Análisis del resultado electoral
Soplos de cambio en la izquierda: El equipo de Boric
Si bien el candidato de Apruebo Dignidad moderó su discurso de cara a la segunda vuelta e hizo un trabajo muy específico en regiones, en general se confirmó la apuesta por el cambio en Chile, agotada de la receta liberal
El nuevo presidente electo de Chile, Gabriel Boric, asumió a comienzos de 2021 el reto de levantar una candidatura presidencial en el Frente Amplio. Fue el escogido por su liderazgo, por la capacidad política que mostró en noviembre de 2019, cuando estuvo por el acuerdo para redactar una nueva Constitución que abrió paso a encauzar las revueltas, pese a las críticas internas en su coalición. La suerte también jugó a su favor: el diputado tenía la edad mínima para postular a La Moneda de acuerdo a la ley chilena, 35 años, recién cumplidos este año, en febrero. Su socio político en el Frente Amplio, el diputado Giorgio Jackson, el estratega político de su campaña, recién tiene 34 años. Fue una decisión práctica que terminó en una victoria política apabullante este domingo en las urnas: con 4.600.000 de votos (55%), el mayor respaldo conseguido por un presidente, será el nuevo jefe de Estado de Chile y la punta de lanza de un recambio generacional que debutará en marzo en La Moneda.
Una de las figuras fuertes y populares del entorno de Boric es Izkia Siches, médica de 35 años. De hecho, en la noche del domingo, fue la única figura a la que Boric hizo subir al escenario, donde no estuvieron ni los partidos ni los dirigentes políticos. Este lunes, cuando el presidente electo visitó en La Moneda al presidente en ejercicio, Sebastián Piñera, lo acompañaron ella y Jackson. Siches fue el principal refuerzo en la segunda vuelta, a la que llegó como jefa de campaña. Cuando lo anunció, hizo un discurso emotivo que fue aplaudido por sus seguidores: “Miro a la cara de mi hija y sé lo que debo hacer”, aseguró Siches, a la que se le atribuye la reversión de resultados que logró Boric en diferentes zonas de Chile, porque en estas semanas hizo un fuerte trabajo territorial.
Acompañada de su hija de apenas algunos meses, la médica lideró una gira por muchas zonas del país y, dado los vítores de la noche del domingo, goza de una altísima popularidad entre los partidarios de Boric. Antigua militante del Partido Comunista y actual simpatizante del Frente Amplio, en 2017 se convirtió en la primera mujer en encabezar la asociación gremial del Colegio Médico, y alcanzó una alta popularidad en el marco de la pandemia, sobre todo por enfrentar al Gobierno en las peores semanas de la crisis sanitaria. Sus críticos le recuerdan con frecuencia que estuvo a favor del cierre total de la ciudad de Santiago, pese a que se trata de una medida que finalmente no se llevó adelante.
Cuando la izquierda buscaba candidato en marzo pasado, Izkia Siches fue una de las alternativas, especialmente para el entorno de Michelle Bachelet, organizado en Chile a través de una fundación, donde la miran con mucha atención. Como una de las figuras potentes que se han instalado en el último año en Chile, suena como una muy probable ministra del presidente Boric, quizás de la cartera de Salud. Sería un estupendo trampolín político, como lo fue para la propia Michelle Bachelet que llegó en 2000 como líder de Salud en el Gobierno de Ricardo Lagos siendo una desconocida y su estrella con la gente la llevó dos veces a la presidencia. La relación de Siches con el presidente electo es larga y estrecha. Una foto los muestra como estudiantes de la Universidad de Chile –ella en Medicina y él en Derecho– marchando en las protestas estudiantiles de 2011.
