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Javier Canchi Choque

Javier Canchi Choque era el nombre del infortunado muchacho víctima de la insospechada crueldad que en instantes se apoderó de cuatro adolescentes que actuaron como si de su voluntad se hubiese apoderado el mismo demonio.La tarde del sábado 29 de octubre, Javier salió de su domicilio a...

Javier Canchi Choque era el nombre del infortunado muchacho víctima de la insospechada crueldad que en instantes se apoderó de cuatro adolescentes que actuaron como si de su voluntad se hubiese apoderado el mismo demonio.La tarde del sábado 29 de octubre, Javier salió de su domicilio a comprar gasolina y mientras retornaba fue interceptado por un grupo de integrantes de una pandilla, entre ellos el novio de su ex pareja, quienes lo golpearon y lo trasladaron hasta la zona de Alto Sivingani, al sur de la ciudad de Cochabamba.En este lugar los pandilleros le obligaron a beber la gasolina que había comprado, rociaron su cuerpo con el combustible y le prendieron fuego.Los gritos de auxilio del joven alertaron a los vecinos de la zona, quienes corrieron en su ayuda, pero se encontraron con un cuadro dantesco alimentada por una pira humana y desgarradores gritos.Antes de perder la vida en el hospital Viedma el 30 de octubre, Javier contó que su ex pareja, el actual novio de ésta y su pandilla fueron los autores del indescriptible atentado del que fue víctima.“Hermanito, mira, me han quemado. Sus chicos de la Delia han sido, René y otros. Si voy a morir va a ser por culpa de ella”, desveló el colegial a su hermano Patricio. Había sido hospitalizado con al menos el 90% de su cuerpo quemado y falleció debido a fallas multiorgánicas por las múltiples quemaduras sufridas.La Policía capturó a cuatro pandilleros, presuntos asesinos del adolescente. Se trata de Delia T. (de 17 años de edad), Guery V. (16), René Ariel M. (16) y Gustavo Ezequiel C. (18). Dos son miembros de la pandilla Teddy  Boys y uno de Cártel Central.Ahora bien, ¿por qué muchos adolescentes se unen a las pandillas, actúan con violencia extrema y cometen crímenes tan atroces como el que comentamos?Existen muchas razones. A menudo, sienten que no tienen poder y una pandilla tiene poder, y al ser parte de ella el adolescente obtiene poder para satisfacer sus deseos de obtener bienes materiales. Además, las pandillas brindan a los adolescentes un sentido de pertenencia y esto es a menudo muy importante para él o para ella. Y una de las causas del comportamiento violento de los pandilleros son los maltratos físicos y psicológicos sufridos durante su infancia, el ambiente social en el que viven y el rencor que sienten hacia las demás personas debido a la desintegración de su familia o la falta de control de sus padres.En ese contexto, el ministro de gobierno, Carlos Romero, reconoció que la presencia de pandillas en Bolivia constituye el segundo factor que genera sensación de inseguridad ciudadana. De acuerdo con datos de la Policía Boliviana de 2015, 7.730 personas conformaban 269 pandillas y cometían delitos como robo, robo agravado, consumo y micro tráfico de drogas, y violación, entre otros.Diversos estudios sociales han presentado disparejos rostros del fenómeno de las pandillas en América Latina y aunque han formulado propuestas para la reintegración de estos grupos juveniles hoy surge una duda: ¿A qué sociedad se les quiere integrar si nunca han pertenecido a ella? Según el investigador mexicano Héctor Castillo, los jóvenes que crecen en familias donde hay abusos y maltrato, o bien sufren de los diferentes comportamientos violentos de sus seres más allegados, aprenden desde muy pequeños a responder en la misma forma cuando tienen que enfrentar alguna situación de enojo o frustración. Pero aquellos que nacen ya de por sí en condiciones económicas adversas, enfrentan desde el inicio de sus vidas una doble lucha: primero contra la pobreza y su entorno social, y después contra una sociedad que no ha acabado de establecer reglas claras y un Estado de derecho que facilite y apoye el desarrollo y la igualdad de los individuos.Es decir, sólo cuando la sociedad asuma que el problema de las pandillas es responsabilidad de todos, dará el primer paso para proteger a la juventud, no sólo del peligro que representan, sino para evitar víctimas fatales como Javier Canchi Choque. ¿No les parece?


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