La construcción de un Estado social

Mucho se ha hablado del modelo económico boliviano desarrollado durante el proceso de cambio que vivió Bolivia, muchos han hablado de un modelo supuestamente socialista, socialista del Siglo XXI, otros de un modelo capitalista andino, se ha hablado mucho de cambiar la base económica de la sociedad, se ha hablado de una trasformación profunda del sistema económico occidental en el caso boliviano, a través de la recuperación de los valores ancestrales de los pueblos indígenas, y en fin a lo largo de los años en que se formó el proceso revolucionario boliviano se han construido diferentes teorías, empero al final del día lo que se construyó en Bolivia, fue un Estado Social, un estado de bienestar, de redistribución y razonabilidad, con las bases simples con las que se desarrollaron varios países europeos en la última parte de la primera mitad del Siglo XX, después de la Segunda Guerra Mundial.

 
La clave es simple y consiste en desarrollar y ampliar la base económica que le ha permitido a este sistema expandirse, ampliamente por el mundo, principalmente, por supuesto, en los países que tienen capacidad de generar valor agregado a sus materias primas. La base fundamental y que destaca la principal característica de este modelo, es la capacidad de generar excedentes económicos desde el Estado, para ello se debe construir un Estado fuerte al contrario del miserable Estado neoliberal que simplemente regula las actividades entre los privados, ahora la sociedad organizada debe participar activamente en las actividades económicas con el objetivo de generar excedente económico el cual después pueda ser correctamente redistribuido entre los que más lo necesitan, creando así la hipótesis de un mínimo equilibrio y razonabilidad social entre quienes tienen más y quienes no tienen nada.
 
El primer elemento que construyó Bolivia fue su propia potencia económica a través de la Nacionalización de los Hidrocarburos, la medida suprema que nos devolvió nuestra capacidad de actuar económicamente, además de nuestra dignidad y soberanía sobre nuestros recursos naturales. Así mismo regresaron al Estado una serie de áreas estratégicas de la economía, como minería, telecomunicaciones, transporte aéreo, electricidad y algunos servicios, qué si bien, en algunos casos, no generaron recursos como tal, generaron la mejora sustancial del nivel de vida de los bolivianos en muchas áreas. A la Nacionalización de los hidrocarburos se le sumó el activar la participación del Estado en diferentes rubros importantes de la economía, algunas veces a través de la recuperación del patrimonio de los bolivianos que fue entregado y enajenado en el periodo neoliberal y en otros casos a través de la incursión nueva del Estado en diferentes rubros de la economía, en el primer caso están las áreas de minería, telecomunicaciones, electricidad y en la segunda infinidad de emprendimientos nuevos que aun se están desarrollando.
 
La participación del Estado en la actividad económica directa a través de la inversión pública, principalmente en el área de los hidrocarburos, generó también empleo directo y movimiento económico, donde al final del día todos ganaron y todos se beneficiaron y lo mas importante se cerró la brecha entre ricos y pobres. Con esto surgió en los hechos el Estado Social, el Estado de Bienestar, de equilibrio y equidad. Como en cualquier otro caso similar aquí no se movió la base económica de la sociedad, seguimos y seguramente seguiremos viviendo en un Modo de Producción capitalista y sobre esto, no debe haber engaño alguno, más allá de la retórica, lo que hizo el Proceso de Cambio, fue hacer un modelo de Estado de Bienestar, que a la larga nos valió la reducción de la extrema pobreza en márgenes nunca vistos y que además nos permitió, ensanchar la clase media lo más que se pudo. Todo esto simboliza lo que en algún momento fue calificado como el “Milagro Económico Boliviano”
 
El Proceso de Cambio se concentró ampliamente en la industrialización del país. Evo Morales y el gran constructor y organizador de este “milagro” Luis Arce Catacora, dotados siempre de una gran intuición vieron en la industrialización de los recursos naturales, en darles valor agregado, la base para una nueva realidad económica, que permitiría, como ya dijimos generar excedentes para redistribuirlos en los sectores sociales más deprimidos y así generar equilibrio económico en una sociedad profundamente marcada por el desequilibrio y la desigualdad.
 
 
 
 
 
 
 

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