Cambiar de la ciudad del cemento a la ciudad del conocimiento

“En las últimas dos décadas pasaron 360 mil millones de dólares por el presupuesto del Estado; por Tarija también pasaron recursos, 7600 millones de dólares;  y en el municipio 1500 millones de dólares; pero, con todo este dinero no se han resuelto muchos problemas y se ha priorizado invertir en cemento,  cuando es más importante invertir en la gente que habita Tarija, trabajar en la prevención, en los valores”; mencionó el  Honorable Alcalde Alfonzo Pica Lema en la entrega de 18 mil computadoras  KUAS, que estaban sin usar en el municipio de Cercado – Tarija. (ECOS DE TARIJA, Redacción Digital/El País, 09/02/2021 15:29). 

Bolivia ocupa uno de los últimos lugares de América Latina en cuanto a desempeño educativo, según se desprende de un ranking internacional realizado por la UNESCO en la región. Considerando el promedio de las notas obtenidas, el país ocupa el puesto número 13 de 16 naciones analizadas en el Tercer Estudio Regional Comparativo y Explicativo. Chile y Costa Rica lideran el ranking. Bolivia logra 662 puntos sobre 1.150; apenas 57,57% (menos de 6 de 10) sobre el desempeño que se debería tener en las diferentes áreas de conocimiento (NACIONAL, La Paz/ANF 12/02/2021 00:00). 

Qué triste concordancia entre el primer párrafo y segundo de esta lectura. Si “es el hombre el que hace al mundo y no el mundo el que hace al hombre” (Celso Charuri); acá esta la explicación de porque Tarija y Bolivia, no salen de la pobreza casi extrema en que se encuentra en el contexto de las naciones.

Pero lo más triste aún, es que estamos ya 10 años aplicando la Revolución Educativa, con la Ley 070 del 10 de diciembre de 2010. ¿Cuál es, entonces, la esperanza que abrigamos ahora en plena crisis provocada por la pandemia del COVID-19? ¡Qué lejos estamos de soñar con contar con ciudades y sociedades del conocimiento, al que debemos aspirar, para salir de la pobreza y el atraso en el que nos encontramos!

Cuando los resultados no son buenos, es porque lo que se hizo está mal; no hay otra conclusión; pues, si haríamos lo mejor que podamos hacer, los resultados también serían lo mejor que podamos tener.

Vivimos tiempos en los que se viene hablando de ciudades o sociedades del conocimiento que significaría que:

• Los actores públicos y privados, trabajen generando y aplicando conocimientos en el diario vivir; mismos que, desarrollen competitividad y desarrollo sostenible, tanto en lo económico como en lo social-humano.

• En una sociedad del conocimiento, deberán aflorar la creación, difusión y utilización de la información, del saber, cómo factor importante de la producción; lo que implicaría invertir en educación y capacitación de las personas. “Desarrollo humano es el desarrollo de las personas, no de objetos” (Max Neef).

Para lograr una ciudad del conocimiento, habría que desescolarizar la educación; es decir, aprender en todos los contextos y no sólo en la escuela, universidad y en periodos limitados, y fijos; sino, de manera continua y permanente de 0 a siempre (toda la vida); lo que implica que aprender debe ser autogestionar el saber. (auto aprendizaje – autodidactismo). En esta línea, aplicar la directiva: “Educar al niño 20 años antes que nazca”

Para autogestionar el saber/conocimiento/educación, se deberá utilizar los hechos, los acontecimientos, los sucesos y las ideas, a la vez que preguntar, preguntar y preguntarse y asimismo responder, responder y responderse, para desarrollar competencias y habilidades mediante el autodidactismo y el uso de los medios tecnológicos existentes sobre la base del internet, como puerta grande a la información.

Son los recursos humanos el capital de capitales de la economía y vida de un país; porque, son ellos los que producirán bienes y servicios que nos darán dinero suficiente, para mejorar nuestra economía. Con mejor economía, podremos tener mejor salud y mejores condiciones de vida; pero, además, de manera especial, con una mejor educación, seremos capaces de prever mejor salud y mejor conducción de nuestra vida, individual y colectivamente, por mi bien y por el bien de los demás.

No es un supuesto que trabajando hacia una ciudad/sociedad del conocimiento, sea mejor que tener una linda ciudad de cemento; pues, está demostrado que familias, personas o naciones que apostaron como primera opción por la educación, tuvieron, tienen y seguramente tendrán mejores trabajos y emprendimientos; mejor producción y economía y, mejor calidad de vida.

Nuestro departamento, nuestro país, tuvieron y aún tienen mucha riqueza mineral, gas y petróleo; exuberante riqueza vegetal, que no tienen ni tuvieron países como Finlandia, cuya economía se basaba en la producción de madera de pino; o, Singapur que no contó con mineral alguno y que hasta el agua para beber la compraba de países vecinos. El Japón tampoco tuvo minerales; pero, al haber priorizado la educación, hoy los tres están ubicados en el mundo, entre los primeros, empezando de educación y como resultante en economía y desarrollo integral sostenible.


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