¿Qué es el suelo pélvico?
José Arciénaga Preparador físico Si todavía no tienes hijos, no practicas running de forma semiprofesional, tampoco eres asidua a clases de Pilates, ni formas parte de ese grupo que abrazó la llegada de los abdominales hipopresivos... es probable que te hayas parado a pensar poco, o...



José Arciénaga Preparador físico
Si todavía no tienes hijos, no practicas running de forma semiprofesional, tampoco eres asidua a clases de Pilates, ni formas parte de ese grupo que abrazó la llegada de los abdominales hipopresivos... es probable que te hayas parado a pensar poco, o nada, sobre el suelo pélvico, un área que contiene partes vitales tanto para la fecundación como para el bienestar de la mujer.
Desconocido para un número significativo de personas, el suelo pélvico y su “puesta a punto”, es una de las asignaturas pendientes de la salud femenina. Desde hace algún tiempo cada vez son más las féminas que han tomado conciencia de la importancia de cuidar esta zona, compuesta por vejiga, vagina, útero y recto.
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Aunque es cierto que el embarazo y el parto afectan de manera directa a esta musculatura, hay otras tantas causas no relacionadas con la gestación que también pueden dañar la zona pélvica, especialmente sensible a los abdominales llevados a cabo de forma hiperpresiva y sin controlar la respiración (los de toda la vida), o deportes de impacto como el running o el aerobic.
Si todavía no tienes hijos, no practicas running de forma semiprofesional, tampoco eres asidua a clases de Pilates, ni formas parte de ese grupo que abrazó la llegada de los abdominales hipopresivos... es probable que te hayas parado a pensar poco, o nada, sobre el suelo pélvico, un área que contiene partes vitales tanto para la fecundación como para el bienestar de la mujer.
Desconocido para un número significativo de personas, el suelo pélvico y su “puesta a punto”, es una de las asignaturas pendientes de la salud femenina. Desde hace algún tiempo cada vez son más las féminas que han tomado conciencia de la importancia de cuidar esta zona, compuesta por vejiga, vagina, útero y recto.
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Aunque es cierto que el embarazo y el parto afectan de manera directa a esta musculatura, hay otras tantas causas no relacionadas con la gestación que también pueden dañar la zona pélvica, especialmente sensible a los abdominales llevados a cabo de forma hiperpresiva y sin controlar la respiración (los de toda la vida), o deportes de impacto como el running o el aerobic.