Precauciones: Cuando los saunas son peligrosos en determinados casos
Ir al sauna es un hábito común en Tarija, muchos lo hacen por salud, otros por adelgazar o relajarse, sin duda el sauna tiene efectos positivos para el corazón, ya que lo fortalece y aleja el peligro de sufrir una enfermedad cardiovascular. Pero también se han tejido mitos alrededor de éste...



Ir al sauna es un hábito común en Tarija, muchos lo hacen por salud, otros por adelgazar o relajarse, sin duda el sauna tiene efectos positivos para el corazón, ya que lo fortalece y aleja el peligro de sufrir una enfermedad cardiovascular. Pero también se han tejido mitos alrededor de éste como por ejemplo su efecto adelgazante.
El País consultó a 30 personas escogidas al azar y 16 de ellas aseguraron ir al sauna una vez a la semana o dos veces al mes. Sin embargo, revelaron que nunca supieron efectos adversos de esta práctica.
Según expertos el sauna nos ayuda a liberar endorfinas, y eso nos hace más felices. Pero ojo que también tiene sus riesgos, por lo que hay que tomar ciertas precauciones. De acuerdo a la experta Eva San Martín el sauna es un baño de calor en el interior de una cabina que suele ser de madera o de cerámica y azulejos. Los hay húmedos (también llamados baños turcos), que funcionan con vapor de agua; y secos, cuyo origen se atribuye a los finlandeses y que trabajan con calor y muy poca humedad.
Unos y otros tienen cada vez más adeptos en Tarija y el mundo. En el baño turco se suda menos que en el sauna seco, pues el cuerpo suele empezar a sudar a los cinco o seis minutos. De acuerdo a la revista Muy Interesante “en el sauna nuestro ritmo cardíaco aumenta y los vasos sanguíneos se ensanchan, lo que aumenta la circulación”.
El aumento de la circulación puede ayudar a reducir el dolor muscular, mejorar el movimiento de las articulaciones y aliviar el dolor de la artritis. El calor también puede promover la relajación, lo que mejora la sensación de bienestar.
Según San Martín, un sauna regular, bien tomado, ayuda a liberar endorfinas (hormonas asociadas al bienestar), limpiar la piel, respirar mejor (sobre todo, la húmeda) y apaciguar el estrés, entre otros beneficios. Pero, digan lo que digan, no adelgaza. El motivo es que, con el sudor, se pierde fundamentalmente líquido, y no grasa.
“La temperatura tiene efectos beneficiosos para la salud, ya que echas toxinas para fuera y liberas proteínas de choque de calor que tienen efectos positivos para la salud”, asegura Ricardo Mora, doctor y catedrático en termorregulación.
El baño de calor protege el corazón
Según datos de la revista internacional de salud Consumer Eroski, el sauna ayuda a mantener el corazón sano. Según un estudio de las universidades del Este de Finlandia y Jyväskylä, su uso regular (al menos una vez por semana) está asociado a un menor riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular en personas mayores de 50 años. Esto se debe a que baja la presión arterial mientras se activa una frecuencia cardiaca similar a la que tenemos durante el ejercicio físico de intensidad baja o moderada: unos 120 latidos por minuto.
También ayuda, dicen los expertos, a eliminar patógenos y prevenir resfriados, además de reducir dolores articulares y favorecer la recuperación muscular.
Una práctica segura
Más aún, de acuerdo a los expertos hay ciertas precauciones que debemos tomar para un sauna con seguridad, hay que seguir con cuidado los pasos de un ritual que incluye hidratarse, controlar la digestión y no sobrepasar el tiempo recomendado.
Los expertos aconsejan su uso habitual, por lo que, si nos sienta bien y nuestra condición física y salud nos lo permiten, podemos aumentar la frecuencia semanal y utilizarla incluso a diario.
¿Sauna seco o húmedo?
Según Consumer dependiendo de la humedad dentro de la cabina, el sauna puede ser seco o húmedo. Y aunque estas dos instalaciones se basan en el calor, cada una lo aprovecha de manera distinta. Si el baño turco emplea vapor de agua, el otro usa calor seco. No obstante, el efecto en nuestro cuerpo es similar: las altas temperaturas de la estancia provocan que el cuerpo sude y pierda toxinas.
En seco
En la sauna finlandesa, con paredes revestidas de madera, la temperatura ronda los 80 y 85 ºC -límite máximo- y la humedad relativa no llega al 20 %. Esto propicia una abundante sudoración como mecanismo de refrigeración y hace que el cuerpo rompa a sudar en dos o tres minutos, lo que permite eliminar mucho líquido. El calor se obtiene al calentar rocas con resistencias eléctricas (aunque en las saunas tradicionales se usa leña) que hacen que estas se pongan al rojo vivo y desprendan calor.
En húmedo
De acuerdo a la experta Eva San Martín la temperatura del baño húmedo es inferior, entre 25 y 45 ºC. Pero su humedad relativa es muy alta, por encima del 85 %, ya que el ambiente está saturado de vapor, lo que la hace muy beneficiosa para tratar las vías respiratorias. En este caso, el calor se genera al calentar agua y evaporarse, lo que crea una neblina de humedad que al posarse sobre el cuerpo se condensa y forma gotas.
