Evitar la deriva en el año escolar

No puede ser que lo más importante para un país, la educación, en cierto modo estuviera a la deriva; dado a que, aún no se tiene el panorama claro y sus actores principales no están plenamente convencidos y seguros de lo que toca hacer.

En reiteradas oportunidades he referido que la educación es el primer derecho del ser humano después del derecho a la vida. En la anterior lectura hacía mención al enunciado No 1 del Código de la Educación Boliviana del 20 de enero de 1955, en la que marcaba contundentemente: La educación “es universal, gratuita y obligatoria, porque son postulados democráticos básicos y porque el individuo, por el hecho de nacer, tiene derecho a igualdad de oportunidades a la cultura”.

No se puede comprender como es que a 66 años después, la educación, para El Estado, haya perdido contundencia en su trayectoria real, su propósito, su importancia y su valor y, se haya visto subvaluada por el precio en términos económicos; porque al dejar de ser gratuita y obligatoria para el Estado, a la vez que, los padres de familia tuvieron que asumir esta responsabilidad, en busca de mejor educación  para sus hijos; la educación entró  en el juego de la ley de la oferta y la demanda; es decir, quien oferta más y mejor y cuanto más o menos se debe pagar; quien puede pagar y quien no, etc. etc. No se toma en cuenta el enunciado del párrafo anterior: “por el hecho de nacer (en Bolivia) se tiene derecho a igualdad de oportunidades a la educación y la cultura”.

En la actual Constitución Política del Estado, Art. 17 reza: “Toda persona tiene derecho a recibir educación en todos los niveles de manera universal, productiva, gratuita, integral e intercultural, sin discriminación”. 

El Art. 77 numeral I.- de la Ley No 070 versa: “Toda persona tiene derecho a recibir educación en todos los niveles de manera universal, productiva, gratuita, integral e intercultural, sin discriminación”.

Por lo que se puede entender, no se está cumpliendo que, es universal, gratuidad, que ciertamente sea integral y sin discriminación; por cuanto hay educación fiscal, educación por convenio y educación particular y en cada una de estas tres diferenciaciones, hay a su vez, diferencias en la calidad y costes a pagar.

El nuevo gobierno democrático de nuestro país, recién ha cumplido 77 días y creo muy positivo que, en suma, tanto el Excelentísimo Señor presidente Arce Catacora, como el Sr. vicepresidente Dr. Choquehuanca, manifiesten su voluntad por velar por la democracia plurinacional, por la unidad en diversidad, por la inclusión, por la recuperación de la economía, por la igualdad de derechos y de obligaciones, por luchar contra el coronavirus, etc. etc.

Aunque nada dijeron sobre educación, quizás, porque ella esta como esta y punto; pero la frase: “De la diversidad nace la fortaleza” nos daría la esperanza que se aproveche la oportunidad para dotarnos de un sistema educativo capaz de cambiar la tarea de:” llenar cerebros” por la de “desarrollar cerebros”. Que los docentes sean trabajadores con el conocimiento y no meros expositores magistrales teóricos de saberes ajenos; que sean facilitadores, impulsores y guías del autónomo aprendizaje, de la invención y el descubrimiento; que no se ejercite la memoria, que se desarrolle el razonamiento; que el conocimiento sea producto de: “aprender a aprender, aprender a hacer y aprender a ser” artífices de la formación de su propia personalidad de cada estudiante. Recordemos que “La memoria es la inteligencia del tonto” (Einstein).

El momento exige que padres de familia, maestros, estudiantes y gobernantes, trabajemos denodadamente por instituir con plena participación de todos, lo que es de todos, porque “La educación es tarea y derecho de todos”. Debemos trabajar un punto de equilibrio que convenga a todos los involucrados directos e indirectos de la educación y a los intereses de la patria.

No nos dejemos ganar con la consabida frase “sálvese quien pueda” Dotémonos de un paradigma educativo que nos saque del pozo en el que estamos, de la deriva a la que en momentos pareciera que estuviera la educación.

No hace falta esforzarnos tanto para restablecer el modelo educativo que ya venía en crisis, salgamos de este mal paso con algo nuevo, con lo que sería un brillante futuro para Bolivia y los bolivianos: Una educación pública de calidad para todas y todos y para toda la vida, como reza la declaración de los tres foros mundiales, Si otros países ya lo hacían ¿porque nosotros no podríamos hacerlo? Demostremos nuestra entereza, patriotismo y capacidad y, que el Estado reconozca al educador el derecho a un salario justo a tiempo completo.

No tiene sentido “seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes”; la crisis de la educación, nada más, fue desnudada por la pandemia del coronavirus; esta crisis nos tiene en el atraso general que vivimos solo pensando en días mejores; sin ponernos a hacer lo que debemos hacer para salir del tormento.

Implementemos una educación multimodal, saquémosles partida a los diferentes medios tecnológicos del aprendizaje existentes en mercado y hagamos que los estudiantes usen plenamente sus diferentes puertas de ingreso del saber científico. Los profes dignifiquemos al más alto nivel nuestra profesión y convirtamos a la educación en la real vanguardia del progreso nacional.


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