Desarrollo productivo y degradación ambiental

Quiero comenzar recordando que en el contexto departamental, promover el desarrollo productivo sobre todo agropecuario y también el turismo, ha sido el discurso político utilizado desde hace dos décadas atrás, como la única opción viable para salir de la dependencia económica de los hidrocarburos. Bajo este argumento, se identificó como una primera necesidad para incrementar y optimizar la producción agrícola, la dotación de riego, de tal forma que se comenzó a construir en toda la red hidrológica de las cuencas, numerosas obras hidráulicas como presas, atajados, azudes, etc. cuyo propósito obviamente es la de almacenar y/o captar agua para cubrir la demanda del riego, de consumo humano y en algunos casos para generación hidroeléctrica y también aprovecharlas como espacios turísticos.

La realidad es que hoy, la mayoría de estas obras no han alcanzado dichos propósitos, algunas solo de manera temporal, otras de manera parcial, y peor aún muchas de ellas en desuso antes de cumplir su vida útil.

En contraposición a lo expresado, la erosión de los cauces y la pérdida del caudal ecológico, son los mayores impactos ambientales generados por estas obras ya que han alterado la dinámica fluvial natural de los ríos, cuyos efectos son muy visibles en el cauce y otro tipo de obras como puentes, gaviones, etc. a lo largo de la red hidrológica.

La realidad es que hoy, la mayoría de estas obras no han alcanzado dichos propósitos, algunas solo de manera temporal, otras de manera parcial, y peor aún muchas de ellas en desuso antes de cumplir su vida útil.

¿Qué pasó con la evaluación de impacto ambiental? Pareciera haberse enfocado al corto plazo y priorizar los impactos positivos en los factores social y económico, sobreponiéndolos a los impactos negativos en los factores naturales, aquí surge la siguiente pregunta: ¿Qué pasa con los impactos ambientales en el mediano y largo plazo?, el estado de degradación que hoy observamos en el Río Guadalquivir y otros ríos del Valle Central, pudiera ser la respuesta.

La demanda de agua se ha visto incrementada sustancialmente por la actividad agropecuaria y el abrupto crecimiento demográfico ocasionado por la migración interna, ante esta situación, la respuesta de las entidades públicas, ha sido promover la construcción de las citadas obras hidráulicas basados en estudios técnicos poco precisos, fundamentalmente los relacionados con la hidrología, al haberse identificado hace más de 15 años atrás, la gran limitación que tenemos con la falta de generación de información (aspecto aún no resuelto) para precisar dichos estudios que permitan saber: cuánto de agua tienen nuestras cuencas y de cuanto podemos disponer en distintas épocas (oferta y demanda), además de sustentar los diseños de las obras, con tal limitación, se ha apelado a la aplicación de modelamientos a través de diferentes softwares, cuyos resultados, técnicamente no pueden considerarse precisos ya que se utiliza información no recomendable para su procesamiento, esta aseveración puede ser evidente en varias de las obras que hoy se encuentran en su etapa de operación, y que no han cumplido con los alcances y resultados que se planteaban inicialmente en su formulación y diseño.

Lo preocupante, es que hoy se siguen planificando y construyendo obras hidráulicas pese a lo que acabo de hacer referencia en cuanto a las limitaciones para su diseño y a los impactos ambientales que generan en los ríos, dejando de lado otras opciones técnicas eficientes y menos degradantes. Donde miremos un rio del Valle Central, podremos advertir las intervenciones que en ellos se efectúan y que son totalmente contrarios a su conservación y protección como ser; canalizaciones, nivelaciones, excavaciones y explotación totalmente discrecional de áridos y agregados, etc. En este punto, hago referencia a la Auditoria Ambiental del Río Guadalquivir cuyas recomendaciones están mayormente orientadas a reducir la contaminación del agua, sin embargo, una recomendación que considero crucial, es la Formulación del Plan Director de la Cuenca, que espero sea el instrumento técnico que en su marco estratégico establezca una respuesta integral a la problemática ambiental de la cuenca y en particular del río.

Finalmente puedo afirmar, que en el contexto departamental y particularmente de la Provincia Cercado, aún no se ha construido una base productiva del desarrollo en torno al sector agropecuario o turístico como citaba al inicio del artículo, considero que por falta de una correcta planificación estratégica para conseguir la implementación de un modelo que verdaderamente articule desde lo institucional los aspectos: territorial, ambiental y productivo para una gestión integral de los recursos naturales, que a partir de las experiencias y un análisis crítico de esta realidad, construyamos la línea base de nuestro desarrollo integral y sustentable.

Finalmente puedo afirmar, que en el contexto departamental y particularmente de la Provincia Cercado, aún no se ha construido una base productiva del desarrollo en torno al sector agropecuario o turístico

Mientras esto no ocurra, seguiremos lamentando la pérdida de nuestros ecosistemas y recursos naturales, que son los que sostienen a una sociedad todavía insensible a los problemas ambientales y que prefieren evadirlos antes se asumir cambios en sus conductas


Más del autor