Desde el 2011 que el país no cuenta con esta información
Bolivia: el destino desconocido de sus reservas internacionales
Las reservas internacionales de Bolivia están colocadas en grandes corporaciones financieras transnacionales, sin embargo, esta información no es pública, ¿por qué?



Hay un tema que en Bolivia no se está discutiendo, pero no porque el mismo no sea relevante, sino por falta de transparencia: ¿dónde están las reservas internacionales del país?
Desde hace casi diez años que el Banco Central de Bolivia (BCB) no ha publicado información precisa sobre los bancos en los que están colocadas las reservas internacionales (RIN) de los bolivianos. Si bien se tiene información sobre los países o regiones en los que se encuentran esos recursos, así como las monedas –en el caso de las reservas monetarias–, no queda claro en qué tipo de entidades financieras han sido colocadas.
A mitad del año pasado se filtraron los denominados “FinCEN files”, un conjunto de documentos que revelaban cómo varios emporios financieros suministraban –o “invertían”, decían sus ejecutivos– miles de millones de dólares en actividades ilegales o sospechosas, como el lavado de dinero, narcotráfico, terrorismo, etc. Junto a ello, también están las instituciones financiaras (a veces las mismas), que de manera legal financian la industria privada armamentista.
Cuando el BCB hizo público, por última vez, el destino de las reservas monetarias internacionales, algunos de los bancos depositarios que figuraban en la lista eran los siguientes: Deutsche Post, DZ Bank, Santander, entre otros; mismos que también estaban acusados por estar vinculados a actividades ilegales, dudosas o promotoras de la violencia.
En este momento, en el que las reservas internacionales de Bolivia vienen cayendo de manera sostenida, la importancia de preguntar dónde se encuentran dichas reservas no es menor, más aún si esos recursos, en vez de hacer parte de estos oscuros entramados financieros, deberían estar apuntalando la economía nacional en la actual crisis.
¿Están las reservas internacionales en dudosas entidades financieras?
La respuesta es sencilla, no sabemos dónde están las reservas monetarias internacionales del país, en qué tipo de institución financiera, ni en qué proporción esos recursos han sido dirigidos hacia uno u otro banco. Sin embargo, el hecho de no conocer la información no significa que no existan dudas al respecto, todo lo contrario.
El año 2011, en su informe anual sobre la administración de las Reservas Internacionales, el BCB incorporó por última vez información sobre los bancos extranjeros en los que estaban colocadas las reservas del país. Desde ese momento hasta la fecha esta información no ha vuelto a ser revelada. Incluso, en ese informe, solo se publicaron datos parciales, a diferencia de años previos en los que se incluyó un anexo con información detallada al respecto.
No son claros los motivos por los que el BCB dejó de publicar esta información, no existe un pronunciamiento oficial al respecto. Sin embargo, esta opacidad sobre el destino de las reservas probablemente tuvo que ver con varias críticas realizadas en ese entonces, que señalaban que dichos recursos –que finalmente son el ahorro de los bolivianos– estaban sirviendo para financiar, a través de grande bancos, actividades ilegales y sospechosas alrededor del mundo.
Por ejemplo, desde este diario, a finales de 2010, se publicó la nota “Reservas que matan”, elaborado por el periodista Rafael Sagárnaga López, en el que se señala cómo, en ese entonces, las reservas monetarias del país estaban en bancos que, por ejemplo, financiaban guerras en África en beneficio de corporaciones mineras, o en las propias entidades financieras que gestionan los fondos de pensiones de los bolivianos (BBVA).
“Armas y petróleo. ¿Ese el destino directo e indirecto de las reservas de divisas de los bolivianos? La lista de las corporaciones bancarias es larga y los nombres familiares”, señalaba por aquel entonces Sagárnaga. En el presente la situación no parece ser distinta o, en otras palabras, no porque no se conozca la información el problema ha desaparecido. En todo caso la opacidad genera mayor susceptibilidad y emerge la pregunta de por qué no es posible acceder a esa información.
Ahora bien, aunque no se conoce el destino de las reservas internacionales en el presente, sobre lo que sí se tiene información actualizada es sobre aquellas instituciones en las que se encontraban las reservas del país hace una década, y que siguen financiando actividades ligadas a la producción de armas o, en muchos casos, ilegales.
La Base de Datos del Ciclo Económico Militar, publicado por el Centro de los Estudios por la Paz en Barcelona (Estado Español), cuenta con información valiosa sobre el financiamiento armamentista que realizan los grandes emporios financieros en el mundo. De aquellos en los que Bolivia tenía sus recursos en 2011, esta base de datos presenta información relevante:
· Deutsche Bank (Bolivia colocó en 2011 más de $US 420 millones en el Deutsche Postbank, la división minorista de este banco), tiene vínculos con más de 19 empresas armamentistas, como Safran, Aerojet Rocketdyne, Aselsan, etc.
· DZ Bank AG ($US 220 millones colocados en 2011), actualmente financia a 8 empresas relacionadas con la fabricación de armas, como Honeywell International, Airbus, Indra, etc.
· Standard Charterd ($US 150 millones colocados en 2011), financia a 6 empresas armamentistas como Aecom, Honeywell Internationa, Fluor, etc.
