Tomar consciencia acerca de la pandemia del coronavirus

La economía mundial empieza a sentir los efectos del coronavirus, pues la demanda de materias primas ha disminuido sin precedentes, razón por la que organismos internacionales prevén que la ralentización del comercio internacional provocará menor crecimiento del PIB.

Esta pandemia está obligando a las autoridades monetarias de todo el mundo a “intentar” recalcular el crecimiento o decrecimiento de las economías como nunca antes había pasado, pues hoy en todo el mundo se combinan las conversaciones de los efectos de la pandemia sobre la población y la economía mundial. Parecería que debería darse una cruzada internacional de economistas con el objeto de coordinar políticas públicas orientadas a disminuir el azote apocalíptico de la recesión mundial en la que ya estamos inmersos.

El caso boliviano no es la excepción por dos razones: 1) nuestro sistema de salud es totalmente precario y 2) nuestra economía dependiente en gran medida de la exploración y exportación de materias primas harán que en su conjunto el azote de la recesión económica sea inminente.

Las caídas de las bolsas en todo el mundo y de los activos de riesgo, reflejo de una estampida al dólar, son respondidas con anuncios de política monetaria por los bancos centrales, así como paquetes de gasto fiscal extraordinarios.

Nadie saldrá ileso de esta recesión y lo peor es que es la primera vez que incluye al gigante de la economía mundial como es China.

La pandemia llega a Bolivia y a Tarija en particular, en un momento de crisis económica, caracterizada por los efectos de: a) la caída de los precios del petróleo y con ello de los ingresos fiscales -vía caída del precio del gas y de la reducción de los volúmenes de exportación a Brasil y Argentina-, b) déficits gemelos (de la balanza comercial y del sector público no financiero), c) incremento de la deuda externa y d) caída de las Reservas Internacionales Netas (RIN).

No se puede soslayar los efectos que tiene en el empleo, la salud, la rentabilidad de las empresas, en el incremento de la pobreza, la educación y la economía informal.

-     El empleo siente los efectos netos de la reducción obligatoria de mano de obra calificada y no calificada en las empresas.

-     La salud siente los fuertes golpes del incremento de personas contagiadas y de deterioro de la salud de un importante segmento de la población, producto del incremento de la pobreza que se extiende en todo el país.

-     Muchas empresas y a pesar de la falsa reactivación económica, no pueden recuperar sus ventas e ingresos, por la caía de la demanda que al mismo tiempo es por efectos del desempleo como por la estocada dañina que provoca el contrabando de todo tipo de productos. Esto lleva a reducir el tamaño de su escala de producción y en algunos casos el cierre temporal y/o definitivo.

-     La educación está afectada por dos frentes, primero, por la deserción en los diferentes niveles hasta llegar a la universitaria y segundo, porque nuestra sociedad no ha estado preparada para las clases virtuales, tanto por las dificultades que genera el servicio de internet, como porque una buena parte de la población estudiantil no cuenta con celulares y/o computadoras acordes a la era tecnológica que vivimos.

-     La economía informal que absorbe más o menos un 80% de la Población Económicamente Activa (PEA) del país va a ver merado su mercado informal.

Esta situación merece una adecuada atención de parte de autoridades, la sociedad civil y los medios de comunicación. Las autoridades que tienen la obligación de proporcionar los medios necesarios para combatir este virus con: a) dotación de ítems para personal médico y para médico, b) equipos de bioseguridad, c) equipamiento y d) medicamentos.

Por otro lado, la sociedad civil tiene que tomar consciencia de los peligros que implican los contagios, para lo cual debe: a) usar permanentemente el barbijo, b) lavarse permanentemente las manos, c) evitar las reuniones sociales e incluso las familiares y d) socializar en su entorno la disciplina y las precauciones que debemos tomar los ciudadanos en general.

Finalmente, los medios de comunicación al se masivos pueden y deben informar permanentemente acerca de los riesgos con programas cortos dirigidos a la población, de manera que conlleve una orientación oportuna y eficiente.

 

* Diputado por el departamento de Tarija


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