Este proceso ayuda a refrigerar el cuerpo y a eliminar parte de su calor, un proceso que reduce la sudoración. Por ello, en el baño turco se suda menos -el cuerpo suele empezar a sudar a los cinco o seis minutos- que en el sauna seco. Debido a la alta concentración de humedad, las cabinas están recubiertas de cerámica o azulejos y la sala es hermética para mantener estas condiciones.
Además del vapor, algunos saunas húmedos favorecen la relajación recurriendo a la aromaterapia, incorporando aceites esenciales como esencia eucalipto, que ayuda a dilatar alveolos y aliviar la expectoración.
Mejor abstenerse
De acuerdo a la información recolectada por El País, antes de meterse en el sauna, conviene consultar con el médico posibles incompatibilidades. Su uso está desaconsejado para niños, porque su sistema respiratorio aún es inmaduro, tampoco es recomendable para algunas embarazadas, personas de avanzada edad, sobre todo con problemas de salud, y personas con problemas cardiocirculatorios, presión alta o baja, además de problemas renales o de corazón o problemas de bronquios.
Tras una revisión y consultas a expertos El País comparte 11 precauciones que debes tomar antes de tomar un sauna.
recomendaciones
1. El aumento del ritmo cardiaco que se produce hace que esté desaconsejado en ancianos, embarazadas y personas con problemas de salud (hipertensión, cardiopatía, varices).
2. Si es la primera vez que entras no superes los 10 minutos para evitar bajadas de tensión.
3. También deben evitar la sauna personas que sufran de enfermedad bronquial severa, epilepsia, anorexia o cólicos renales.
4. Si es la primera vez que tomas una sauna hazlo siempre en compañía de alguien experimentado y no estés mucho tiempo en la sauna
5. Si vas a darte una sauna después de hacer ejercicio espera 15 minutos o haz un baño de agua fría para que tu temperatura descienda y así evitar un golpe de calor.
6. No te olvides de beber agua al salir, ya que vas a someter al cuerpo a una continua deshidratación. Y evita entrar a la sauna si tienes excesiva hambre o acabas de comer.
7. Al inicio sitúate en los asientos más bajos y procura tumbarte para que todo tu cuerpo esté a la misma temperatura.
8. Evita realizar ejercicios o hablar en exceso durante la sesión, ya que de por sí el sistema cardiaco y pulmonar están sobrecargados.
9. Lo habitual es salir cada 12-15 minutos de sauna para refrigerar al cuerpo con agua fría y así hacer una vasoconstricción que recuperará la presión arterial.
10. Antes de salir si estás tumbado incorpórate lentamente y mantén la posición de sentado durante un minuto para que la circulación se restablezca y al levantarnos no nos dé un pequeño mareo o síncope.
11. No es recomendable tomar más de dos sesiones semanales.
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El País consultó a 30 personas escogidas al azar y 16 de ellas aseguraron ir al sauna una vez a la semana o dos veces al mes. Sin embargo, revelaron que nunca supieron efectos adversos de esta práctica.
Según expertos el sauna nos ayuda a liberar endorfinas, y eso nos hace más felices. Pero ojo que también tiene sus riesgos, por lo que hay que tomar ciertas precauciones. De acuerdo a la experta Eva San Martín el sauna es un baño de calor en el interior de una cabina que suele ser de madera o de cerámica y azulejos. Los hay húmedos (también llamados baños turcos), que funcionan con vapor de agua; y secos, cuyo origen se atribuye a los finlandeses y que trabajan con calor y muy poca humedad.
Unos y otros tienen cada vez más adeptos en Tarija y el mundo. En el baño turco se suda menos que en el sauna seco, pues el cuerpo suele empezar a sudar a los cinco o seis minutos. De acuerdo a la revista Muy Interesante “en el sauna nuestro ritmo cardíaco aumenta y los vasos sanguíneos se ensanchan, lo que aumenta la circulación”.
El aumento de la circulación puede ayudar a reducir el dolor muscular, mejorar el movimiento de las articulaciones y aliviar el dolor de la artritis. El calor también puede promover la relajación, lo que mejora la sensación de bienestar.
Según San Martín, un sauna regular, bien tomado, ayuda a liberar endorfinas (hormonas asociadas al bienestar), limpiar la piel, respirar mejor (sobre todo, la húmeda) y apaciguar el estrés, entre otros beneficios. Pero, digan lo que digan, no adelgaza. El motivo es que, con el sudor, se pierde fundamentalmente líquido, y no grasa.
“La temperatura tiene efectos beneficiosos para la salud, ya que echas toxinas para fuera y liberas proteínas de choque de calor que tienen efectos positivos para la salud”, asegura Ricardo Mora, doctor y catedrático en termorregulación.
