La percepción

Para comprender y reconocer lo que nos rodea (nuestro medio o contexto), primero construimos una realidad en nuestra mente (percepción) y después creamos un contenido (aprendizaje). La percepción es la base del aprendizaje. 

Percibir es lograr una imagen mental en base a las imágenes vividas anteriormente (la experiencia) y las curiosidades que surgen como necesidad de darle forma a un pensamiento para comprender o tomar consciencia y conocimiento de algo, mediante un proceso activo, organizativo, selectivo, interpretativo y conclusivo de sensaciones.  

Sensación es la capacidad de detectar con los sentidos del tacto, la vista, el oído, el gusto o el olfato, el dolor, el color, el sonido, el sabor o el olor del ambiente en el que se encuentre nuestro cuerpo. Finalmente, la percepción es la forma en que el cerebro procesa y comunica lo de estos sentidos al resto del cuerpo. Al ser más que la suma de las partes (Gestalt) es un resultado sinérgico.  

La percepción es entendida como un permanente acto de conceptualización, dado que los eventos del mundo externo a nuestro cuerpo, son organizados en nuestro intelecto a través de juicios de categorización que se encargan de encontrar una característica que represente los objetos de la mejor manera posible (percepción objetiva, percepción gráfica y percepción simbólica).  

La percepción es el primer proceso cognoscitivo, que, luego de la decodificación y asimilación de los estímulos sensoriales en los sentidos, permite tomar información de algo para formar una imagen o idea en el cerebro que realiza una inferencia e interpretación que la codifica como propia y es como se obtiene la percepción auditiva, táctil, gustativa, visual y olfativa, según se relacione con los sonidos, la piel, el paladar, la vista o el olfato. 

El proceso de percepción comienza al existir un objeto o cosa del mundo real en frente de alguna persona; este objeto, gracias a la luz, gracias al sonido o gracias a algún otro hecho físico, estimula los órganos sensoriales del cuerpo de esa persona. 

En resumen, la percepción se puede definir como la capacidad para captar, procesar y dar sentido de manera activa a la información que logran nuestros sentidos; es decir, es el proceso cognitivo que nos permite interpretar nuestro entorno a través de los estímulos que captamos mediante los sentidos.  

En educación, para dar inicio al aprendizaje y para reconocer nuestro contexto, la percepción es de vital importancia pues, al ser un proceso relevante, la existencia de alguna alteración que genere desagrado o incomodidad, puede afectar significativamente al proceso cognitivo que permite precisamente elaborar el conocimiento nuevo.  

El ambiente o escenario en el que se inicie, cómo se inicie, como se realice y finalmente como se concluya el proceso de aprendizaje (la clase o tema), es un factor que influye significativamente en el resultado del aprendizaje; pues, si materialmente el aula goza del espacio y muebles, material didáctico necesario, medios de aprendizaje, de un apropiado clima humano, de una buena dinámica y conducción en el trabajo docente, se puede garantizar una buena percepción, bienestar, entusiasmo, alegría en el trabajo educativo y consiguientemente mejores resultados y saberes de los participantes.  

El miedo o placer en un entorno o ambiente, afecta a la percepción y depende además de la forma como exploramos: presencial, virtual o a distancia. La percepción al ser un proceso relevante, la existencia de alguna alteración puede afectar el proceso cognitivo que permite aprender; por eso se debe garantizar un ambiente que inspire tranquilidad y estabilidad socioemocional en las aulas de clases. El perceptor (estudiante), si se siente en familiaridad con la persona o grupo y si goza del estímulo necesario; su impresión formada será mucho más compleja que cuando la persona o estímulo es desconocido, por lo que, así como el significado del estímulo, todo en su conjunto permitirá una experiencia favorable.  

Pensando en la atención individual que merece el estudiante, cuando el profesor perciba alguna deficiencia o anormalidad antropométrica (vista, talla, tórax, peso, audición) y/o modales; debe sugerir a los padres o tutores que los hagan ver con su médico, para ayudarles a mejor ser y mejor estar en clases, evitando les complicaciones y, en todo caso, mejorar su salud y rendimiento escolar.

Es necesario que el estudiante forme la imagen de su autoestima, saber cómo se ve a sí mismo, realizar tareas de mejoramiento y llevar el control de su propio progreso respecto a la percepción de sus diferentes sentidos para mejorar el aprendizaje. Aplíquese el adagio “Órgano que no se ejercita se atrofia” y realícese disciplinadamente ejercicios físicos, trabajo, deporte y vida ordenada.  


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