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¿Por cuál igualdad?

Se podría advertir hasta tres tipos/clases: Puede ser igualdad en la riqueza/grandeza/bienestar, en la pobreza/tristeza/desgracia y también en la mediocridad: ni en la una ni la otra de las dos anteriores; no blancos ni negros, sino grises.

Hay quienes plantean demagógicamente la igualdad y mañosamente no explicitan por cuál de las dos igualdades van; es que lucharán, trabajarán porque los pobres, los desarrapados, los que se les negó derecho a una educación de calidad o no tienen, aún, derecho pleno a ella; o porque, desde el poder, desde el gobierno harán gestión para que los que llegaron, quizás, con mucho trabajo, con mucha persistencia, con mucho sacrificio, a tener buena educación, a tener trabajos bien remunerados, a tener su autoempleo y construir bienestar y vida de calidad, por decreto, se los igualará hacia abajo.

Queda claro que la igualdad se la puede diseñar y hacer de abajo hacia arriba o de arriba hacia abajo; es decir, que todos estemos bien, que todos estemos mal o que todos estemos medio bien o medio mal.

Lo que he visto hasta acá en nuestro país, es que a la igualdad no se la empezó a construir por donde debía comenzar; por la educación; porque si todos llegamos al mundo con las mismas posibilidades y no tenemos las mismas oportunidades; ahí nace la desigualdad.  Si tenemos en cuenta que “el primer derecho del hombre (genérico) es el derecho a la educación, después del derecho a la vida”; dado que, apenas pisamos este mundo, empezamos a sentirlo y percibirlo; a informarnos, a formarnos, a descubrir su contenido, sus alcances; cómo hacer para conservar el derecho a la vida, crecer, desarrollarnos y vivir bien (educarnos); está claro que acá empieza a generarse la desigualdad que, depende de la condición económica de la familia, de su nivel educativo, de su visión y posibilidades.

Si se comenzó mal, es probable que se siga mal y termine mal.  Llama la atención; por eso, que gobiernos que postularon y pregonaron igualdad no cumplieron con el Art. 77 de la Constitución Política del Estado, actual, que dice: “La educación constituye una función suprema y primera responsabilidad financiera del Estado, que tiene la obligación indeclinable de sostenerla, garantizarla y gestionarla; y a reglón seguido dice: “El sistema educativo está compuesto por las instituciones educativas fiscales, instituciones educativas privadas y de convenio. ¡Qué contradicción!, ¿verdad? Al final, constituye una función suprema y primera responsabilidad financiera del Estado, que tiene la obligación indeclinable de sostenerla, garantizarla y gestionarla, ¿o no?

¿Cómo se puede construir igualdad - uniformidad en tres hormas distintas? Si se usa una horma cúbica, otra cilíndrica y otra cónica, por ejemplo; la mescla fraguará conforme a cada uno de estas hormas que la contengan.

Cada persona es única; pero, todas las personas tenemos distintas maneras de aprender; a unas nos cuesta más y a otras les cuesta menos; unas necesitan verlo, otras tocarlo, otras razonarlo. Las puertas de entrada del saber, del aprendizaje, son los cinco sentidos. El premio príncipe de Asturias 2011, Howard Gardner, descubrió 12 inteligencias o maneras de aprender, de adquirir conocimientos como: la lógico - matemática, la musical, la emocional; por ejemplo: De estas inteligencias cada persona tiene una, dos a tres fuertes; pero, en definitiva, todas las personas somos inteligentes en una, otra u otras inteligencias, de las doce que atesora el ser humano.

Si esto es así, si finalmente todos somos iguales cuando llegamos al mundo; los gobiernos deberían corregir la Constitución Política del Estado e instituir Educación Pública de Calidad, Para Todos y para Toda la Vida y dejar de buscar igualdad – uniformidad en tres hormas diferentes. El resultado más importante de esta jugada, sería cuánto se ganaría en talento, en crema intelectiva y profesional de la totalidad de la población boliviana que, al ser capitalizada, elevará substancialmente nuestra condición y calidad de persona, de ciudadano y con ello, dejaríamos el estado de pobreza en el que nos debatimos como nación.

Esta estrategia para construir igualdad sería pacífica, constructiva, positiva, potencializadora y prometedora para la unidad, el progreso y vida digna de nuestra sociedad. Significará construir unidad en la grandeza, en la riqueza y no en la pobreza o en la desgracia. Dejaríamos de ser pobres en educación, pobres en salud; pobres en economía, en valores, en moral y calidad humana; dejaremos de ser pobres, pobres.

El altruismo, la empatía, la solidaridad activa y el trabajo por el bien común, serán construidos de 0 a siempre en el pensamiento, en el sentimiento y en la actitud de todo ser humano. Los que se postulen a gobernantes, no podrán más, falsos, que cuando pobres postulan igualdad para luego enriquecerse con el dinero de la nación, salir de pobres y, claro, considerarse iguales, seguramente a los perversos, a otros tiranos, que, como modelo, eran el objetivo a destronar y que más bien terminaron siendo más de ellos.

Está absolutamente claro y contundente que la igualdad empieza a generarse desde el derecho igualitario a la educación, a una educación de calidad para todas y para todos y para toda la vida. Pero mientras no haya en Bolivia Educación Pública de Calidad de 0 a Siempre, mientras quienes se postulan a gobierno no sean conscientes de la importancia capital de la educación, misma que permitirá en primer lugar, el desarrollo humano y con él, el desarrollo integral de la nación, seguiremos sumidos en la pobreza franciscana como hasta ahora. La igualdad se la construye, no se la decreta o se hace simplemente demagogia con ella.

 


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