A UN SUICIDA

Como un eco perdido en el espacio,

como una estela en los profundos mares,

se ha borrado en el seno del olvido

la huella de tus íntimos pesares.

 

¡Digna posada te brindó reposo

tras jornada escabrosa y solitaria!

¡maldita está la tumba en que tus restos

duermen sin una flor ni una plegaria!

 

Ajena a tu dolor y a tu abandono

la multitud pasaba en su carrera

como pasan las aguas del torrente

junto a la flor que tiembla en la ribera.

 

El ser más infeliz halla en el mundo

de amor y de amistad sagrados lazos,

pero tú... ¡ni una lágrima piadosa

cayó sobre tu sien hecha pedazos !

 

¡Pobre loco! pensaste en tus quimeras

que, apagada la luz de tus pupilas,

te lanzabas al fondo del abismo

para dormir en lobreguez tranquila.

 

¿Dónde está el fondo de ese abismo, dónde?

¿quién el confín del infinito alcanza?

¡mentira! el alma sigue su destino

por la ruta inmortal de la esperanza.

 

Te sedujo la calma engañadoras

de ese lecho de hielo de la tumba

en que, del fatigado peregrino,

la envoltura de polvo se derrumba;

 

¡Cuántos pesares sin consuelo, cuántos,

con su peso mortal te han oprimido

hasta romperte el corazón y hacerte

prorrumpir en tan bárbaro estallido!

 

¿Dónde está Dios? ¿Responde al pensamiento

del alma que le implora dolorida

o es el hombre un gusano abandonado

que se arrastra en el fango de la vida?

 

¡ Silencio ! y prosigamos adelante

hasta encontrar una región propicia

en que se expliquen a la mente humana

los arcanos del bien y la justicia.

 

Insensible al secreto de tus penas,

el mundo inexorable, horrorizado,

sólo ha visto en tu frente la negrura

de esa marca feroz del renegado ;

 

Y todo aquel que lleve siemprevivas

a la mansión de paz de un ser querido,

sólo verá crecer en tu sepulcro

la zarza maldecida del olvido.

 

Y nunca, nunca, en las solemnes horas,

del aura triste en el errante vuelo,

se exhalará un suspiro silencioso

que vaya en pos de tu memoria al cielo.

 

Pero el ser misterioso que sostiene

del dolor y la culpa la balanza,

tendrá piedad del mísero demente

que fue ciego a la luz de la esperanza.

 

En nombre del Poder irresistible

que abruma de dolores nuestra vida,

¡doblo ante Dios con humildad la frente

y elevo una oración por el suicida!


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