Don Lucho se fue con el sabor de la misión cumplida
El último pedido de don Lucho Aldana y la paz de la misión cumplida
“Unos tocan porque saben, otros por aprender y yo Lucho Aldana toco por gana’ i joder” es una de las frases que resume el singular y valioso carácter del cantautor tarijeño que desde siempre fue el alma de las fiestas



“No lloren tómense un kaj y listo” fue uno de los últimos pedidos de don Lucho Aldana en su lecho de muerte, así lo relató entre sollozos su hija Lourdes Aldana. Detrás de ella su padre dormía el sueño de los justos en un ataúd café, cubierto con la bandera roja del partido comunista. En la pared, llena de civismo y aguantando la respiración, lucía orgullosa y erguida otra bandera similar con la hoz y el martillo.
Sobre el ataúd, ahogados de dolor y mudos -por primera vez- descansaban su violín, su erque y su caja, aquellos que habían sido tan felices en las manos de don Lucho, porque si alguien sabía hacerlos vibrar era él. La escena tenía lugar al mediodía en la Sede Social del Magisterio Jubilado de Tarija.
Era 18 de febrero del 2021, el segundo año que nos azotaba la pandemia por Covid-19; amaneció nublado en el pago, el sol hizo varios intentos por salir, lo logró en algunas ocasiones, pero al promediar las cuatro de la tarde no aguantó más y el cielo lloró. Más tarde siguió intentando cumplir el deseo de don Lucho, ese de no dar paso a la tristeza, pero a las cinco y media el sol no pudo más y se fue.
La voz y el violín de uno de los hijos predilectos de la tierra chapaca se habían apagado. A las cinco y media de la madrugada don Luchito dio su suspiro final en medio del amor de su familia. Todo el que lo conoce no se sorprende de su último pedido, pues si algo destacaba en él era su gran alegría.
Hoy viernes se realizará el entierro a las nueve de la mañana en el cementerio Jardín de la ciudad de Tarija
“Unos tocan porque saben, otros por aprender y yo Lucho Aldana toco por gana’ i joder” es una de las frases que resume el singular y valioso carácter del cantautor tarijeño que desde siempre fue el alma de las fiestas.
“Hemos venido para que nos preste a su hijo para que toque el violín, no hay quien toque. Mi papá sólo les encargaba que no me vayan a hacer tomar. Yo feliz tocaba” le contó en vida a El País don Luchito.
Contaba también que los campesinos para que no se duerma le daban canelados y siempre volvía a su casa medio entonado.
A los 18 años dejó su vida de campo y se fue a hacer el cuartel a Villa Montes, nos contaba que, en esa etapa de su vida, igual el violín siempre estuvo presente en su actividad de recluta. “Vino un contingente de Sucre y los soldaditos tocaban el charango y yo el violín, y causábamos admiración cada que tocábamos”, relataba.
“A la gente le gusta más lo que yo toco que lo que tocan los jóvenes que han estudiado música, y bueno, con tal que haga bailar…qué me importa”, decía el maestro con su habitual e inolvidable sentido del humor.
“Señor yo quisiera”, los sueños cumplidos
Pero lo que también nos contó Lourdes Aldana es que el profesor se fue tranquilo y en paz por todo lo vivido y lo logrado por las tradiciones de su tierra chapaca. Así se despidió serenamente de cada uno de sus seres queridos.
Muchos recordarán a don Lucho interpretando de manera magistral el poema “Señor yo quisiera” de don Alberto Rodo Pantoja.
Éste refleja en sus letras la vivencia del chapaco nacido en las comunidades del área rural. Varios de los que vieron esta interpretación en la voz de don Luchito apenas aguantaron el llanto.
“Señor dami juerzas pa cumplir estas ansias” concluía el profesor su declamación con la voz entrecortada, y hoy muchos dirán que Dios le dio las fuerzas que pidió. A continuación les dejamos el poema completo. Descanse en paz don Luchito.
Señor yo quisiera
Por: Alberto Rodo Pantoja
Señor, yo quisiera
tener una casa,
una casa llenita de jlores
alantuyas, verbenas, albahacas
azucenas, paicos
rosas, amancayas
pananitas, congonas y un campo
-campo de labranza-
un terreno que apenas cupiera
una fanegada;
una yunta e’ güeyes
mis ovejas, mi burro, mis cabras,
mi caja adornada con borlas,
con borlitas de lana rosada,
mi viulín, mi erque,
mi quena y mi caña;
un tordillo de paso y de brazo
y una linda montura chapiada;
Y una güena mujer que me quiera
con tuita su alma
y unos chiutas que seyan retrato
vivu de su mama
¿Qué más puedo desear en la vida?
levantarme al alba,
enyugar mi yunta
y cumplir, muy contento, las jainas;
Arada, cruzada,
siembra, media reja
aporco y corada
pa que queden después bien limpitas
tupiditas y verdes mis chacras;
Cuando el sol se levante a la’altura
de unas dos picanas
parar el trabajo y a mi dueña buscarla
y a su lau arrimarme y servirme
un plato de lagua
Un guiso de yuyos y un mate de agua,
de agüita clarita, fresquita
que tendrá ella en una tinaja
Por las noches, si hay luna
y su luz tibiecita nos baña,
tocar algo o cantar con mi prenda
la contrapuntiada.
