El sistema judicial también es responsable de hacer justicia a niños de zona rural

El que se presenten situaciones de violencia sexual en zonas rurales, además de que sea un hecho de por sí monstruoso -que hace daño a las niñas y niños, pero también a sus familias, a las comunidades, a sus organizaciones y a sus autoridades, porque todos ellos comienzan a operar desde sus...

El que se presenten situaciones de violencia sexual en zonas rurales, además de que sea un hecho de por sí monstruoso -que hace daño a las niñas y niños, pero también a sus familias, a las comunidades, a sus organizaciones y a sus autoridades, porque todos ellos comienzan a operar desde sus visiones e intereses, convulsionando el mundo de las pequeñas víctimas- pone en evidencia que no estamos preparados para hacer justicia en un año, además especial por ser declarado “2012 AÑO DE LA NO VIOLENCIA CONTRA LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA EN EL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA”.Y ¿Qué significa eso?Significa que el Estado, a través de todas sus instituciones, autoridades y recursos ponga a disposición de la niñez y adolescencia de nuestro país, sus máximos esfuerzos para evitar que se vuelva a victimizar a niñas y niños que además de sufrir algún tipo de violencia, que dicho sea de paso, la violencia sexual es la peor de todas por los alcances de sus consecuencias y la magnitud de sus repercusiones personales y sociales, no sean violentados por el Estado y esta situación puede darse al no hacer prevalecer su condición, su interés y su integridad por encima de todo y de todos.El caso al que hacemos referencia es de violencia sexual dado en una de las escuelas rurales de la Provincia Arce, sabemos que todo acto de violencia sexual, es de fundamental importancia en su tratamiento, ya que pone en funcionamiento sistemas complejos como la justicia, pero también procesos sociales como la indignación y búsqueda de justicia, por ello es un caso importante en sí mimo, pero también por todo lo que implica, como:-El sistema educativo, un espacio tan privilegiado para que niñas y niños se formen como personas y como ciudadanas y ciudadanos responsables, algunos de ellos y ellas tienen que vivir situaciones de violencia, por parte de algunos de sus maestros, adultos que usan este espacio en los que hacen gala de su poder y privilegio frente a las niñas y niños que son sus estudiantes o “alumnos” y manipulan a algunos padres y madres, pero lo que es peor, sus conductas violentas, que según muchos estudios son repetitivas, no son reportadas por las autoridades de las que dependen. Al respecto, hacemos referencia a un caso enunciado en un informe de investigación en Santa Cruz:“… en Montero encontramos el problema de acoso o abuso sexual cometido por un maestro contra niñas en el umbral de los diez años de edad, y aunque el agresor fue retirado, no se reportó el hecho ante la dirección distrital de educación.” ( Rompiendo Silencios: Una aproximación a la violencia sexual y al maltrato infantil en Bolivia, UNICEF, 2005).Eso es justamente lo que lamentamos, que el sistema educativo no tome las acciones no sólo de compromiso con el sector al que se debe como es la niñez, sino que incumpla leyes en las que se le obliga a la denuncia en estos casos particulares de violencia sexual como lo estipula el Código Niño, Niña, Adolescente. Esta es una tarea pendiente del Estado Boliviano.-Vale destacar la valentía de la niña que rompiendo miedos, prejuicios y consecuencias hizo la denuncia ante sus padres y de esa familia que la llevó ante la justicia boliviana para llegar a la verdad de un hecho delictuoso, por encima de todo amedrentamiento o posibilidad de transar. Este caso emblemático por ser muy común en la zona rural en el que muchas niñas especialmente se ven expuestas a este tipo de violencias, ha sido asumido por la Red Contra la Violencia Sexual a Niñas, Niños y Adolescentes, que se encuentra en estado de movilización permanente y continuará realizando el control social que toda la sociedad debe y puede hacer al ejercicio de las leyes y autoridades.Mantenemos la esperanza de que el sistema de justicia aproveche esta oportunidad para demostrar que prima el interés superior del niño y la niña, que también hay justicia para las niñas y niños de la zona rural, que los derechos de la niñez serán respetados, que se sancionará todo hecho que les afecte y que el mensaje a la sociedad sea que no se tolerará la impunidad de semejantes hechos. Finalmente, tanto o más importante que todo ello, la niña víctima de violencia sexual, quien nos dio un auténtico ejemplo de valor y dignidad sosteniendo con valentía su denuncia, enfrentando todo tipo de obstáculos, necesita una certeza fundamental para curar sus heridas: valió la pena denunciar, quien violentó su cuerpo, su vida y su humanidad no quedará impune.     Peky Rubin de Celis es integrante de la Red contra la violencia sexual hacia niños, niñas y adolescentes de Tarija

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