Modernidad sobre degradación ¿una contradicción?

Un escenario que atrae demasiado mi atención, es el cuestionado Puente 4 de Julio, al cual prácticamente lo he visto construirse desde el primer día hasta la fecha, y observo cómo poco a poco ha ido tomando forma, aunque tengo algunas dudas respecto al diseño original, donde inicialmente se indicaba que no iba a tener columnas que soporten la plataforma, cuyo argumento fue el de evitar impactos al cauce del río y a la obra en sí por efectos de la erosión fluvial, más al contrario, el diseño mostraba un singular arco que se elevaba desde ambos bordes del cauce de una manera imponente, del cual se tendría que sostener toda la plataforma del puente. Ambos detalles técnicos son lo que se observan actualmente, aunque se dice que las columnas serán retiradas una vez se concluya con el arco. De todas maneras, se deja en el imaginario individual una obra impactante una vez quede concluida, cuyo desafío posterior será darle la adecuada operatividad para la circulación vehicular.

Hace unos años atrás, cuando se iniciaba el debate por la construcción del puente, recuerdo los argumentos del entonces Alcalde Municipal, quien compartía a través de sus palabras, una visión de modernidad de la ciudad de Tarija, con proyección de potenciar y desarrollar el turismo, para este propósito, se decidió incrementar los atractivos turísticos urbanos y, si hacemos memoria en ese momento, se comienza con la construcción del Mástil, para luego continuar por la Av. Integración y el margen izquierdo del Río Guadalquivir, con la construcción de varias obras como ciclovías, paseos peatonales, museos, áreas recreacionales, comerciales, artesanales, gastronómicas, etc. hasta llegar al conocido Parque Temático y continuar de la misma forma por la Av. Costanera del Sur (Zona el Tejar). No parecía ser mala idea, ¿verdad?, solo que ante las necesidades urgentes de un sector de la población que reclamaba ser atendida, la idea se fue distorsionando hasta el punto de tener un efecto negativo en la credibilidad de la exautoridad por el costo de las obras.

 

Esta idea o proyecto de modernidad más allá de las obras, tenía un elemento estratégico de atracción que era, o es el Río Guadalquivir, aquí me detengo un momento para reflexionar sobre lo siguiente:  todos los instrumentos legales y técnicos que se formularon y aprobaron para su administración:

Ø Ley 2459 (May-2003): Declárase a la Cuenca del Guadalquivir Zona de Desastre Ambiental y de Emergencia Hídrica.

Ø Ley 2460 (May-2003): Declárase Patrimonio Tangible e Intangible del Departamento de Tarija, la Cuenca del Río Guadalquivir.

Ø Plan Maestro Metropolitano de Agua y Saneamiento del Valle Central de Tarija (Oct-2012).

Ø Plan Departamental del Agua de Tarija (Mar-2013).

Ø Auditoría Ambiental (Oct-2016).

Ø Plan de Manejo de Áridos y Agregados de la Provincia Cercado (Ene-2017).

Ø Plan Director de la Cuenca del Rio Guadalquivir (2022).

Las similitudes de estos instrumentos, es que nos presentan las posibilidades de aprovechamiento del agua, pero también advierten sobre el estado de degradación de la cuenca y del río en particular, recomendando su recuperación y restauración inmediata.

El puente 4 de Julio, es una obra de ingeniería que representa esa visión de modernidad que hacíamos referencia y contrariamente el Río Guadalquivir, representa la degradación de un ecosistema, si la idea era proyectar el turismo, me pregunto: ¿Qué pensará un turista cuando visite el monumental puente y observe el desastre ambiental del río? es decir, un elemento artificial muy vistoso construido sobre contaminación hídrica, basura, erosión del cauce y deterioro del paisaje de río en general.

 

Actualmente, solo se conoce de algunos monitoreos de calidad del agua, cuyos resultados reflejan altos niveles de contaminación que restringen el uso del recurso hídrico inclusive para riego, pero acciones efectivas para reducir la causas de la contaminación o para recuperar el cauce y paisaje del río, no se observan ni se conocen por parte de las Instituciones vinculadas con la cuenca, mientras que la situación del río es cada vez más crítica.

Creo muy necesario aclarar que la construcción del puente no es la causa del estado actual del Río Guadalquivir, las causas son otras y vienen de mucho tiempo atrás, en el artículo quiero reflejar el hecho de construir una obra moderna sobre un ecosistema degradado por el que no se hace nada para recuperarlo, dejándonos un ejemplo real de alejamiento del concepto de integralidad instituido en el SPIE (Sistema de Planificación Integral del Estado) a momento de idear proyectos.

Como sociedad tenemos el derecho de avanzar hacia el desarrollo, sin embargo el camino debe ser equilibrado para alcanzar la modernidad y según se presente el caso, habrá que, proteger, recuperar o restaurar nuestros ecosistemas naturales de manera simultánea y así evitar las contradicciones que nos toca vivir como resultado de una mala planificación o,  ¿qué opinan ustedes?


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