Frases cotidianas con las que se construye el machismo

Día tras día los titulares de los periódicos nos muestran la cara de la violencia machista en nuestro país; en primer lugar, los feminicidios que forman una pandemia de nunca acabar y consecuentemente todas las formas de agresión física y psicológica que durante años hemos naturalizado y se han vuelto parte de nuestra cultura.

Se hacen talleres, cursos y reuniones, cuales contribuyen a la lucha contra la violencia. Las entidades públicas han ido incorporando en sus políticas conceptos mínimos de lo que se refiere a equidad, lo cual también es un avance. Por otra parte, diversas instituciones impulsan campañas de concientización y todos estos elementos valiosos, son parte del esfuerzo social para cambiar esta deformación de la sociedad. Sin embargo, rara vez nos preguntamos sobre las actitudes diarias, las ideas que día a día contribuyen como pequeños ladrillos a construir el muro de la desigualdad en nuestra sociedad. En este caso, como joven tarijeña se me ocurrió pensar en las frases diarias comunes que generalmente se vive en nuestros círculos sociales como algo normal, y que son un instrumento poderoso para que las mujeres seamos vulnerables a la cultura sexista. Veamos algunos ejemplos:

La frase, tienes que cuidar tu apariencia, sino ¿quién se va a fijar en ti? No está mal querer lucir bien, el problema está cuando el enfoque está en que la apariencia física es el único atributo social para la mujer y que se plantea solo para el gusto del hombre y no para ningún otro propósito, y menos para como una autovaloración. En este caso la idea es que seas agradable para el hombre, no porque tú te sientas bien contigo misma, o porque conceptúes tu apariencia, no importa el estilo o la forma que tenga, como una forma del desarrollo integral de tu persona.

Deberías ser más femenina. En este caso se aplican los estereotipos que dicen que el hombre no puede ser sensible y que una mujer no puede ser ruda. La cultura ha distribuido de tal manera los roles de género que impide y hace que sea mal visto que una mujer se subleve o se pueda contraponer. Por otra parte, el “deberías ser más femenina” no significa deberías profundizar tu formación como mujer, sino más bien deberías encajar en la visión tradicional que la sociedad aún sigue conservando.

Llegar a lograr que nuestra sociedad supere estos estereotipos, implica un esfuerzo que debe hacerse a distintos niveles; en la legislación, en las políticas públicas, en los medios de comunicación, pero también en el hogar, en la vida diaria, en las conversaciones con amigas y amigos. Así lograremos que el cambio sea real y sostenible.

* Rosa Peñarrieta  abogada constitucionalista


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