Consecuentes con la educación

La educación es una forma de avanzar en el desarrollo de una nación. Según el Banco Mundial, la educación es un derecho humano porque es un instrumento para reducir la pobreza, mejorar la salud, la percepción de género, la generación de paz y estabilidad en un país. Si somos consecuentes con esta visión, cada parte de esta definición podría ser parte de una política nacional. Y en base a esto podríamos medir el avance en la educación:

1.     ¿Tenemos todos acceso a una educación de buena calidad?

2.     ¿Las personas que terminan la educación secundaria o la educación superior (técnica o universitaria) están fuera de la línea de pobreza?

3.     ¿Las personas con educación tienen una mejor salud? ¿Quizás en la actualidad sí, pero también en el largo plazo? En Bolivia hay un 11% de la población que entra a la pobreza cada año por la necesidad de una cirugía.

4.     ¿Las personas que viven en Bolivia tienen una percepción igualitaria del género? ¿Y que tal las personas LGBTQ, también lo perciben así?

5.     ¿Las personas en Bolivia tienen derecho a opinar y a realizar las cosas diferentes?

6.     ¿Y al ser y opinar diferente, uno vive en un ambiente de paz?

Cuando se prepara el contenido de educación para primaria, secundaria o educación superior (técnica o universitaria), se debería incluir estos principios que guíen como un eje. El cómo se da la clase importa mucho en la generación del conocimiento y la forma de ser de una persona. Si somos consecuentes con los principios fundamentales, podremos generar apertura a los pensamientos diferentes, a las personas que son diferentes, y los aceptaremos como una oportunidad para el desarrollo de nuestro país. Así, seremos consecuentes con la educación y la generación de paz. Si cuidamos estos principios también apoyaremos a la gente a ser más consecuente con su salud, con su actuar hacia uno mismo y hacia los demás.


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