Pese a la pandemia muchos compartirán en familia
El espíritu de la noche de San Juan se abre paso en Tarija
El apóstol San Juan era muy idolatrado por los campesinos, su imagen la llevaban en rogativa por los campos cuando tardaban las lluvias, se acostumbraba ofrecerle vísperas con llameantes luminarias



Llega la noche de San Juan y aunque Tarija vive en medio de una gran pandemia por el Covid-19 los ánimos de recordar esta fecha aún persisten. Así lo cuenta Camila Zambrana, quien pese a que no celebrará como años antes pasará este momento en familia y disfrutará de los tradicionales “panchitos”.
De la misma manera Gladys Aguirre señala que esta fecha, de alguna manera, vendrá a romper el estrés que se vive en medio de la pandemia, así cuenta que sus niños esperan la noche de San Juan con mucha ilusión. Sobre todo porque en su familia se acostumbran a contar algunos cuentos de terror y a jugar juegos tradicionales.
“Al mal tiempo buena cara” dice Marcelo Campos, quien también compartirá esta noche con su familia. Cuenta que antes del encapsulamiento ya compró todo lo necesario para compartir la velada, como panes, salchichas y leche para hacer la diana.
Elena, vecina que posee una tienda en el barrio San Luis, se ha provisto de panes y salchichas que vendió 48 horas antes del encapsulamiento. “La gente pese a la tristeza y el miedo ha comprado sus salchichas para la noche de San Juan, y es que el mundo no se detiene. Hay que seguir viviendo, con optimismo y son estas fechas también las que nos hacen olvidar los malos momentos”, cuenta y agrega que ha vendido todo lo que ha adquirido para los vecinos.
Las huellas de antaño en Tarija
¿Pero cómo llegó esta tradicional fecha a Bolivia? Hace miles de años los pueblos del norte de Europa (hoy Suecia y Finlandia) festejaban con una gran fogata, danzas y comidas típicas, la llegada del solsticio de verano, el 24 de junio. El fuego significaba purificación y fertilidad. Las llamaradas de la fogata perpetuaban la luz, que duraría seis meses.
Ya en la era cristiana, esta tradición y otros ritos paganos llegaron a España, donde fueron apropiados por la Iglesia (en su afán de “cristianizarlo” todo) para contemporizar con las costumbres que no podían evitar. Así, la fogata fue adoptada para celebrar el nacimiento de San Juan Bautista.
La fiesta de “San Juan Bautista” se celebra en Bolivia el 24 de junio y la noche del 23 se acostumbró a encender fogatas. A esto se sumó un terrible hecho que impulsó aún más la tradición se trata de la masacre de San Juan acaecida la madrugada de un 24 de junio de 1967.
En Tarija el festejo hace algunos años era similar, el apóstol San Juan era muy idolatrado por los campesinos, su imagen la llevaban en rogativa por los campos cuando tardaban las lluvias, se acostumbraba ofrecerle vísperas con llameantes luminarias que se encendían por todas las calles de la ciudad al igual que en el campo.
Para esto se juntaban grandes cantidades de “sunchuhuaycu” seco, unos arbustos que crecían por todas partes. Se los amontonaba en enormes piras sujetas con cañas huecas verdes y se encendían las tradicionales luminarias que daban agradable calor a aquellas frecuentemente frías noches de junio.
Tanto la “champa” como las cañas al quemarse producían un alegre chisporroteo con reventazones que gustaban a todos los asistentes y cuando estaban quemándose por la mitad comenzaban los saltos de los chicos y grandes sobre las llamas y brazas, siguiendo quizás costumbres ancestrales.
De acuerdo el libro de Agustín Morales “Estampas de Tarija” en el campo los campesinos aprovechaban las brasas y el rescoldo para hacer cocer choclos a los que llamaban “tistinchos” y se comían con gusto.
Cuando toda la luminaria estaba por extinguirse acostumbrada la gente a jugar con agua, así que continuaban las carreras y la general “vocinglería”, principalmente de la chiquillada y de la juventud.
Al día siguiente volvía la gente a jugar con agua en la Recova y en ciertos barrios se echaban suertes, fundiendo plomo y cuando estaba derretido lo vaciaban en tiestos con agua, formándose figuras de diversa clase a las que ciertas personas que sabían interpretarlas les encontraban determinados significados, sea de fortuna o de desgracia.
San Juan en la actualidad
En la actualidad las tradiciones han cambiado; la noche de San Juan se celebra en todo el país, pero sin fogatas, ya que debido al crecimiento demográfico de las ciudades la quema de maderas y otros materiales tóxicos han contribuido a dañar el medio ambiente y la salud de los ciudadanos, por lo cual se decidió mediante normativa legal prohibir las fogatas.
Los niños juegan cada vez menos con fuegos artificiales ya que por los accidentes sucedidos en anteriores años estos también quedaron prohibidos. Se consumían platillos calientes típicos, que fueron actualmente reemplazados por panchitos
Más aún en el campo una serie de costumbres se siguen practicando, entre las que figuran las siguientes:
- El fuego y el agua son dos elementos que se ponen en acción durante esta fiesta, por lo que en algunos lugares, a pesar del frío intenso, las personas acostumbran lavarse la cara y el cuerpo con abundante líquido y se echan agua unas a otras.
Según algunos estudiosos el jugar con agua tiene una relación con la fertilidad agrícola y biológica. Generalmente esta costumbre es practicada entre los jóvenes, como una forma de coqueteo.
Tradiciones que se fueron perdiendo
A continuación hemos recopilado algunas tradiciones que se fueron perdiendo con el tiempo:
Saltos sobre la fogata: Los adultos e incluso los niños (¿o al revés?), saltaban para que les vaya bien.
Caminata sobre la brasa: A la medianoche jóvenes y adultos apartaban los pedazos de leña y dejaban la brasa, luego caminaban sobre ella.
Huellas: Hay quienes sellan la planta del pie en la ceniza para que San Juan les traiga suerte.
Echar agua o tomar baño: Alusivo al bautismo. Se tomaba una ducha a medianoche y se mojaba a los vecinos la madrugada siguiente.
Fundir plomo: Se convertía el plomo en líquido, luego echado al agua dejaba formas caprichosas favorables o desfavorables. Si aparecía un ataúd, venía una muerte. Práctica frecuente porque los dentífricos venían en pomos de plomo.
Quema de trastes viejos: Quemaban muebles en desuso, ropa o zapatos a la fogata, para renovar las cosas.
Humo blanco: Por la orilla de la fogata sale humo blanco. A mayor humo, hay mejores augurios.
Chicoteada: Chicotearse, o que los padres “chicotéen” a sus hijos era una tradición para que puedan crecer unos centímetros más.