En las jiestas grandis,
darli estreno y, así, bien mudada,
llevarla a que tome, a que cante a que baile
la rueda.
Y después de distrairnus, volverla
jeliz a mi casa…
Continuar sin pesares la vida,
hasta que de una sola pialada
me tumbe la muerte;
que me cierre los ojos mi amada,
que me entierre y me lleve unas
jlores.
Que cuide a mis güagas
y que pague unos cuantos responsos
p’al día de las almas.
¡Señor, dami juerzas
pa’ poder realizar estas ansias!
Vidas luminosas: La vida del profesor Lucho Aldana
El escritor tarijeño René Aguilera Fierro rinde homenaje a don Luis Aldana a través de la escritura de la siguiente biografía, donde nos cuenta los detalles de la vida del músico tarijeño.
Luis Aldana Quispe nació en Caraparí, provincia Gran Chaco (Tarija-Bolivia, el 8 de enero de 1932. Hijo de don Saturnino Aldana y doña Josefa Quispe. Casado con la profesora Yolanda Rojas de cuya unión son: Luis, Lourdes, Yolanda, Yehudi y Horacio. Es el cuarto de seis hermanos: Teófila, Santiago, Vicenta, Luis, Modesto y Pastora.
Lucho Aldana, profesor rural, trabajó en gran parte del territorio tarijeño llevando enseñanza. Fue uno de los pioneros en la ejecución del violín en Tarija, declamador, se inclinó por la poesía costumbrista, el poema chaqueño, chapaco y gauchesco; cuentista, actor de cine y teatro costumbrista, bonachón y buen amigo. Ejecuta el violín desde los los siete años de edad.
En su novedad, migró a la normal de Canasmoro, en esa época fue el despertar del artista. El año 1958 en Tarija, con Carlos Porcel en la guitarra y Vicente Mealla en coplas, grabó una cinta abierta. En 1959 integró las delegaciones del Centro Folclórico Moto Méndez, que presidía el folklorista Mauro Molina, recorre las ciudades de La Paz, Jujuy, Camiri, Villa Montes, Yacuiba y Sanandita, junto a Hugo Brun; Vicente Mealla Hoyos; Abdón Rivera; Antonio Esper; Carlos Porcel Zenteno; Edison Pacheco y Julia Gálvez Martínez.
El año 1966, juntamente a Císcar Gálvez y Hugo Monzón fundan “Los Arrieros”, sería la base de "Los Montoneros de Méndez", creado el 15 de abril de 1967. Posteriormente, hacen una gira artística por Moscú, Ucrania, Lituania, Letonia, Francia y España. En 1991 el conjunto se presenta en Madrid, al año siguiente, acompaña a Enriqueta Ulloa en sus actuaciones que realiza en Sevilla-España.
"Los Montoneros de Méndez", compartieron con músicos y grupos musicales de diversas partes del mundo en el Encuentro Continental de la Pluralidad, realizado en México.
Ha grabado infinidad de discos, CDs y DVs, asimismo, grabó varios spots televisivos, tanto solo como con Mary Tárraga, expresando poesía costumbrista.
Luis Aldana es autor de los temas musicales: "El Gato Picarón"(Gato), "La Flor Linda", "La Mamoreña" y "La Panta Gómez" (cueca), "La Muerte del Pichiludo" y la Chacarera "Pa’ Yalo Cuellar".
Lucho Aldana actuó en la película "Amargo Mar" en el papel de Coronel Rufino Carrasco. Docente de la Escuela Municipal de Música Regional de Tarija, desde su fundación hasta 1993. Lucho Aldana, es el creador de la Escuela de Música Folclórica de Carapari y del Festival Guaraní de Cañada Ancha, a invitación del Alcalde de la época.
Luis Aldana, compartió amistad con el poeta Oscar Alfaro, quién lo inscribió al Partido Comunista de Bolivia. Estas ideas de justicia social, lo llevaron a la cárcel en varios gobiernos militares.
Ha trabajado en el Magisterio, fue Director Nacional de Educación Inicial del Ministerio de Educación de Bolivia; Director en Salinas y Tariquía, catedrático en Canasmoro y profesor en Sanandita, Pampa Redonda, La Cueva y otros lugares. Colaboró en la construcción de la Casa de la Cultura de Caraparí.