El baño de calor protege el corazón
Según datos de la revista internacional de salud Consumer Eroski, el sauna ayuda a mantener el corazón sano. Según un estudio de las universidades del Este de Finlandia y Jyväskylä, su uso regular (al menos una vez por semana) está asociado a un menor riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular en personas mayores de 50 años. Esto se debe a que baja la presión arterial mientras se activa una frecuencia cardiaca similar a la que tenemos durante el ejercicio físico de intensidad baja o moderada: unos 120 latidos por minuto.
También ayuda, dicen los expertos, a eliminar patógenos y prevenir resfriados, además de reducir dolores articulares y favorecer la recuperación muscular.
Una práctica segura
Más aún, de acuerdo a los expertos hay ciertas precauciones que debemos tomar para un sauna con seguridad, hay que seguir con cuidado los pasos de un ritual que incluye hidratarse, controlar la digestión y no sobrepasar el tiempo recomendado.
Los expertos aconsejan su uso habitual, por lo que, si nos sienta bien y nuestra condición física y salud nos lo permiten, podemos aumentar la frecuencia semanal y utilizarla incluso a diario.
¿Sauna seco o húmedo?
Según Consumer dependiendo de la humedad dentro de la cabina, el sauna puede ser seco o húmedo. Y aunque estas dos instalaciones se basan en el calor, cada una lo aprovecha de manera distinta. Si el baño turco emplea vapor de agua, el otro usa calor seco. No obstante, el efecto en nuestro cuerpo es similar: las altas temperaturas de la estancia provocan que el cuerpo sude y pierda toxinas.
En seco
En la sauna finlandesa, con paredes revestidas de madera, la temperatura ronda los 80 y 85 ºC -límite máximo- y la humedad relativa no llega al 20 %. Esto propicia una abundante sudoración como mecanismo de refrigeración y hace que el cuerpo rompa a sudar en dos o tres minutos, lo que permite eliminar mucho líquido. El calor se obtiene al calentar rocas con resistencias eléctricas (aunque en las saunas tradicionales se usa leña) que hacen que estas se pongan al rojo vivo y desprendan calor.
En húmedo
De acuerdo a la experta Eva San Martín la temperatura del baño húmedo es inferior, entre 25 y 45 ºC. Pero su humedad relativa es muy alta, por encima del 85 %, ya que el ambiente está saturado de vapor, lo que la hace muy beneficiosa para tratar las vías respiratorias. En este caso, el calor se genera al calentar agua y evaporarse, lo que crea una neblina de humedad que al posarse sobre el cuerpo se condensa y forma gotas.
Este proceso ayuda a refrigerar el cuerpo y a eliminar parte de su calor, un proceso que reduce la sudoración. Por ello, en el baño turco se suda menos -el cuerpo suele empezar a sudar a los cinco o seis minutos- que en el sauna seco. Debido a la alta concentración de humedad, las cabinas están recubiertas de cerámica o azulejos y la sala es hermética para mantener estas condiciones.
Además del vapor, algunos saunas húmedos favorecen la relajación recurriendo a la aromaterapia, incorporando aceites esenciales como esencia eucalipto, que ayuda a dilatar alveolos y aliviar la expectoración.
Mejor abstenerse
De acuerdo a la información recolectada por El País, antes de meterse en el sauna, conviene consultar con el médico posibles incompatibilidades. Su uso está desaconsejado para niños, porque su sistema respiratorio aún es inmaduro, tampoco es recomendable para algunas embarazadas, personas de avanzada edad, sobre todo con problemas de salud, y personas con problemas cardiocirculatorios, presión alta o baja, además de problemas renales o de corazón o problemas de bronquios.
Tras una revisión y consultas a expertos El País comparte 11 precauciones que debes tomar antes de tomar un sauna.
recomendaciones
1. El aumento del ritmo cardiaco que se produce hace que esté desaconsejado en ancianos, embarazadas y personas con problemas de salud (hipertensión, cardiopatía, varices).
2. Si es la primera vez que entras no superes los 10 minutos para evitar bajadas de tensión.
3. También deben evitar la sauna personas que sufran de enfermedad bronquial severa, epilepsia, anorexia o cólicos renales.
4. Si es la primera vez que tomas una sauna hazlo siempre en compañía de alguien experimentado y no estés mucho tiempo en la sauna
5. Si vas a darte una sauna después de hacer ejercicio espera 15 minutos o haz un baño de agua fría para que tu temperatura descienda y así evitar un golpe de calor.
6. No te olvides de beber agua al salir, ya que vas a someter al cuerpo a una continua deshidratación. Y evita entrar a la sauna si tienes excesiva hambre o acabas de comer.
7. Al inicio sitúate en los asientos más bajos y procura tumbarte para que todo tu cuerpo esté a la misma temperatura.
8. Evita realizar ejercicios o hablar en exceso durante la sesión, ya que de por sí el sistema cardiaco y pulmonar están sobrecargados.
9. Lo habitual es salir cada 12-15 minutos de sauna para refrigerar al cuerpo con agua fría y así hacer una vasoconstricción que recuperará la presión arterial.
10. Antes de salir si estás tumbado incorpórate lentamente y mantén la posición de sentado durante un minuto para que la circulación se restablezca y al levantarnos no nos dé un pequeño mareo o síncope.
11. No es recomendable tomar más de dos sesiones semanales.
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