No te comas la cosecha

Un señor empezó sembrando una hectárea de arroz. Cuando llegó la cosecha, sus vecinos que también habían sembrado lo mismo agarraron vendieron la cosecha y se fueron a tomar. Ellos dijeron: “para eso trabajamos.” “Hay que disfrutar porque mañana te mueres y nada te llevas.”

Cuatro años después esos agricultores que se iban a tomar tuvieron una emergencia y empezaron a vender sus tierras. Poco a poco el agricultor precavido iba comprando y ampliando su cultivo.

En 10 años, de haber empezado con una hectárea, ya tenía 8 hectáreas. Poco a poco estaba comprando lo que los demás vendían.

El secreto de esto es no comerse la cosecha.

En lugar de eso, lo sabio es capitalizarte, reinvertir y mientras más reinviertes más vas a producir.

El tipo ahorró, se compró un tractor, y ahora él mismo alquilaba el tractor a sus vecinos. Eso le generaba más ingresos.

Todo consiste en proyectarte. Cero compras innecesarias. Cero caprichos. Cero lujos. Enfocado en aumentar la producción, viviendo un estilo de vida austero.

Un sabio proverbio dice: "No cortes la rama en la que estás sentado."

Para no comerse la cosecha tenemos que ser fuertes. En el camino se te van a presentar adversidades, pero recuerda esto: solo los fuertes sobreviven. Si gastas todo, ¿qué sucederá cuando llegue un momento verdaderamente difícil? Tendrás las manos vacías y la moral en el suelo. Guarda un colchón financiero para que las tormentas de la vida no te arrastren.

No comerse la cosecha también requiere que aprendas el juego del dinero. Aprende a crear flujos de ingreso. Mientras el agricultor esperaba la cosecha de arroz, el tractor generaba ingresos. También tenía una bomba de agua que alquilaba y generaba más dinero.

Piensa en grande, actúa con inteligencia y ten la visión de un líder.


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