La alianza estratégica Asia-África-América Latina (II)

La Izquierda Nacional Latinoamericana fortaleció estas tesis con los aportes de León Trotsky desde México cuando planteó la formación de los Estados Unidos Socialistas de América Latina.En la historia mundial se han presentado cuatro olas importantes de lucha contra el colonialismo en...

La Izquierda Nacional Latinoamericana fortaleció estas tesis con los aportes de León Trotsky desde México cuando planteó la formación de los Estados Unidos Socialistas de América Latina.En la historia mundial se han presentado cuatro olas importantes de lucha contra el colonialismo en distintos momentos y con diferentes resultados: La primera, de las colonias inglesas en Norteamérica que, con la Guerra de la Independencia contra el Reino Unido de Gran Bretaña, consiguieron en 1776  la formación de Estados Unidos con la unificación de las 13 excolonias; la segunda, desde los levantamientos indígenas contra la corona española en 1780 y 1781, hasta la Guerra de Independencia en América Latina y el Caribe, desde 1809 a 1825, que, en lugar de formar una Patria Grande, dio lugar a la fundación de más de 20 países débiles -semicoloniales- frente al poder imperialista; la tercera, después de la Primera Guerra Mundial (1914-1918)  con el derrumbe de los antiguos imperios Prusiano, Ruso, Turco-Otomano, Austro-Húngaro y del Reino Unido; y la cuarta, durante y después de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), hasta prácticamente finales del siglo XX, que abrió un amplio proceso de liberación de los enclaves coloniales en África y Asia, especialmente.       Lo importante es que en este último periodo se produjeron grandes transformaciones en el panorama geopolítico internacional, desde el triunfo de la Revolución China con Mao Tse Tung, que de inmediato se alió a la Unión Soviética (URSS), pasando por la independencia de la India bajo la orientación de la resistencia pacífica del Mahatma Gandhi, hasta el poderoso impulso de los procesos de liberación nacional en África y Asia, con la formación de la Organización de países No Alineados (NOAL) o del Tercer Mundo en la Cumbre de Bandung (Indonesia) en 1955, en el contexto de la Guerra Fría que enfrentaba a EEUU con la URSS.Los líderes del tercermundismo fueron, en ese periodo, Gamal Abdel Nasser de Egipto, Jawaharlal Nehru de la India, Chou En Lai de China, Ahmed Sukarno de Indonesia, Josip Broz Tito de Yugoslavia, entre otros que luego fueron protagonistas de las guerras de liberación nacional en África y Asia. El movimiento de NOAL y el tercemundismo buscó ampliarse a América Latina para conformar la Tricontinental, sin embargo solamente Cuba de Fidel Castro pudo adherirse, en los años 60, a este esfuerzo porque los demás países de América Latina y el Caribe estaban controlados por EEUU bajo el Ministerio de Colonias, como se denominaba a la Organización de Estados Americanos (OEA), y la Doctrina de Seguridad Nacional.   Los principios de Bandung, que en abril, al cumplirse 60 años de su formulación, fueron recordados y analizados por los teóricos de la dependencia  Theotonio Dos Santos y Samir Amin y por el actual presidente de Indonesia, Joko Widodo, establecían el respeto a la soberanía, la autodeterminación y la integridad de las naciones, la igualdad de todas las razas, naciones y pueblos, la no intervención en asuntos internos, el derecho a la defensa y la abstención de actos o amenazas de agresión de parte de otras potencias. Después del final de la Guerra Fría, con la caída del Muro de Berlín, la crisis soviética y la unipolaridad neoliberal estadounidense, en el nuevo siglo se han presentado nuevas perspectivas en el ordenamiento mundial con la emergencia del poder económico y político de China, la alianza de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica (BRICS); el fortalecimiento de los procesos de integración de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que abren una perspectiva de acercamiento y solidaridad del Tercer Mundo con el acercamiento Sur-Sur entre los tres continentes antes colonizados y ahora impulsando un nuevo orden mundial: Asia, África y América Latina y el Caribe (Asafalc). La Cumbre del G-77 más China, que reúne a más de 130 países del mundo, es una experiencia importante; la tarea, sin embargo, no es fácil sobretodo porque el imperialismo no ha perdido su poder militar y su acción intervencionista es evidente en todas las regiones del planeta, pero es evidente, también, que la humanidad vive otro momento de su historia, en el que el colonialismo está en una crisis profunda. *Eduardo Paz Rada es sociólogo boliviano y docente de la UMSA. Escribe en publicaciones de Bolivia y América Latina. La parte I de este artículo salió este martes 6 de julio, se la puede hallar en www.elpaisonline.com).


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