Estados Unidos: ¿dónde están los Padres Fundadores?
También se usa el término con referencia a quienes firmaron la Declaración de la Independencia del 4 de julio de 1776 y posteriormente la Constitución de 1787. Entre las principales figuras que formaron parte de ese notable grupo había individuos que eran brillantes en sus...
También se usa el término con referencia a quienes firmaron la Declaración de la Independencia del 4 de julio de 1776 y posteriormente la Constitución de 1787. Entre las principales figuras que formaron parte de ese notable grupo había individuos que eran brillantes en sus diversas especialidades: juristas, constructores, inventores, agricultores, estrategas, escritores, diplomáticos, etcétera. Siete padres fundadores se destacaron históricamente en particular: John Adams, Benjamín Franklin, Alexander Hamilton, John Jay, Thomas Jefferson, James Madison y George Washington. Todos ocuparon importantes posiciones en los albores del naciente Gobierno estadounidense; se los recuerda hasta hoy por sus obras al servicio de la emergente nación que crearon y de la propia humanidad. Estados Unidos ha tenido notables liderazgos a lo largo de sus más de 240 años de vida independiente. Ese conjunto de inteligentes mandatarios logró superar un cruento conflicto interno durante el siglo XIX y terminó convirtiendo al país del norte en la mayor súper potencia planetaria. Problemas siempre hubo y habrá problemas, como también hay gustos y disgustos, pero es innegable que Estados Unidos logró lo que tiene debido a la alta calidad de su clase dirigente. Frente a ese panorama rico en personajes de elevada calificación, he venido observando con pena la campaña electoral que pronto decidirá quién regirá en Estados Unidos desde el próximo 20 de enero de 2017.Ni Hillary Clinton ni Donald Trump están a la altura de los antecedentes. La una tiene un pasado lleno de incógnitas, no sólo matrimoniales o de negocios privados, sino también en torno a los enigmáticos correos electrónicos que borró y tanta controversia provocaron; se suman discutibles decisiones que tomó en Libia y en otros escenarios externos mientras fue secretaria de Estado (Canciller). La experiencia de su marido y expresidente (Williams Clinton) con seguridad le resulta útil, pero pareciera ser que Hillary -con respeto hacia su capacidad propia, que nadie la niega- no logra alcanzar la dimensión de liderazgo que su país precisa para enfrentar los enormes desafíos de un siglo XXI que pronto culminará su segunda década. En cuanto a Trump, se obvian comentarios. Sus payasadas y groseras expresiones son más propias de un mediocre Reality Tv Show que de la vida real. Asimismo, su racismo e intolerancia resultan indignantes para un candidato a gobernar una gran nación multicultural. Por eso vale preguntarse ¿Dónde están los padres fundadores? ¿Habrá en algún lugar de EEUU una reencarnación de Franklin, Washington o Jefferson? ¿Surgirá tal vez pronto un nuevo Abraham Lincoln? Son preguntas sin respuestas. Por ahora, la mediocridad reina y así será, gane quien gane el ya cercano 8 de noviembre. Estados Unidos y el mundo no se merecían esto.En fin, de los males el menor: si yo fuera ciudadano estadounidense y tuviera que votar, ciertamente lo haría por Hillary Clinton.
*es economista y politólogo.