El ángel guardián

Es verdad, no es un cuento;

hay un Ángel Guardián

que te toma y te lleva como el viento

y con los niños va por donde van.

 

Tiene cabellos suaves

que van en la venteada,

ojos dulces y graves

que te sosiegan con una mirada

y matan miedos dando claridad.

(No es un cuento, es verdad.)

 

Él tiene cuerpo, manos y pies de alas

y las seis alas vuelan o resbalan,

las seis te llevan de su aire batido

y lo mismo te llevan de dormido.

 

Hace más dulce la pulpa madura

que entre tus labios golosos estrujas;

rompe a la nuez su taimada envoltura

y es quien te libra de gnomos y brujas.

 

Es quien te ayuda a que cortes las rosas,

que están sentadas en trampas de espinas,

el que te pasa las aguas mañosas

y el que te sube las cuestas más pinas.

 

Y aunque camine contigo apareado,

como la guinda y la guinda bermeja,

cuando su seña te pone el pecado

recoge tu alma y el cuerpo te deja.

 

Es verdad, no es un cuento:

hay un Ángel Guardián

que te toma y te lleva como el viento

y con los niños va por donde van.


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