Distrito 6 pide soluciones a largo plazo
En Tarija, vendedores y vecinos “conviven” con “bebedores NN”
Durante la semana la Policía levantó el cadáver de dos bebedores consuetudinarios para llevarlos a la morgue a la espera de que alguien pregunte por ellos. Piden medidas de rehabilitación efectivas



Horas y a veces días enteros los cuerpos sin vida con etiquetas de NN (sin nombre) permanecen en la morgue del Hospital San Juan de Dios de Tarija a la espera de que algún familiar pueda extrañar la ausencia, y en la búsqueda, acercarse y preguntar. Suelen ser los bebedores consuetudinarios, muchos indigentes, que mueren en las calles por una falla hepática u otras patologías nunca descubiertas ni tratadas. Mientras hay quienes se acostumbraron a convivir con ellos en ciertas zonas, otros los relacionan directamente con hechos de inseguridad.
En busca de algún lugar para pasar los días y las noches, algunas de estas personas encontraron en el mercado Abasto del Norte un poco de caridad de quienes tienen sus puestos y al final del día les pagan unas monedas para tareas como barrer o llevar la basura a los contenedores.
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Uno de ellos falleció en la semana en ese lugar, su cadáver permaneció tendido en el asfalto cerca de una hora en este sitio ante la indiferencia de transeúntes y prudencia de los vecinos hasta que llegaron los funcionarios policiales para trasladarlo a la morgue.
Cuando los uniformados comenzaron a preguntar si alguien lo conocía, no obtuvieron ni siquiera su nombre completo, menos un número de referencia. Su edad también se manejaba en aproximados, por su contextura robusta y algo de barba en el rostro, unos le calculaban 45, otros 50.
Aunque no había muchas certezas de su pasado, ni si era un bebedor consuetudinario o simplemente no tenía un hogar. Lo que sí sabían quienes lo veían a diario es que siempre estaba junto al perrito que lo acompañó hasta sus últimos minutos.
Según las vendedoras, a diario estaba en el lugar y le pagaban por ayudarlas acarrear agua en baldes o recogiendo la basura mientras ellas se alistaban para cerrar sus negocios.
Su caso no es el único, a media semana otro hombre también falleció a unos metros de la avenida Panamericana en la ruta al norte. Habituados a su presencia en la zona, los vecinos pensaron que estaba durmiendo adormecido por el alcohol. Pasaron horas. Cuando la Policía lo llevó a la morgue, su piel ya presentaba quemaduras por el sol.
Seguridad
La dirigencia de los comerciantes del Abasto del Norte, señaló que son varios los bebedores consuetudinarios que se habituaron a esta rutina.
Para los vecinos esta situación es alarmante porque, aunque algunos no tienen comportamientos violentos, otros también se dedican a robar o agredir a los transeúntes y las víctimas son quienes viven allí, siendo más vulnerables niños, niñas y adolescentes cuando van o vuelven de sus escuelas.
Multiplicación En la mayoría de los barrios hay lugares de reunión de bebedores consuetudinarios sobre los que no se interviene
El presidente del Distrito 6, Celestino Barro, aclaró que el problema está en la mayoría de los barrios aledaños, como Guadalquivir, Virgen de Chaguaya o la Parada al Norte, pero que la solución no está solamente en retirarlos, sino en saber cómo trabajar con esta población.
“Hay que pensar una salida de fondo porque si solo se los levanta de un barrio, se van a otro y el problema sigue. Como dirigentes sí tenemos que ver que haya estos patrullajes que son para el momento, pero hay que pensar a futuro”, dijo al agregar que el personal policial es insuficiente para el patrullaje.
Como una alternativa propuso la creación de albergues productivos y de rehabilitación, en los que accedan a cursos para fabricar productos para la venta. El propósito es que cada centro pueda generarse recursos para mantener su funcionamiento.
Ya sea con esa alternativa u otras, mencionó que se necesita de la predisposición de las autoridades y de los vecinos para que los proyectos funcionen.
Aguardan que los planes preventivos sean efectivos
El ministerio de Gobierno, a través del Viceministerio de Seguridad Ciudadana, lanzó dos planes a fines de 2022: “Barrio seguro” y “Mercado seguro”, como resultado de dos jornadas de recopilación de problemáticas planteadas por gremiales y juntas vecinales.
El viceministro del área, Roberto Ríos, citó como los conflictos principales a la violencia, situaciones de riesgo a causa del consumo excesivo de alcohol, pero también la proliferación de hechos delictivos e inseguridad, atribuida también a bebedores consuetudinarios.
La concejal Adriana Romero habló de la posibilidad de albergues durante las reuniones, aunque en el lanzamiento se priorizó incrementar los patrullajes policiales.