, deberías saber qué te pasa. El origen está en cómo descifras de manera catastrófica las señales corporales. Ese es el mecanismo por el que se dispara la hipocondría. Ahora bien, qué pone en marcha ese mecanismo es complicado de determinar. Este problema afecta a menudo a miembros de una misma familia. Hay personas más sensibles que además tienen una conducta más afligida y obsesiva, con lo cual exageran o malinterpretan la enfermedad en todos los ámbitos de la vida.
Si eres hipocondríaco, es muy probable que tengas terror a la muerte, al dolor, al sufrimiento, a la debilidad y que te resulte insoportable depender físicamente de otros. Algunas hipótesis relacionan esta tendencia a una predisposición genética, aunque lo verdaderamente importante no es saber por qué se reacciona así, sino encontrar una solución. Porque si eres hipocondríaco, es muy probable que tengas terror a la muerte, al dolor, al sufrimiento, a la debilidad y que te resulte insoportable depender físicamente de otros.
Si el médico asegura que no encuentra nada, la persona solamente se queda tranquila un rato. Recuerda que las sensaciones corporales que experimentas cuando te agobias son las reacciones normales del estrés en su forma más exagerada. Son eso y nada más. No te dejes llevar por pensamientos catastrofistas. Estas sensaciones no son en absoluto perjudiciales ni peligrosas. Son únicamente muy desagradables. No sucederá nada peor. Puedes aguantarlo perfectamente, tu cuerpo está preparado para experimentar estrés en millones de ocasiones. Eres fuerte.
Comprueba que cuando dejas de añadir pensamientos atemorizantes, el miedo se atenúa
Cuando comiences a sentirte algo mejor, mira alrededor y planea qué vas a hacer después
Ten la certeza de que si sigues enfrentándote así a la hipocondría, al final lo superarás
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