¿Por qué se debilita la cultura chapaca?

Básicamente por dos ausencias: primero, la de políticas de Estado (regional y locales) que fomenten su producción,  y luego,la de políticas académicas (de las universidades privadas, pero especialmente de la estatal) que brinden instrumentos para su análisis, su decodificación, y por...

Básicamente por dos ausencias: primero, la de políticas de Estado (regional y locales) que fomenten su producción,  y luego,la de políticas académicas (de las universidades privadas, pero especialmente de la estatal) que brinden instrumentos para su análisis, su decodificación, y por tanto su universalización.En la época de la globalización las culturas locales tienden a debilitarse. Las formas de expresión “autóctonas”, son amenazas por las tendencias que se mueven a través de instrumentos tan poderosos como el internet o los medios. Como fenómeno no es algo nuevo y no necesariamente es negativo. En épocas ancestrales el choque que se dio entre la cultura grecorromana y las “culturas bárbaras”, permitió la formación de las “romances” (francesa, italiana, castellana, etc.) que aun hoy siguen vigentes. En años recientes el encuentro de la cultura anglosajona y las africanas, permitió el surgimiento de expresiones tan poderosas como el jazz y el rock.  Al igual que en la naturaleza, en la vida de los hombres, la “mezcla” es sinónimo  de enriquecimiento, de fortaleza, de creatividad. El problema en esta época radica en que las condiciones son desiguales. Unas tendencias culturales se apoyan en medios masivos, pero otras, las locales, como la “chapaca”, están dejadas a su suerte.Se dice que Tarija es tierra de cantores y poetas, precisamente porque el núcleo de la cultura chapaca está constituido por la copla y la tonada (es decir por la música y la poesía).  Y la inmensa riqueza expresada en festividades, instrumentos propios, poesía popular, etc., contrasta con la ausencia de esfuerzos por parte de la sociedad por universalizar y perpetuar esta forma particular de conocimiento del mundo, la que nos da personalidad a quienes vivimos en estas tierras.Han existido y existen esfuerzos valiosos, pero aislados. Víctor Varas Reyes ha sido fundamental en toda su obra,  especialmente en su libro “El Castellano Popular en Tarija”. Bernardo Trigo y William Bluske  resumieron el “modo de pensar tarijeño” del siglo pasado,  en trabajos tan importantes como “Las Tejas de mi Techo” y “Subdesarrollo y Felicidad”. Autores como René Aguilera Fierro han hecho importantes esfuerzos de recopilación.  Lorenzo Calzavarinni y Fernando Arduz profundizaron en la investigación científica con  textos como “Música y Cantos Tradicionales de Tarija” (en general la labor de Arduz como productor de cultura es invaluable y todavía espera el reconocimiento adecuado de la sociedad). Por su parte Carlos Vacaflores y Pilar Lizárraga, en sus investigaciones sobre el movimiento campesino, han profundizado en  la cultura chapaca. Y en el último año, Daniel Vacaflores ha publicado el “Calendario Cultural Chapaco”, una obra de amplio alcance, que procura explicar la lógica interna de nuestra cultura. Entre varios otros, estos son esfuerzos destacados, pero insuficientes a la hora de reproducir la cultura chapaca frente a la gigantesca marejada de la globalización.Estamos sufriendo las consecuencias de una visión estrecha en el diseño de nuestras universidades, la que consideró en su momento que solo tenían utilidad las carreras “prácticas”(ingenierías y económicas básicamente), por lo que se dejó de lado las humanidades. Hoy la creación de carreras como historia, sociología o antropología es imprescindible para una sociedad que necesita tener a su alcance instrumentos científicos que la ayuden a reflexionar sobre sí misma y a desarrollar elementos que proyecten  su cultura.Por otra parte es necesario que las autoridades dejen de ver a la cultura como un simple acto protocolar o como la cola del turismo. Tienen que desarrollarse mecanismos que incentiven genuinamente las industrias culturales (la escuela “Pastor Achá” es un ejemplo solitario de lo que debería hacerse a una escala mucho mayor).  En general, solo lograremos superar estas falencias, si es que finalmente llegamos a asimilar que el desarrollo es un proceso que trasciende en mucho las bolsas de cemento y los turriles de asfalto. Si lo logramos, tendremos la posibilidad de trascender como sociedad.*es cineasta y antropólogo


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