¿Por que suenan los huesos?
Elías Vidaurre Médico Te estiras y te cruje la espalda; te agachas y te suenan las rodillas... ¿A qué se deben estos ruidos? ¿Qué nos dicen de nuestros hábitos diarios? Recuerda que los ruidos de huesos “normales” suelen deberse a movimientos, y nunca se acompañan de dolor ni de...
Elías Vidaurre Médico
Te estiras y te cruje la espalda; te agachas y te suenan las rodillas... ¿A qué se deben estos ruidos? ¿Qué nos dicen de nuestros hábitos diarios? Recuerda que los ruidos de huesos “normales” suelen deberse a movimientos, y nunca se acompañan de dolor ni de inflamación de la articulación.
Conociendo más
En general, en las articulaciones se pueden dar varios tipos de ruidos: chasquidos, crujidos y sensación de roce. Algunos pueden originarse en los tejidos que rodean la articulación, por ejemplo los tendones. Unas veces se acompañan de una sensación de ‘enganche’ (algo que se ha quedado enganchado) y otras de dolor o aumento del calor local.
La causa es diferente. Así, el chasquido que se produce en los nudillos al forzar la flexión o estirar los dedos “se debe a un fenómeno de cavitación (la formación de una burbuja); es decir, al forzar el vacío flexionando o estirando los dedos se produce una burbuja a partir del nitrógeno disuelto en el líquido sinovial (sustancia entre los huesos de las articulaciones) y esto produce ruido. Por eso, debe pasar un rato antes de poder provocar de nuevo el chasquido.
Los ruidos articulares pueden darse tanto en hombres como en mujeres. Sin embargo, hay un tipo de chasquidos que se producen en las personas hiperlaxas (con más flexibilidad en las articulaciones, cartílagos, tendones y músculos), y esta hiperlaxitud es más frecuente en el sexo femenino. Además, debido a su constitución y a factores hormonales, las mujeres tienen menos volumen muscular, por lo que sus articulaciones están en cierto modo menos protegidas.
Una de las funciones del ejercicio es hidratar y nutrir el cartílago. El tejido cartilaginoso se nutre del líquido sinovial, y el ejercicio provoca un bombeo de éste en el espesor del cartílago, con lo que disminuyen los ruidos articulares y se evita la degeneración del cartílago. Nadar e ir en bici alivia las molestias articulares y reduce los ruidos.
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Si tenemos ruidos en las rodillas de forma habitual y sin dolor, debemos comenzar a hacer deporte.
Estos fenómenos ruidosos pueden aumentar al iniciarse la degeneración articular propia de la edad.
Existen fármacos que pueden provocar inflamación articular o de la membrana sinovial que rodea los tendones.
Te estiras y te cruje la espalda; te agachas y te suenan las rodillas... ¿A qué se deben estos ruidos? ¿Qué nos dicen de nuestros hábitos diarios? Recuerda que los ruidos de huesos “normales” suelen deberse a movimientos, y nunca se acompañan de dolor ni de inflamación de la articulación.
Conociendo más
En general, en las articulaciones se pueden dar varios tipos de ruidos: chasquidos, crujidos y sensación de roce. Algunos pueden originarse en los tejidos que rodean la articulación, por ejemplo los tendones. Unas veces se acompañan de una sensación de ‘enganche’ (algo que se ha quedado enganchado) y otras de dolor o aumento del calor local.
La causa es diferente. Así, el chasquido que se produce en los nudillos al forzar la flexión o estirar los dedos “se debe a un fenómeno de cavitación (la formación de una burbuja); es decir, al forzar el vacío flexionando o estirando los dedos se produce una burbuja a partir del nitrógeno disuelto en el líquido sinovial (sustancia entre los huesos de las articulaciones) y esto produce ruido. Por eso, debe pasar un rato antes de poder provocar de nuevo el chasquido.
Los ruidos articulares pueden darse tanto en hombres como en mujeres. Sin embargo, hay un tipo de chasquidos que se producen en las personas hiperlaxas (con más flexibilidad en las articulaciones, cartílagos, tendones y músculos), y esta hiperlaxitud es más frecuente en el sexo femenino. Además, debido a su constitución y a factores hormonales, las mujeres tienen menos volumen muscular, por lo que sus articulaciones están en cierto modo menos protegidas.
Una de las funciones del ejercicio es hidratar y nutrir el cartílago. El tejido cartilaginoso se nutre del líquido sinovial, y el ejercicio provoca un bombeo de éste en el espesor del cartílago, con lo que disminuyen los ruidos articulares y se evita la degeneración del cartílago. Nadar e ir en bici alivia las molestias articulares y reduce los ruidos.
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Si tenemos ruidos en las rodillas de forma habitual y sin dolor, debemos comenzar a hacer deporte.
Estos fenómenos ruidosos pueden aumentar al iniciarse la degeneración articular propia de la edad.
Existen fármacos que pueden provocar inflamación articular o de la membrana sinovial que rodea los tendones.