El círculo de Boric está integrado por otros tres dirigentes que nacieron políticamente en las marchas universitarias en el primer Gobierno de Piñera, en 2011. El diputado Giorgio Jackson, del partido Revolución Democrática del Frente Amplio (que tendrá 10 diputados y un senador desde marzo próximo), y las dirigentes comunistas Camila Vallejo y Karol Cariola, uno de los troncos del pacto Apruebo Dignidad de Boric. Ninguno supera los 35 años: el ingeniero Jackson tiene 34, la geógrafa Vallejo tiene 33 y la enfermera Cariola, 34. Pero todos ellos tienen ya una larga vida en la política. Se estrenaron en el Congreso en marzo de 2014. Ellos tres, como Boric, apostaron por ingresar al Parlamento, y desde este espacio han empujado diversas iniciativas en conjunto, como el proyecto que establece un máximo de 40 horas semanales de trabajo. Las dos mujeres, en tanto, han sido rostros importantes de la nueva ola feminista chilena que mostró su fuerza en las calles incluso antes del estallido social de 2019.
Son todos dirigentes de izquierda que no vivieron la dictadura en primera persona, porque nacieron a mediados o fines de la dictadura en los años ochenta. Además de instalar una agenda verde, de mayores derechos sociales y en favor de las mujeres, disidencias y la infancia –Boric arrancó su discurso con una mención especial a los niños y niñas–, en su relato está muy presente el quiebre democrático de 1973 y la dictadura de 17 años. El propio presidente electo habitualmente cita a Allende o le hace guiños y las violaciones a los derechos humanos son un tema permanente para toda esta generación. Pero aunque han tenido diferencias –el Partido Comunista no estuvo en el acuerdo por la nueva Constitución que firmó Boric, que junto a Jackson se han mostrado más pragmáticos–, han conformado en el Congreso una bancada con evidente amistad generacional.
Los cuatro son actualmente diputados, aunque la única que se presentó a la reelección para el período 2022-2026 fue Cariola. Ni Jackson ni Vallejo quisieron postularse en una tercera ocasión, apelando al recambio. Vallejo también comentó sobre la necesidad de estar con su hija de siete años. “Me dice ‘mamá, yo entiendo que hay mucha gente que te necesita por tu trabajo, pero yo también te necesito’. Cuando tu hija te empieza a decir esas cosas, uno entiende que tiene que empezar a escucharla”, reflexionó la diputada comunista hace algunos meses cuando explicó las razones para no volver al Congreso.
Conocidos por su arrastre en redes sociales –Jackson incluso transmitió en vivo su llegada de madrugada al Congreso para votar la destitución de Piñera y Vallejo tiene TikTok–, todos suenan como candidatos fuertes a ministerios o asesores clave del futuro Gobierno que se estrena en marzo de 2022. Cariola, en tanto, podría cumplir un papel importante desde el Parlamento.
Son parte de la nueva generación de izquierda, crítica con la transición, que logró pasar del 25% al 55% entre primera y segunda vuelta con un discurso moderado. Pero una camada que no se termina en estos cinco rostros. El sociólogo Miguel Crispi, del partido Revolución Democrática de Jackson, de 36 años –hijo de una ministra socialista de Bachelet– es otro de los que podría integrar el Gabinete de Boric. Otra que seguramente estará en el círculo estrecho del presidente el próximo período será la diputada socialista Maya Fernández, nieta de Allende (50 años). Fue una de las que anunció su apoyo a Boric incluso antes de que lo decidiera institucionalmente su formación. Es hija de Beatriz Tati Allende, la hija más política del presidente y muy apegada a él, que falleció en el exilio en Cuba en los primeros años de dictadura cuando la diputada Fernández era todavía muy pequeña.
Boric: una esperanza para la izquierda en Chile
Con 36 años, Gabriel Boric será el presidente chileno más joven cuando asuma el cargo en marzo de 2022. Su temprana participación en la política comenzó hace 10 años, en 2011, durante las protestas estudiantiles, cuando dirigía la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH).
Sebastián Piñera era también presidente del país en ese momento, y se opuso enérgicamente a las protestas, derivadas de las extremas desigualdades en la educación superior.