· BBVA ($US 422 millones colocados en el primer semestre de 2011), tiene vínculo con 13 empresas de armas, como Aecom, Airbus, Leonardo, Dassault, etc.
· Banco Santander ($US 400 millones colocados en el primer semestre de 2011), financia en la actualidad a 15 empresas armamentistas transnacionales, entre las que se encuentran Sefran, Serco, Thales, entre otras.
Estos son algunos ejemplos. Si solo se toma en consideración los informes del BCB de junio de 2011 y de diciembre de ese mismo año, y se realiza una simple comparación con esta base de datos, se puede observar que la gran mayoría de esas entidades financieras mantienen en la actualidad actividades relacionadas con la producción armamentista.
Además, varias de aquellas instituciones financieras fueron acusadas el pasado año de participar en actividades ilegales, como lavado de dinero, narcotráfico, terrorismo, etc. La firma de noticias BuzzFeed.News junto al Consorcio Internacional de Periodismo de Investigación y con el apoyo de más de un centenar de medios de comunicación, destaparon miles de documentos en los que se constataba que grandes bancos financiaban varias de estas actividades. El caso se conoció como la filtración FinCEN.
A través de estos documentos se “revela por primera vez cómo los gigantes de la banca occidental mueven billones de dólares en transacciones sospechosas, enriqueciéndose a sí mismos y a sus accionistas mientras facilitan el trabajo de terroristas, cleptócratas y capos de la droga”, señala el reportaje de BuzzFeed.News.
Bancos como el Deutsche Bank o el Standard Chartered, en los que Bolivia tenía sus reservas hace 10 años, encabezan esta lista. El primero de estos bancos tendría 1,3 billones de dólares relacionados con actividades sospechosas, mientras que en el segundo caso la cifra ascendería a los 166 mil millones de dólares.
Solo se conoce en qué países están las reservas
El último informe semestral (2020) sobre las reservas internacionales, señala que para junio de 2020 el BCB colocó el 28% de estas reservas en bancos de Inglaterra, 25% en organismos supranacionales (como CAF, BM, etc.), el 14% en bancos de Francia, el 10% en Suiza y el restante en otro países, como Canadá, China o Alemania.
Cabe recalcar que en 2019, el Gobierno boliviano decidió transferir gran parte de las reservas que mantenía en Estados Unidos por “el riesgo de la implementación de algún tipo de sanción económica por parte de EE.UU. al Gobierno de Bolivia (…), tras la aprobación de una Resolución por parte del Congreso de EE.UU., en abril de 2019, en contra de la reelección del ex Presidente Evo Morales”, señala un informe del BCB.
La importancia de que las reservas beneficien a la economía nacional
Decía Andrés Soliz Rada en 2007 que en Bolivia “cada día lamentemos nuestra carencia de ahorro interno, causa principal de nuestras desgracias. Sin embargo, apenas Bolivia logra un superávit fiscal, gracias a haberse detenido las políticas neoliberales, y al incremento de precios y volúmenes de nuestras exportaciones, el Banco Central decide exportar nuestro ahorro interno”.
Ahora que el país no tiene superávit fiscal y además está sumido en una profunda crisis económica, ¿no sería aún más necesario que el ahorro de los bolivianos no se utilice para financiar a capitales financieros transnacionales que, además, están ligados a actividades sospechosas?
La situación actual de las Reservas internacionales
La importancia de conocer la ubicación de las reservas internacionales de Bolivia es fundamental en momentos en que las mismas han caído a sus niveles más bajos de la última década.
Después de más de 10 años de un sostenido incremento de las reservas internacionales, como consecuencia del aumento de los precios internacionales de los hidrocarburos –y, por tanto, del valor de las exportaciones de gas de Bolivia–, el año 2014 el país llegó a acumular $US 15.122 millones por tal concepto. En ese momento, poco más del 86% de estas reservas correspondían a divisas, mientras que 11% eran reservas de oro.
Pero desde el año 2015 la situación cambió radicalmente, comenzó la caída de los precios internacionales de las materias primas y la estabilidad económica del país se ha venido financiando, en buena parte, con estas reservas. Los datos para el 31 de diciembre de 2020 revelan que las mismas cayeron hasta alcanzar los $US 5.275 millones y la tendencia sigue siendo la misma. Durante el primer mes del presente año, las reservas internacionales cayeron en poco más de $US 200 millones.
En el último año, un factor que amortiguó en parte la caída de las reservas internacionales fue el abrupto incremento del precio internacional del oro, lo que aumentó el valor de las reservas en metálico. Sin embargo, las reservas monetarias no han hecho más que disminuir. Si en 2014 Bolivia tenía unas reservas en divisas por un valor de $US 13.227 millones, para el 31 de enero de 2021 estas cayeron hasta $US 2.144 millones. Lo que además significa que ahora la proporción de las reservas de oro (51,2%) es mayor que las que están en monedas de otros países (43,1%).
Nota. Para realizar este reportaje se contactó al BCB para consultar su posición frente a la temática planteada. El BCB solicitó que las preguntas fuesen transmitidas por correo electrónico, lo que se hizo el 10 de febrero, sin embargo, hasta el cierre de la edición no se recibió ninguna respuesta.