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El juego como herramienta eficaz en la enseñanza educativa

¿Será posible aprender jugando? ¿Los estudiantes se distraen y ponen en riesgo su proceso educativo? Estas y otras preguntas son comunes cuando se habla del juego como estrategia de aprendizaje. Aun así, el gran reto es orientar correctamente las actividades lúdicas y los juegos para generar aprendizaje significativo. Aprendizaje que queda en la memoria de los estudiantes de forma permanente y se refleja en experiencias educativas de calidad. La planificación educativa, en el marco de la transformación digital, busca caminos atractivos para integrar elementos fundamentales de la programación formal con otros elementos de la educación de calidad, especialmente para los niños. Las actividades lúdicas y el juego didáctico como estrategia de enseñanza son perfectos para el cumplimiento de dicho objetivo, ya que los juegos permiten que los estudiantes adquieran el aprendizaje de manera divertida y fácil, bien sabemos, de lo que se aprende jugando se queda en la memoria del niño por mucho tiempo.

Los primeros años de vida de un ser humano son los años en los que se aprende con mayor rapidez. Es debido a esto, que las estrategias educativas deben aprovechar todos los elementos a su alcance. Solo así se fomentará el desarrollo integral de habilidades cognitivas, el bienestar emocional y la salud física y mental. De esta manera, la exploración y la creación de nuevas experiencias a través del juego como estrategia de aprendizaje es pertinente a lo largo de toda la formación en los estudiantes.

Tenemos que darnos cuenta que aprender no es sinónimo de aburrimiento. Teniendo en cuenta que las primeras etapas de crecimiento son fundamentales en la educación, esta debe asegurarse de crear una sólida relación enseñanza-diversión/estimulación. Esto implica un mayor impacto en la vida de los estudiantes. Al aprovechar el enorme potencial del juego como estrategia de aprendizaje se incentiva, en primer lugar, el aprendizaje espontáneo. Cuando se le presenta a los niños una actividad divertida y lúdica, se crean ambientes de aprendizaje donde se deja de necesitar el paso a paso propio de la educación tradicional, para desarrollar su propio proceso de enseñanza de manera «natural» y dinámica.

En segundo lugar, aunque el desarrollo y el aprendizaje son de por sí bastante complejos, el juego permite que estos se den en diferentes ámbitos. De esta manera se facilita la asimilación de conocimientos. La reflexión, la solución de problemas lógicos, la sociabilización y la creatividad son algunos de los campos donde el juego tiene cabida y alto impacto. El juego como estrategia de aprendizaje, entonces, hace múltiples apariciones en el camino educativo. A través de él, los estudiantes expresan, amplían y analizan sus experiencias, dándole así sentido al mundo. De la mano con esto, los niños se sentirán incluidos y alentados a participar activamente y continuar aprendiendo, poniendo en práctica actividades físicas y mentales.

Por otro lado, y gracias especialmente a la evolución de la educación virtual o E-Learning, el juego como estrategia de aprendizaje también es interactivo. Lo anterior significa que los más pequeños podrán compartir experiencias con sus otros compañeros y maestros a través de la tecnología. A su vez, se desarrollan las habilidades tecnológicas tan necesarias en el mundo de hoy.

Por último, mediante la interactividad mencionada anteriormente, el juego se transforma en una herramienta interactiva y lúdica. Aprender jugando reta a los estudiantes a volver sobre su conocimiento, crear hipótesis y probar posibilidades. Con los dispositivos tecnológicos los juegos salen del aula con los niños al mismo tiempo que las posibilidades para continuar aprendiendo.

No se debe olvidar en ningún momento que el principal deber del juego como estrategia de aprendizaje es generar placer y el principal objetivo es lograr un aprendizaje significativo de manera divertida. Y dicho placer se conforma por la diversión, la interacción y la espontaneidad.

Como punto final podemos mencionar que el rol de los profesores en este aspecto es muy fundamental, ya que dé el dependerá el proceso de aprendizaje en los estudiantes, él es el encargado de crear estos espacios lúdicos. Sería ilógico y no conveniente que, por culpa del mismo, al niño se le impida aprender jugando, creando así una barrera donde no pueda despertar y abrir su creatividad y conocimiento.


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