Las protestas estudiantiles crecieron y crearon alianzas con los trabajadores y otros movimientos sociales. Participaron cientos de miles de personas, hubo miles de detenidos, algunos muertos y muchos heridos.
En 2013, Boric fue elegido diputado, en representación de su distrito natal de Magallanes y de la Antártida chilena. Las protestas continuaron, culminando en un levantamiento masivo en octubre de 2019, cuando los estudiantes de secundaria subieron a los torniquetes y agitaron a los pasajeros en el sistema de metro de Santiago después de que el gobierno subiera las tarifas.
La historia de éxito financiero que es Chile, basada en materias primas como el cobre, no llega a la mayoría de los chilenos. La mitad de los residentes ganan menos de 400.000 pesos chilenos (550 dólares) al mes.
Un estudio de las Naciones Unidas de 2017 muestra que solo 1 % de los chilenos gana 33 % del producto interno bruto del país. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sitúa a Chile en 2021 como su miembro más desigual, con una fiscalidad poco equitativa, una escasa participación femenina en el mercado y un débil gasto público en la educación de los niños.
«Gracias a todas las personas y pueblos que habitan este lugar que llamamos Chile. Lo importante es que ustedes votaron, hicieron oír su voz, demostraron su compromiso con este país para todos y cada uno de nosotros.» En una referencia velada al ex dictador Augusto Pinochet, añadió: «En un día tan importante, no podemos volver a una época en la que el pueblo, por las razones que sean, se vio privado del derecho al voto.»
Boric es un firme defensor de los derechos de la mujer.
Impulsor de la legislación para legalizar el aborto hasta las 14 semanas de gestación, Boric declaró el 19 de enero de 2021: «Debemos avanzar hacia el aborto legal, seguro, gratuito y garantizado por la salud pública de la nación… El aborto es una realidad innegable y su prohibición sólo crea una mayor desigualdad entre quienes pueden acceder a él con seguridad y quienes no.»
Boric y su partido Apruebo Dignidad obtuvieron más del 60% de los votos en su provincia natal, Magallanes, así como en Santiago Metropolitano. Pero el líder del Partido Republicano, José Antonio Kast, invirtió el porcentaje en las regiones vitivinícolas y agrícolas de Chile inmediatamente al sur de la capital.
Una de esas regiones, La Araucanía, en la que Kast obtuvo su mejor resultado con un 60%, es la tierra del pueblo mapuche, que representa un tercio de la población de la región. Por eso, cuando Gabriel Boric abrió su discurso de aceptación de la presidencia con palabras en lengua mapuche, reafirmó su compromiso con la solución de la crisis en La Araucanía y su vieja promesa de campaña: «Creemos en un Estado plurinacional y en la autodeterminación de nuestros pueblos originarios».
Boric y su relación continental
Una de las claves de la campaña de la segunda vuelta de Gabriel Boric fue marcar claras distancias con los regímenes de Venezuela, Cuba y Nicaragua con quienes sus adversarios políticos siempre lo han tratado de identificar. La línea, aun a costa del deterioro de la relación con los aliados comunistas, le ha servido para ganar holgadamente las elecciones, pero a partir de ahora deberá cristalizar el discurso en políticas concretas dentro del continente, donde proyectos como el Mercosur y la Alianza del Pacífico se han organizado netamente por política, que también ha cruzado otros organismos como la OEA o la Celac entre otros por organizaciones como el “Grupo de Lima” donde Chile jugaba un rol importante.
En el pasado, Boric ha manifestado posiciones sobre Bolivia, en contra del golpe de Estado, por ejemplo, y también a favor de encontrar una solución para el asunto marítimo, aunque ya en campaña ha advertido que la soberanía no se negocia.
Boric suma a los otros cuatro gobiernos “de izquierda” de Sudamérica: Venezuela, Perú, Argentina y Bolivia, aunque en sus discursos y visiones marca claras distancias ideológicas y programáticas con todos ellos.