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Esas palabras aparecen como epígrafe en el prefacio de una obra de Ulrich Beck y se dice que fueron copiadas de la “pancarta de un manifestante”Siendo como es Beck un sociólogo considerado alemán, aunque nació en la provincia prusiana de Pomerania antes de que fuera incorporada a la...

Esas palabras aparecen como epígrafe en el prefacio de una obra de Ulrich Beck y se dice que fueron copiadas de la “pancarta de un manifestante”Siendo como es Beck un sociólogo considerado alemán, aunque nació en la provincia prusiana de Pomerania antes de que fuera incorporada a la Alemania unificada, es probable que la pancarta de marras sea hechura de alguno de los indignados europeos, que a esta altura son millones, pero, pensándolo bien, podría ser también de cualquier manifestante tarijeño, inconforme y también justamente indignado por lo que está sucediendo aquí. Nos referimos, por supuesto, al errático manejo de los intereses cívicos departamentales, especialmente cuando se trata del campo gasífero Margarita, una cuestión que en nada se asemeja a la sencillez y la belleza de esa flor.Pero antes de seguir, dejemos en claro que el sentido del adjetivo ‘cívico’ conlleva más compromiso patriótico, individual y personal, que ‘civil’; así, un ‘acto cívico’ está orientado a cumplir con las obligaciones colectivas y personales hacia la patria, mientras que un ‘acto civil’ más bien manifiesta el ejercicio de los derechos individuales y sociales que el Estado garantiza a la persona.O sea que lo cívico, en su nítido significado de patriótico, no se ha cumplido en Tarija. Y en víspera del domingo de resurrección, (nos imaginamos que sin ánimo de sarcasmo, porque sería el colmo), una noticia informa de una supuesta también resurrección del Comité Cívico, cuyo presidente, así como ex presidentes (es cursi eso de llamarlos “past presidents), dirigentes de la universidad pública y de la central obrera departamental, choferes y otros, se reunieron “para buscar y plasmar la unidad departamental” y anunciaron que los “próximos pasos serán precisos y seguros para llevar una lucha conjunta”.Pero de eso ya hemos oído hablar mucho y en la práctica los hechos no muestran ni esa unidad, ni esa claridad de criterios. No hay asomos de pensamiento crítico en esos trajines y tenemos motivos para creer que eso no cambiará.Alguien nos decía a propósito de esto que es notoria la falta de credibilidad de las autoridades y dirigentes políticos tarijeños. Eso pasó con la Multisectorial, que supuestamente agrupaba a lo mejorcito de la institucionalidad tarijeña en detrimento de su ya desgastado Comité Cívico. La impresión muy generalizada es que Tarija carece de líderes creíbles, independientes, comprometidos, formados y honestos.Y estamos absolutamente seguros de que líderes con esas cualidades deben existir en Tarija. Lo que pasa es que no sabemos encontrarlos y elegirlos. Como dice la pancarta con la que iniciamos este comentario: “Aquellos a los que hemos elegido no tienen poder. Y a los que tienen poder no los hemos elegido”. Eso, exactamente, es lo que también está sucediendo en Tarija.Pero las instituciones, especialmente las instituciones cívicas, son hechura directa de los ciudadanos. Entonces preguntémonos también nosotros:¿Qué es lo que nos está pasando?Buscaremos algunos datos complementarios y volveremos con este tema. No podemos dejarlo así.

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