La metáfora de la vaca
Un maestro va visitando pueblos y aldeas de todo tipo, y lleva a su discípulo con él.
Ambos llegaron a una aldea muy pobre y olvidada, en aquel lugar vieron a niños muy delgados, sucios y descuidados, es decir, un lugar de miseria completa.
El maestro al ver todo esto, se acerca al jefe de la aldea y le pregunta:
“¿De qué viven aquí?”
El jefe de la aldea le contesta: “Pues de una vaca. Le sacamos la leche a la vaca, nos tomamos la leche, hacemos un poco de queso y mantequilla, y así sobrevivimos”.
Llegando la noche, el maestro le dice al discípulo: “Ve, llévate a la vaca y la tiras al precipicio”
El discípulo sorprendido le dice: “Pero maestro, ¿es usted salvaje?”
“Ve y tírala”, le dice con seguridad.
“Pero maestro”, repite indignado el discípulo.
“Ve y tírala”, vuelve a decir el maestro.
Así que, al discípulo, no le quedó más remedio que obedecer a su maestro.
Pasaron los años y regresó el discípulo ahora ya convertido en maestro, pero siempre se quedó con la intriga sobre qué había sucedido con aquella aldea.
Y lo que encontró fue una aldea próspera, niños muy saludables jugando y gritando a todo pulmón, la gente alegre, conversando, y árboles gigantes y verdes, que daban muchos frutos.
Así que el discípulo, ahora maestro, Intrigado, se acerca al jefe de la aldea y le pregunta: “¿Qué les pasó? Yo sabía que ustedes eran una comunidad pobre, la más pobre de toda la región”
Y el jefe de la aldea le dice: “Mire se lo voy a contar. Un buen día, amanecimos y la vaca de la que vivíamos la encontramos muerta en el fondo del precipicio. Y dijimos “¿Qué hacemos? ¿Nos comemos la carne? o Igual acabaremos muriendo”
Entonces lo que hicimos fue cortar la carne y la cambiamos por gallinas, esas gallinas produjeron huevos y con los huevos los cambiamos por cerdos, y luego con los cerdos nos compramos unos bueyes, y así fuimos prosperando. ¿Por qué? Porque la necesidad nos obligó a ser productivos”.