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Educación y reivindicación política

Como maestro rural, jubilado, siento la obligación de salir por los fueros del concepto y práctica de la POLITICA, concepto y práctica hoy muy venido a menos por quienes amparados en su excepcional personalidad, concebida por sí mismos, consideran que no están para caer en el plano de desacreditación personal, dentro del conglomerado ciudadano y se dicen que, felizmente no son políticos y viven de su trabajo.

 

Si “política es un quehacer ordenado al bien común”, todos los ciudadanos, mujeres y hombres, de un país, deberíamos ser políticos; dado que es el colectivo ciudadano de donde deben salir las mejores personalidades, para conducir la visión y misión de una nación; es decir, qué país y que modelo de sociedad queremos tener y ser.

 

Este alto concepto, esta visión – misión de POLITICA, fue depreciándose a falta de una buena y completa educación, misma que debía tener un buen nivel académico científico, ético y de valores, de formación personal y social; por lo que con el más nítido criollismo, en su aplicación, se sacó a relucir, casi despectivamente, la acción de politiquear; sentimiento, pensamiento y actitud fuertemente desacreditada y hoy como que englobaría, ser: vividor, oportunista, manipulador, cara dura, vanidoso, falso y hasta dueño de vidas y haciendas, de una región y/o del país. Este es el perfil con el que se reviste generalmente el político de hoy, con honrosísimas y muy ponderables excepciones.

 

Cualquiera que necesita trabajo, que quiere dejar de ser pobre, que quiere ser jefe; luce con la idea que, resolverá su problema de encontrar un lugar donde trabaje poco y gane mucho, incursionando en política y cree que el mejor futuro que puede labrarse es ser político; pues, como tal gozará de autoridad, mucho aprecio y prestigio, aunque sea ficticio, dado que no faltan los tira sacos y queda bien, que también buscan donde caer en buscas de una oportunidad laboral.

 

Antes eran seleccionados quienes, por familia, poder económico y condición social creían que tenían reservada esta tarea de gobernar, de mandar y ordenar; pero, en las últimas décadas, tanto por constitución, como por justicia social; cualquiera puede ser autoridad nacional, departamental, distrital o local, sin mayor requisito que ser ciudadano. Acá nace la triste lógica: ´antes les tocó a ustedes y ahora nos toca a nosotros¨, sin considerar que todos somos bolivianos y que todos debemos tener como PLOITICA, la búsqueda y construcción del bien común, del bien de todos.

 

Yo siempre he sido político, por eso fui y soy trabajador con el conocimiento, ya que EDUCACION es igual a POLITICA, escrito con mayúscula, también fui candidato a senador en 1980 y como no tenía perfil de politiquero, había personas que con toda sinceridad me decían que botar por mí, no sería más que un lujo y con ello un voto perdido; no sería un voto útil. Nótese entonces como la vía más fácil para surgir en la arena política, es subirse al carro del corregidor o al carro del posible ganador y no, siempre, abrazar a la mejor propuesta.

 

Ahora que en el mundo deberemos comenzar de cero, luego de ser paralizado y sacrificado por el coronavirus (Covid-19), es oportuno que nazcamos a una nueva vida, con más sensibilidad humana, más responsabilidad individual y social, más respeto mutuo, más empatía, más solidaridad, etc. Es oportuno elevar nuestra calidad de gente, nuestro nivel de pensamiento y actitud para reivindicar la POLITICA, como la función más importante y noble para trabajar por el bien común. Es necesario no seguir con más y de lo mismo; es necesario renovar los cuadros políticos; es necesario que surja gente nueva; pero que no sea gente nueva con mañas viejas; que sea algo nuevo, nuevo. Que surjan verdaderos ideólogos y que dejemos el pragmatismo de las últimas cuatro décadas, tan útil y de tanto éxito personal, sólo, para los llamados políticos.

 

Será bueno pensar cual es la riqueza natural que tiene el país, quienes son los mejores recursos humanos con los que se cuenta; cómo y cuánta riqueza se generaría y se distribuiría de la manera más equitativa posible. Que no haya unos cuantos ricos tan ricos y tantos pobres e indigentes. Que no sólo unos cuántos sean los privilegiados que se embolsillan la utilidad nacional y al saldo se los consuele con unos cuantos bonos de limosna, cuando deberíamos ser un país de productores; de emprendedores y constructores de una BOLIVIA NUEVA.

 

Cómo duele, amarga y entristece escuchar oponerse sólo por oponerse entre un llamado partido con otro, ante cualquier idea, propuesta o iniciativa que muy bien puede beneficiar a todos; esto es pan del día, como ocurre, por ejemplo, ante tan terrible ataque de la pandemia que vivimos en este momento y que haya grupos o partidos que no estén de acuerdo con las medidas de bioseguridad o de seguridad y de defensa de la vida de todos.

 

Qué triste que mientras unos estén dando todo lo que se puede para luchar por la vida, otros trabajen con tanto denuedo por la muerte; que mientras unos luchen por el bien de todos, otros pongan toda su energía, dizque, toda su inteligencia y sabiduría por el mal de todos.

 

Creo necesaria una cruzada ciudadana para fortalecer la POLITICA y acabar con la politiquería y que, quienes crean honestamente que lo que hacen, es POLITICA, no se confundan con los politiqueros; que se distingan categóricamente. LA POLITICA dejará de ser politiquería cuando tengamos una buena calidad educativa y un buen nivel general de educación.


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