Busca tu luz

Una noche cálida, una mosca y una polilla coincidieron alrededor de una lámpara encendida en medio del campo. La luz brillaba fuerte, atrayendo a todo lo que tenía alas.

—¿Qué haces aquí? —preguntó la mosca, revoloteando con cautela—. Esa luz es peligrosa.

 —Es hermosa —respondió la polilla, con los ojos llenos de brillo—. Prefiero vivir un instante tocando lo que me apasiona… que vivir cien años huyendo de todo.

La mosca pensó en sus días, siempre evitando trampas, esquivando golpes, sobreviviendo.

 —Pero yo he aprendido a no acercarme a lo que me puede quemar —dijo con voz firme, alejándose.

La polilla, en cambio, giraba una y otra vez, bailando en la luz, hasta que se desvaneció.

La lámpara se apagó con el viento. La mosca siguió su camino, intacta… pero con el recuerdo de aquella pequeña valiente que se atrevió a vivir intensamente, aunque fuera por un segundo.

A veces, vivir no se trata solo de durar, sino de sentir. Y el verdadero reto está en encontrar esa luz que no te apague, sino que te encienda por dentro.


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